domingo, agosto 31, 2008

Mensaje de luces y sombras

En algún lugar del desamparo, en una tarde impregnada de silencios, surgió una luz multitudinaria iluminando el sufrimiento y la vulnerabilidad de un país en duelo…

La marcha “Iluminemos a México” realizada el sábado 30 de agosto en la capital y en muchas ciudades del país fue la manifestación, contundente y tangible, del clamor social de los mexicanos; las multitudes que caminaron exigiendo mayor seguridad establecieron el parámetro de la magnitud del sector victimizado por la delincuencia.

En el imperio de la imagen, instaurado por un régimen mediatizado, la realidad trascendió los límites de las versiones oficiales y proyectó al mundo entero la extensa luz blanca que emanaba de corazones afligidos y que inundó el zócalo capitalino.

Las marchas ciudadanas por la seguridad exhibieron la ineficiencia del régimen y la corrupción en las instituciones encargadas de la procuración de justicia, pero sobre todo, establecieron el punto más débil del gobierno calderonista.

En la víspera de la marcha, en Baja California, 61 organismos no gubernamentales, consejos ciudadanos, cámaras empresariales, barras de abogados y la Arquidiócesis de Tijuana, firmaron un desplegado en el que exigieron a las autoridades el cabal cumplimiento de sus obligaciones y señalaron a las autoridades como corresponsables del clima de inseguridad por su incapacidad, por miedo o franca complicidad.

Las consecuencias de la movilización social serán exitosas en la medida en que no se diluya la frontera entre las autoridades y la ciudadanía, porque la capacidad de denuncia se extingue cuando los protagonismos y las infiltraciones gubernamentales prostituyen una causa social.

El riesgo latente es la adjudicación de la vulnerabilidad social como bandera política: las fracciones políticas en la oposición ya se aprestan para transformar los índices delictivos en síntomas de ingobernabilidad e inestabilidad.

Desde el inframundo político han surgido llamados a la insurrección, propuestas para no pagar los impuestos al gobierno federal por el incumplimiento de las funciones primigenias, la suspensión del mandato constitucional de Felipe Calderón. Los priístas se distancian del calderonismo, se redefinen e intentan reunificarse con la reaparición estelar de Carlos Salinas. Y recientemente, se atribuyeron al narcotráfico las denuncias públicas de la corrupción en el ejército y el gobierno federal que exhibieron la complicidad con capos del narcotráfico, a quienes protegen.

La percepción generalizada de vulnerabilidad, la impotencia social ante la impunidad y la corrupción de las autoridades inciden en el desencanto de la ciudadanía, provocado por un cambio que nunca llegó. Y como el voto es el único instrumento que la democracia otorga a la ciudadanía para ejercer la soberanía, la decepción social se ha expresado, y se expresará, en altos índices de abstencionismo.

La apatía por la política sólo es comparable a la sinergia que surgió entre las víctimas de la violencia y del crimen: ahí reside la importancia de la marcha por la seguridad. Hoy por hoy, el poder de convocatoria de las víctimas de la violencia es superior a cualquier otra causa; por eso, el reclamo social que iluminó las penumbras que nacen en la impunidad y la corrupción debe mantener su esencia ciudadana.

No hay consulta, ni referéndum, ningún plebiscito, ni comicios electorales que hayan logrado expresar la voluntad social como lo han hecho las marchas ciudadanas contra la inseguridad. El mensaje fue contundente: escrito con las luces de la valentía sobre las sombras del dolor y al margen de la política, confrontando a las autoridades y al régimen… porque en una tarde impregnada de silencios, surgió una luz multitudinaria iluminando el desamparo y la vulnerabilidad de un país en duelo…

domingo, agosto 24, 2008

El arco del triunfo

En algún lugar de la demagogia, cuando una crisis desata el oportunismo, por un perverso artificio, surgen placebos para aliviar el flagelo público, y entonces, los reclamos sociales se traducen en los edictos vacíos de un discurso…

Detrás de las vallas metálicas, dentro de la zona más protegida del país y bajo la custodia de cientos de elementos del Estado mayor Presidencial y de la Policía Federal Preventiva, se celebró recientemente el Consejo Nacional de Seguridad Pública.

En Palacio Nacional, acondicionado como bunker, los representantes de los tres Poderes de la Unión, los 31 gobernadores, el jefe de gobierno capitalino, los sindicatos, representantes de la Iglesia, empresarios, organismos civiles y medios de comunicación firmaron un Pacto Anticrimen de 75 compromisos que tiene plazos definidos para su cumplimiento.

Respondiendo a la convocatoria de Felipe Calderón, todos los niveles de gobierno se comprometieron a responder a los reclamos de la sociedad ante la espiral de violencia, y en un acuerdo político sin precedente, por consenso absoluto definieron a la delincuencia como un asunto de seguridad nacional.

Como la mayoría de las decisiones del ejecutivo federal, esta cumbre de seguridad fue una reacción eminentemente mediática y políticamente espectacular al reclamo de la cúpula empresarial por el secuestro y asesinato del niño Fernando Martí.

Sin embargo, la agenda nacional sigue su propio curso y las fuerzas políticas ya se preparan para próxima contienda; por una fatal coincidencia, la actual crisis de inseguridad se traslapa con el inicio del proceso electoral del 2009 que renovará el Congreso y seis gubernaturas.

Por eso, los efectos inmediatos del Pacto Anticrimen han sido políticos y el problema de la inseguridad será adoptado por todos los partidos como tema prioritario en las campañas.

Vgrs. El Jefe de Gobierno Capitalino, Marcelo Ebrard Casaubon, asistió puntualmente a la cumbre de seguridad convocada por Felipe Calderón, a quien no ha reconocido como presidente legítimo; y en un magistral desplante de oportunismo, Marcelo Ebrard aceptó el ultimátum del empresario Fernando Martí, quien demandó la renuncia de los funcionarios públicos en caso de no cumplir con los compromisos asumidos en el Pacto Anticrimen.

Al día siguiente, las autoridades capitalinas comenzaron a aterrizar acciones para combatir la delincuencia, mejorar las estrategias de persecución del delito y evitar un escenario que derive en la salida del jefe de Gobierno. Y en una reunión a la que se convocó a todos los jefes delegacionales, se determinó que de inmediato habrá una revisión en la forma de operación de las 71 coordinaciones territoriales y de las casi 40 Unidades de Protección Ciudadana .

Como resultado de esta inusitada diligencia, el juez 18 de lo Penal concedió a la Procuraduría capitalina la orden de arraigo contra los hermanos Noé e Israel Cañas Oballe, dos presuntos secuestradores vinculados a la banda de La flor, responsable del secuestro y homicidio de Fernando Martí.

Vgrs. En la clausura de la XX Asamblea Nacional, en la que se reformaron los estatutos internos del Partido Revolucionario Institucional, Beatriz Paredes, su presidenta, señaló que el régimen actual ha sido incapaz de contener la ingobernabilidad y detener la espiral de la violencia y muerte en el territorio nacional y aseguró que en el PRI, sus gobernadores y presidentes municipales han actuado con responsabilidad acompañando al gobierno federal. Y en una evidente consigna electorera, la líder del tricolor mencionó que como partido buscan que el gobierno de la república responda a cabalidad con su responsabilidad constitucional de proteger a la ciudadanía.

Y así como estas arengas, desfilarán por el arco del triunfo electoral, la cadena perpetua, la pena de muerte, la depuración de las corporaciones policiacas, la revocación del mandato y todas las propuestas que surjan para desmantelar la industria de la extorsión y del secuestro… y por un perverso artificio, surgirán placebos para aliviar el flagelo público, y los reclamos sociales se traducirán en los edictos vacíos de un discurso…

domingo, agosto 17, 2008

Epopeyas cotidianas

En algún lugar de la geografía humana existe un yermo, solitario como la desventura pero inconmensurable como la voluntad; por eso, en todos los rincones del destino se realizan proezas, y los héroes surgen en todas las coordenadas de la adversidad…

En los juegos olímpicos se ejercita la capacidad de asombro cada vez que se traspasan las fronteras de lo humanamente posible, circunstancia que ha sido comercializada en la cultura mediática; la ética del lucro impregna el triunfo de los atletas y el mercado absorbe la biografía de los vencedores para erigir a los héroes posmodernos porque en la aldea global ya no existen los ideales compartidos.

Hoy por hoy, ante la ruptura de los paradigmas y la escasez de ídolos, la conciencia colectiva refrenda los mitos legendarios para establecer los modelos de excelencia. Pero los mitos posmodernos se encarnan en las figuras entronizadas por la publicidad y endiosadas por la mercadotecnia.

Todos los reflectores se dirigen a Beijing, todas las expectaciones se concentran en la arena deportiva, y sin duda alguna, la admiración por los semidioses posmodernos procreará una miríada de esperanzas. Por eso, el encanto olímpico se generaliza y se expande, provocando la ilusión de que el tiempo y la realidad se han detenido.

Sin embargo, los engranes del mecanismo perpetuo nunca se detienen y en la arena de la cotidianidad también se realizan proezas y surgen héroes, pero su esfuerzo no es reconocido en el mercado de los arquetipos.

Muy lejos de la cobertura mediática, Adriana Pérez Soria, alumna de la División de Posgrado (DEP) de la Facultad de Odontología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), se convirtió en la primera mexicana en obtener el premio que anualmente otorga la Asociación Internacional para la Investigación Dental. Adriana compitió con 40 tesis provenientes de todo el mundo en el congreso de esa asociación celebrado en Toronto, Canadá, donde el texto de la universitaria mexicana fue reconocido por un jurado calificador internacional.

No hubo fanfarrias triunfales cuando la preparatoriana mexicana Mariana Sánchez Villarreal obtuvo la medalla de plata en la Olimpiada Internacional de Biología celebrada en Bombay, India. Tampoco se transmitieron los pormenores de la Olimpiada Internacional de Química, donde Alejandro Romero Montalvo, de Xalapa, Veracruz, consiguió medalla de plata y Luis Ángel Martínez Martínez, originario de Oaxaca, obtuvo la medalla de bronce. Y ningún titular destacó que en la misma justa, Astron Rigel Martínez Rosas, de Toluca, estado de México, fue reconocido con Mención Honorífica, en una competencia en la que participaron 253 estudiantes de 68 naciones.

La victoria del mexicano Víctor Guevara pasó desapercibida en la mediocracia. Recientemente, cuando Víctor compitió en los cien metros planos, se enfrentó a representantes de 176 países, rompió su propia marca y ganó la medalla de oro en los juegos paraolímpicos, pero en el mercado de la personalidad aún no se le otorga ningún reconocimiento.

Y mientras Michael Phelps buscaba su octava medalla de oro y la gloria olímpica, al otro lado del mundo, en Tijuana, un pequeño grupo de albañiles se enfrentaron a pedradas a un comando de sicarios que pretendía secuestrar al arquitecto encargado de la construcción en que laboran.

Y así como éstos, se realizan muchos sucesos extraordinarios que no se registran con letras doradas en el canon de la humanidad; un sinfín de hazañas increíbles y héroes anónimos permanecerán al margen de los reflectores, y ni siquiera disfrutarán los quince minutos de fama que por reglamento concede la mediocracia en la mundo posmoderno.

No obstante, sin fama ni fortuna, la gloria es un pedacito del cielo que anida en el corazón de aquellos que vencen los límites de la fatalidad; la gloria se concentra en un momento inolvidable en la vida de todos, y por eso… en todos los rincones del destino se realizan proezas y los héroes surgen en todas las coordenadas de la adversidad…

domingo, agosto 10, 2008

Compás de espera

En algún lugar sobre la línea perpetua del tiempo, entre los hitos de la historia, transcurren lapsos fortuitos y sinuosos, claroscuros de esperanzas y decepciones; y esas prórrogas vacilantes sólo se disipan con la llegada de los visionarios…

Dicen los que saben, que los estadistas pertenecen al rango más elevado de la política porque anteponen los intereses de la nación a los personales, que tienen la capacidad para realizar los cambios que convengan y beneficien al país, que por eso, son muy pocos los políticos que han alcanzado la categoría de estadistas, y que el último de los estadistas mexicanos abandonó el escenario político en los años ochenta del siglo pasado.

La prioridad de un estadista es el lograr el desarrollo de la nación, su visión se enfoca en la transformación de la sociedad y de las instituciones, y conduce al estado hacia la funcionalidad integral: administrativa, legislativa y jurídica. Un verdadero estadista no tiene ataduras con grupos, sectores o intereses, y sus decisiones reflejan inteligencia, sensatez y compromiso.

Por todo eso, los estadistas escasean en la historia nacional; son personajes que surgen esporádicamente, y por los avatares del destino, aparecen en épocas de crisis y la influencia de su pensamiento incide en los grandes cambios sociales, aún mucho tiempo después de su intervención en la arena política.

Sí!... México está inmerso en una parsimoniosa prórroga de indefiniciones; transcurre ese compás de espera que suele caracterizarse por la ausencia de un verdadero estadista en la política nacional. Así lo confirman las recientes decisiones en el ejecutivo.

El grotesco desenlace del secuestro del joven Fernando Martí que consternó a la opinión pública, también provocó en Felipe Calderón una reacción visceral, irreflexiva, demagógica: el presidente envió a la Comisión Permanente del Congreso de la Unión una propuesta para elevar a cadena perpetua el delito de secuestro, extrapolando al ámbito nacional una tragedia en particular.

La reacción del mandatario a este crimen reveló cómo influyen las cuestiones personales en las decisiones oficiales, al grado de incurrir en la incongruencia: ahora, Felipe Calderón propone cadena perpetua contra policías secuestradores, cuando hace apenas unos meses firmó dos protocolos internacionales contra las penas mayores.

El flagelo de la delincuencia organizada vulnera a toda la ciudadanía, la industria del secuestro y la extorsión se expande a todos los niveles socioeconómicos; todos los secuestros son condenables, y en todos los casos se producen daños irreversibles, por eso, es lamentable que la indignación del mandatario surja exclusivamente ante un agravio a la cúpula empresarial. Un presidente debe velar por la seguridad y el bienestar de todos los ciudadanos, sin distinciones. Un verdadero estadista no exhibe su cercanía con un grupo o sector, y decide en virtud de un proceso inteligente y concienzudo.


La inseguridad cunde como una epidemia y nadie se encuentra a salvo. El miedo se generaliza y se esparcen las cifras negras de la vergüenza: de cinco secuestros, solamente uno es denunciado. En el 2008 se han registrado oficialmente 438 secuestros, pero se estima que realmente han ocurrido casi dos mil en todo el país. Además, la vulnerabilidad social se acentúa porque únicamente el 0.7% de estos casos son sentenciados. La derrota ante la criminalidad se produjo en todos los frentes de la lucha y mucho antes de abrir la cajuela donde encontraron el cadáver de Fernando Martí.

No!... aún no se vislumbra el surgimiento de un estadista en el país y todos los pronósticos son aventurados. Pero en los periodos de indefiniciones, el único aliciente estriba en implantar la conciencia y la sensibilidad social en las generaciones venideras, porque entre los jóvenes de ahora surgirán los estadistas que habrán de guiarnos al final de este lapso fortuito y sinuoso, clarificando los claroscuros de esperanzas y decepciones, porque esta prórroga vacilante sólo se disipará con la llegada de los visionarios…

domingo, agosto 03, 2008

El último vestigio

“Lentas, despacio, que nuestras ropas caigan
como de sí mismos se desnudarían los dioses.
Y nosotros lo somos, aunque humanos”
José Saramago


En algún lugar del éter, en esa dimensión inexpugnable donde residen las divinidades en templos de cristal, durante el amanecer de los tiempos, nació una inquietud en el corazón de los mortales, y a partir de entonces, los hombres se esfuerzan y se afanan por ascender al pedestal vacío de los semidioses del Olimpo…

La esencia de los juegos olímpicos surge por la transfiguración de la historia en un mito; por eso, en los albores del siglo XXI se actualiza el pensamiento helénico y los hombres pretenden superar sus limitaciones físicas y mentales, aún sueñan con despojarse de los lastres de la condición humana.

El mito olímpico sigue vigente, no obstante, los ideales evolucionaron para adaptarse al entorno, a los giros del pensamiento y al peso de las hegemonías. En Berlín, en 1936, los juegos olímpicos enmarcaron la fastuosa exhibición de la supremacía aria y el Tercer Reich. En México 1968, la lucha contra la discriminación ascendió al pódium de los campeones olímpicos enfundada en el guante del “Black power”. En 1972, el conflicto árabe israelí se trasladó a la villa olímpica en Munich. En Moscú 1980, el mundo libre y civilizado boicoteó los juegos olímpicos como protesta contra la invasión de la URSS en Afganistán. El humanismo apareció en 1992 cuando una flecha llameante surcó la noche de Barcelona.

En Beijing 2008, la República Popular China demostrará su poderío al mundo entero y exhibirá su capacidad para controlar y manejar multitudes. Pero mientras los atletas se partirán el alma por una medalla y unos minutos de gloria, en las afueras de la fiesta olímpica, el gobierno chino ha trasgredido los derechos humanos para depurar el ambiente social: un informe de Amnistía Internacional ponderó las reformas realizadas en China y criticó las detenciones sin juicio, el estricto control de los medios y el bloqueo de sitios de Internet; en la víspera de la inauguración, algunos periodistas presentaron quejas ante la inaccesibilidad de ciertas páginas dedicadas a noticias, al Tíbet y a los derechos humanos.

Hoy por hoy, en la globalidad, al margen de la justa deportiva se libra una competencia muy diferente: en la arena olímpica se promueven los avances del país anfitrión, las competencias son el escaparate de las firmas comerciales y cada competidor porta orgulloso el logotipo de sus patrocinadores.

Una medalla olímpica representa mucho más que el esfuerzo sobrehumano de un competidor, porque refleja el grado de atención que los países otorgan al desarrollo integral de sus habitantes. En el medallero olímpico, invariablemente, en los primeros lugares figuran los bastiones de la economía mundial.

Por eso, y para atenuar los estragos de su infame deficiencia, la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) realizó una proeza olímpica cuando detectó un remanente de setenta millones de pesos y estableció un poderoso aliciente a los atletas mexicanos que competirán en Beijing: una medalla de oro se premiará con cinco millones y medio de pesos, una medalla de plata equivaldrá a cuatro millones y la bronce se premiará con tres millones. Así esperan compensar el esfuerzo de los deportistas mexicanos, quienes han debido superar mil y un adversidades, que padecieron ante la burocracia deportiva, y aún así, lograron seguir adelante.

Y en la aldea global, como suele suceder cada cuatro años, miles de espectadores seguiremos las hazañas de los atletas; entre comerciales, logotipos y patrocinadores, presenciaremos la realización de muchos sueños; y volveremos a creer que lo mejor de los seres humanos se concentra a flor de piel, que la voluntad es el único móvil para remontar las distancias, trasgredir las medidas del tiempo y del espacio, burlar las fronteras de la gravedad.

Porque allá, muy lejos del Olimpo, y a pesar de las condicionantes que comercializan al mítico ideal, al margen de las hegemonías y de las impericias gubernamentales, resurgirá el último vestigio de divinidad en los hombres y se refrendará aquella legendaria inquietud… que nació en el corazón de los mortales, y una vez más, se esforzarán por ascender al pedestal vacío de los semidioses del Olimpo…