domingo, febrero 28, 2010

La especie dominante

“Si yo pudiera, cerraría todos los zoológicos del mundo.
Si yo pudiera, prohibiría la utilización de animales en los espectáculos de circo.
No debo ser el único que piensa así.”
José Saramago

En algún lugar restringido y artificial, donde se recrean las condiciones y las dimensiones de la naturaleza, inexorablemente, día a día, se extinguen la libertad y la dignidad de los desafortunados especímenes que viven en cautiverio…

Una de los rasgos que distinguen a la especie humana de todos los seres vivos del planeta reside en la predisposición para el dominio; Darwin enfatizó los efectos de las interacciones en la evolución de las especies, identificando la capacidad de una especie para explotar a otras y prosperar en un medio de enemigos.

Por predisposición congénita la especie humana transforma el medio ambiente; por un instinto incontenible los humanos dominan a los débiles. Y en esa red intrincada de interacciones, los humanos han doblegado a las especies animales: recluyéndolas, domesticándolas, exhibiéndolas.

En un evidente acto de inhumanidad, los hombres intentan humanizar a los animales despojándolos de su dignidad para fines triviales, para su servicio, para su provecho, para su entretenimiento. Y así, en un afán de llevar la naturaleza a la ciudad, se erigieron los zoológicos: esas prisiones donde se restringe la existencia de los animales, condenados a vivir en un estrecho recoveco del planeta. Y en los circos de exhibe el quebranto de la naturaleza en actos insulsos y denigrantes.

Las manifestaciones más aberrantes del gen humano del dominio se producen en nombre de los ideales excelsos: en tiempos de guerra se utilizó a perros adiestrados para detectar minas; se experimentan drogas y medicamentos en especies pequeñas; se diseñan prendas con la piel y la vida de los animales; se comercializan especies exóticas como mascotas caseras.

Y a pesar de todo, las especies animales son más sumisas y agradecidas que los humanos, suelen ser más perseverantes y tolerantes. De todos los animales en cautiverio solamente una mínima proporción pierde el control y recupera, por instantes, su indómita predisposición. Los ataques de elefantes, osos, delfines, tigres, ballenas son las excepciones que confirman la ley darwiniana.

Pero detrás del exhibicionismo de domadores intrépidos y temerarios yace la indómita condición de los animales. Recientemente, la orca Tilikum atacó a su entrenadora en el parque Sea World en Orlando Florida durante el espectáculo.

Me queda claro que la especie humana aún no trasciende la frontera del salvajismo y que aún se desconocen los límites que nos distinguen de las especies que comparten con el planeta con nosotros, que hemos sido incapaces de entenderlos y respetarlos, y la crueldad del dominio se manifiesta al extinguir la libertad y la dignidad de los desafortunados especímenes que viven en cautiverio…

miércoles, febrero 24, 2010

Producción ejecutiva

En algún lugar del espectáculo, donde se produce una visión alterna de la realidad, el dolor se desvanece entre las bambalinas y las voces de protesta se extinguen en la parafernalia mediática…

El reto de las secuelas es mantener la calidad del precedente. Atendiendo a este principio del espectáculo, en la presidencia de la República se utilizaron todos los recursos disponibles en la producción mediática de la segunda visita de Felipe Calderón a la atribulada plaza de Ciudad Juárez.

Si en la primera visita una madre doliente logró escabullirse para confrontar al panel presidencial, en la secuela se extremaron todas las medidas de seguridad para controlar el contexto: el acceso al recinto, los asistentes, el orden de las intervenciones, el contenido y la intensidad de las participaciones.

En la producción ejecutiva “Todos somos Juárez. Construyamos la ciudad” participaron actores sociales que se comprometieron a reconstruir el tejido social en inocuas mesas de trabajo. Obedeciendo al programa, cuando llegó el momento para atender las demandas sociales, sólo se escucharon halagos al presidente y bendiciones a diestra y siniestra. Atrás a la derecha, en la parte media y enfrente a la izquierda, todos los lugares fueron ocupados por una audiencia exasperantemente favorable.

Las participaciones respetaron el guión establecido, nadie levantó la voz por encima de los decibeles permitidos. Y en ese contexto estrictamente controlado, entre aplausos, plácemes y lisonjas, Felipe Calderón envió su respuesta a la población de Ciudad Juárez que manifestaba su rechazo en las calles.

Lejos de los carteles y las protestas que exigían su renuncia, ignorando deliberadamente la cifra negra de la impunidad y los 2,600 homicidios registrados en el 2009, omitiendo mencionar las constantes violaciones de los derechos humanos por elementos de las fuerzas armadas, Felipe Calderón dispuso la permanencia del ejército y tuvo la osadía de señalar que “siendo honestos” no se pueden esperar cambios inmediatos.

Y la logística se ejecutó a la perfección y la sesión fue un éxito rotundo. La cúpula empresarial en esa frontera calificó el evento como “productivo”, porque se impulsarán inversiones que erradicarán la violencia, la inseguridad y la delincuencia.

Y despacharán dos representaciones de la presidencia en Ciudad Juárez, y cada dos miércoles volverá Felipe Calderón para atender los reclamos disfrazados de ciudadanos previamente adiestrados en la ejecución de plegarias aberrantes.

Y el episodio del asesinato de jóvenes en Lomas de Salvárcar culminará en una serie de farsas espectaculares… que producen una visión alterna de la realidad, para desvanecer el dolor entre las bambalinas y extinguir las voces de protesta en la parafernalia mediática…

domingo, febrero 14, 2010

Más que palabras

En algún lugar inhóspito, muy cerca de la muerte y muy lejos de la resignación, cuando no existen argumentos que atenúen el dolor, surge la indignación; y allá, en el árido entorno de las vidas destrozadas, no hay mensajes que atenúen el peso del dolor inmerecido…

Luz María Dávila, madre de dos jóvenes asesinados en la masacre de Ciudad Juárez, esquivó el protocolo del evento y desarticuló los mecanismos de control del discurso presidencial; desobedeciendo los límites establecidos, Luz María proyectó una sombra de rabia e indignación ante Felipe Calderón. Sin preámbulos, Luz María exigió que las autoridades corrigieran la imagen de pandilleros y delincuentes que adjudicaron a los jóvenes asesinados recientemente.

Las razones de Luz María son evidentes: la impericia de las autoridades, la negligencia en la procuración de justicia, el vacío de autoridad en un estado de excepción que desató una guerra civil de intensidad incontenible.

Pero ese fue un diálogo inconcluso: no hubo respuesta inmediata. Felipe Calderón y sus acompañantes, soportaron la arenga con rostros impasibles; el único mensaje perceptible fue un silencio insultante que proyectó insensibilidad y una exasperante incomodidad al confrontar el reclamo de una madre afligida.

Pero entonces, los encargados del protocolo desencadenaron los aplausos para acallar a Luz María y proseguir con el orden previamente establecido. La madre indignada abandonó el recinto. Se extremaron las medidas de seguridad y en un ambiente plenamente controlado, el secretario de Seguridad Pública hilvanó tres cifras en una perorata circular y adornó los mismos datos con una variedad increíble de verbos y adjetivos.

El evento culminó con el discurso de Felipe Calderón: una muestra de las aberraciones que pueden concentrarse en el breve lapso de la enunciación y de los artificios sentimentaloides con los que se pretende lograr un impacto en la audiencia. Sin palabras, pero con un nudo gordiano en la garganta y un cúmulo contenido de lágrimas artificiales, Felipe se afanó en ostentar conmiseración; simuló la determinación con ademanes cortantes y decididos. La ineficiencia de esas estrategias discursivas es contundente: nadie confía en las autoridades, pocos respetan, y ya casi nadie admira, a un mandatario con desplantes de telenovela barata.

El calderonismo se distingue por la proliferación del discurso mediático como el mecanismo para modificar la opinión pública; pero el contenido del discurso calderonista es tan sólo una ilusión, una quimera que se oculta detrás de palabras enmascaradas, editadas y contextualizadas por la mediocracia; pero en el árido entorno de las vidas destrozadas, no hay mensajes que atenúen el peso del dolor inmerecido…

domingo, febrero 07, 2010

Los renglones torcidos de la justicia

En algún lugar intrincado y sinuoso, entre los recovecos de la legalidad se encuentra el imponente monopolio de la violencia; y en ese entorno incomprensible, deambula la verdad en un oscuro laberinto…

El domingo 31 de enero en Ciudad Juárez, Chihuahua, un comando armado incursionó en una fiesta de cumpleaños y asesinó a quince jóvenes. La masacre enfatiza el ambiente de violencia e inseguridad en una ciudad que ha trascendido el ámbito nacional por la opacidad y la impericia para resolver los grotescos asesinatos de mujeres.

Durante años y en secuencias paralelas, se incrementó el nefasto legajo de las “muertas de Juárez”, se reveló el negro porcentaje de la impunidad, se exhibió la ineficacia de las autoridades y se exacerbó la indignación social ante las explicaciones, intrincadas e inauditas, de los órganos de justicia.

Ahora, en el caso de los jóvenes asesinados, las líneas de investigación se distorsionan y se retuercen de nuevo: el acontecimiento se divulgó como una “ejecución”, y se afirmó que los jóvenes asesinados pertenecían a un cartel del narcotráfico en esa plaza. Esa versión mediática de los acontecimientos obedeció al criterio impuesto por las autoridades encargadas de esclarecer el crimen y procurar justicia.

Pero esa versión apócrifa se derrumbó cuando los familiares y deudos de los jóvenes lograron acceder a los medios para demostrar con evidencias fehacientes que los asesinados eran estudiantes dedicados, cuya conducta no coincide con el patrón de la delincuencia organizada.

La justicia no fue pronta y expedita, pero sí lo fue la reacción de la Procuraduría General de Justicia de Chihuahua: apareció un testigo presencial y fueron detenidos dos implicados en el multihomicidio. La línea que se sostiene conduce al crimen organizado: el enemigo público número uno en el calderonismo.

Y la secuencia de reacciones mediáticas se incrementa con el espectacular anuncio del gobernador de Chihuahua, José Reyes Baeza Terrazas, del traslado de los tres poderes del estado a Ciudad Juárez, “para tratar de contener la ola criminal que la ha convertido en la ciudad más violenta del mundo”.

No!... aún entiendo cómo ni por qué… la presencia de los representantes del poder ejecutivo, del legislativo y el judicial en Ciudad Juárez será una estrategia en el combate al crimen organizado. Y… no! … no creo que los carteles de la droga atenuarán el ritmo acostumbrado de trabajo sólo porque el gobierno pernocta en esa plaza.

Tampoco comprendo los contrastes del afán justiciero: mientras en Ciudad Juárez surgen implicados por obra y gracia de la providencia, en el DF, todas las líneas de investigación de anudan y se complican: aún no detienen al agresor del futbolista Salvador Cabañas y por si fuera poco, hubo un connato de incendio en el lugar de los hechos.

Lo que me queda claro es que la procuración de justicia se realiza en vericuetos insostenibles, que los hechos se reconstruyen y se investigan en líneas sinuosas y complicadas que no conducen a su esclarecimiento, porque en ese entorno incomprensible, la verdad errante se desvanece en un oscuro laberinto…