domingo, noviembre 11, 2018

Leyendo fantasías adecuadamente


“para conocer bien la naturaleza de los pueblos hay que ser príncipe,
y para conocer bien la de los príncipes hay que ser del pueblo”

                En algún lugar imperecedero, en el monumento que perpetúa una genuina admiración, yace el autor de una controversia sin fin, de la polémica cuestión entre ser amado o ser temido y que describió el escenario esquivo en el que aparece la fortuna…  

La figura de Nicolás Maquiavelo siempre ha sido polémica: para algunos es la encarnación del mal que glorificó todos los vicios y excesos de los gobernantes justificándolos como estrategias y artificios para conservar el poder; otros lo consideran el precursor de las ciencias políticas, el primer analista que identificó las causas del surgimiento y del declive de los reinos utilizando los ejemplos registrados en la historia. En torno a “El Príncipe” suelen revolotear las críticas infundadas de toda esa gente que, por los excesos de moralina en la sangre, jamás lo han leído; desde su publicación en 1531, abundan los ecos sordos y necios que lo condenan.

Para no perder la costumbre de polemizar en torno a Maquiavelo, se realizó el Conversatorio “Qué tan maquiavélico fue Maquiavelo” con la participación de Maurizio Viroli (profesor emérito de Universidad de Princeton) autor del libro “Redimiendo a Maquiavelo” quien también participó en un evento organizado por el Instituto Mexicano para la Justicia (IMJUS). Y como a la oportunidad la pintan calva, alguien la agarró de los pelos y este evento fue el pretexto perfecto para que uno de los príncipes del Neoliberalismo esclareciera las sombras que nublan el entendimiento de los mexicanos: el expresidente Carlos Salinas de Gortari presentó la ponencia “Realismo e idealismo en Maquiavelo” y con vano afán protagónico también escribió la columna “Leyendo adecuadamente a Maquiavelo… y a los que lo comentan” publicada en El Universal.

Como respuesta a “una crónica del evento que equivocó los términos” y anticipándose a las “fantasías” elaboradas que ya pululan en el ambiente, Salinas aclara en su columna el sentido de sus argumentos y el verdadero significado de los fragmentos que citó en su ponencia, en la que resalta su interpretación del capítulo XXV: “Cuál es el poder de la fortuna en las cosas humanas y cómo hay que enfrentarse a ella” ejemplificándolo con aquel golpe de la fortuna que derrumbó el Muro de Berlín y propició el Tratado de Libre Comercio.
               
Es evidente que Carlos Salinas es un ferviente lector de “El Príncipe” y que ahora pretende enaltecer su régimen a la luz de la lógica maquiavélica; pero entre muchas de las cuestiones que debería esclarecernos está el ridículo en el que incurre un exmandatario al arriesgar su vida en una huelga de hambre para reivindicar su gestión. Me parece que la ponencia de Salinas es una burda imitación del talentoso florentino, que la única fantasía es el afán por parecer maquiavélico porque es un adjetivo demasiado grande para su talla, tan ínfima que contrasta con la magnitud de su cinismo en uno de los escenarios más esquivos en que se invoca a la fortuna… 


domingo, noviembre 04, 2018

La útlima y nos vamos


En algún lugar postergado, en un legajo extraviado en un “cajón de sastre” y amenazadas por los efectos del olvido, yacen las profecías de un cataclismo que se creía improbable…  

            El 31 de octubre iniciaron las reparaciones en el sistema Cutzamala que surte de agua potable a la zona metropolitana, por lo que inició también, el corte del suministro. Los días previos al corte se divulgaron, intensamente y por todos los medios, las causas y los efectos de las reparaciones y las recomendaciones para solucionar las necesidades elementales con un volumen ínfimo de agua.

            El ritmo de la ciudad entró en un compás de espera: Para evitar daños en la salud por la falta del agua, la autoridad educativa federal suspendió labores en 4,300 escuelas públicas de educación básica extendiendo el puente del Día de Muertos. Para prevenir desfiguros y molestias, muchas empresas, comercios, despachos y todos los changarros capitalinos dejaron de prestar sus servicios.

Con singular alegría, tod@s enfrentaron el corte: los memes alusivos inundaron las redes sociales; aquell@s que suelen encontrar la solución más divertida a los problemas aprovecharon la ocasión para vacacionar en las playas; la escasez del agua desató el ingenio y surgieron alternativas para mantener la frescura y la higiene de los recintos, de los individuos y del ambiente.  

La ciudad recuperará el ritmo habitual cuando el sistema Cutzamala sea reparado y se reanude el suministro de agua. La escasez temporal dejará miles de anécdotas y millones de incomodidades convertidas en chistes, albures y bromas. Pero más allá de lo hilarante, este episodio debería alertarnos lo suficiente para cambiar los hábitos adquiridos en tiempos de abundancia por la mesura ante la escasez, en la Ciudad de México, en el territorio nacional y en el planeta.  

En este momento, cuando el destino casi nos alcanza, las distopías de la ciencia ficción se transforman en alertas porque el peor cataclismo en la historia de la Tierra se dispone a abandonar el ámbito de la imaginación para instalarse en la realidad. Y éste, podría ser el punto sin retorno donde los senderos se bifurcan hacia dos versiones del futuro. Las advertencias de la Sexta Extinción (Elizabeth Kolberth) identifican a la humanidad como el elemento más nocivo y destructivo sobre el planeta, pero también es cierto que hemos remontado crisis, inclemencias y adversidades.

El peligro inminente reside en ignorar las advertencias y en la resistencia al cambio de hábitos; si la humanidad será la causa del próximo cataclismo, más letal y mortífero que la extinción del Pérmico, en la humanidad recae la responsabilidad de revertirlo con todos los artificios del ingenio. Para no desaparecer en la última de las extinciones, apresuremos la mutación social fortaleciendo el músculo de la mesura y respetando al ambiente y a todas las formas de vida. La fatalidad no es irreversible… aún; y las distopías permanecen en el universo de las ficciones como profecías de un cataclismo, todavía, improbable… 


domingo, octubre 28, 2018

Imagen y semejanzas. Polvo eres y en cenizas te convierte la muerte


"La muerte, es democrática, ya que a fin de cuentas,
güera, morena, rica o pobre, toda la gente acaba siendo calavera".
José Guadalupe Posada


            En algún lugar de la noche se diluyen las fronteras culturales para concretar todo lo intangible, las influencias se mezclan y lo sublime adquiere colores y sabores mundanos
porque sólo así es posible festejar las tristezas y remontar la distancia entre el cielo y el suelo… 

En un planeta globalizado las festividades tienden a expandirse porque los recovecos de la condición humana son los mismos en todos los idiomas y en todos los pueblos. Hoy por hoy, la fiesta mexicana del día de los muertos es un ritual de exportación que germinará dondequiera que se implante porque atenúa el duelo al envolverlo con  la bondad de un rebozo iluminando el vacío irreparable con una esperanza inexplicable. Los quebrantos causados por la muerte se ridiculizan y las querencias se fortalecen cuando los recuerdos cobran vida.

            La silueta escuálida de la calavera garbancera, creada por José Guadalupe Posada, recorre la aldea global inspirando nuevas interpretaciones del insólito momento en el que se reencuentran los vivos y los muertos. Y la garbancera se siente como en casa en el inmenso territorio del mercado porque sus rasgos son más vigentes que nunca: los efectos de la ética del lucro moldean la actitud de los habitantes de la sociedad de consumo.

Actualmente, el predominio de la actitud aspiracional incide en las definiciones de la felicidad y el éxito; el valor que se concede a las personas depende del precio de las propiedades que ostentan. La similitud es evidente: el único atuendo de la calavera de José Guadalupe Posada es un enorme sombrero cuya elegancia contrasta con su desnudez, y con esta vanalidad del siglo XIX, Posada criticó a todos aquellos que pretendían aparentar un estilo de vida superior. El autor la bautizó con el adjetivo “garbancera” aludiendo a las personas que renegaban de sus raíces indígenas y pretendían parecer europeos. La semejanza de la garbancera con los nativos de la globalidad reside en el desapego a los gentilicios y con la sobrepoblación de perfiles apócrifos. La población digital de identifica con una imagen, con un ícono que representa rasgos idealizados.

            Y como siempre y desde entonces, ante lo inminente e irremediable resurge la efímera consistencia de lo humano. La muerte nos reduce a la esencia: un cúmulo de partículas del polvo de las estrellas y la insignificancia del tiempo en la Tierra se aplica en la biografía de todos por igual. Lo único que nos distingue en el páramo de la muerte es la fuerza del cariño que nos inmortaliza en un recuerdo.

              El regalo de México a la aldea global es la calavera garbancera, una imagen insolente y trivial que atenúa el quebranto del duelo y que ridiculiza los devaneos de la condición humana porque sólo en su compañía se revierte la fatalidad para festejar las tristezas y remontar la distancia entre el cielo y el suelo… 


domingo, octubre 14, 2018

La vejez y el porvenir


En algún lugar del porvenir se compendian las esperanzas y perdura el anhelo de lograr todo lo que ahora es imposible, por eso, en la frontera que separa el pasado del futuro se rezagan todas las artes y los artificios destinadas a la obsolescencia, las prioridades y los prejuicios que alguna vez nos distinguieron…

          Históricamente, la distancia entre las épocas se ha reducido constantemente; si la Modernidad abarcó dos siglos, la Posmodernidad llegará a su fin antes del cincuentenario y el siglo XXI podría albergar más de dos épocas. Por las ironías del destino y la impaciencia del porvenir, en la era digital conviven  seis generaciones y cada una, es el digno representante de su tiempo: la Generación Grandiosa sobrevivió a la Gran Guerra y la Generación Silenciosa, a la Segunda Guerra Mundial; los Baby Boomers crecieron con la televisión y protestaron contra los excesos del poder; la Generación X  fue testigo de la desilusión de los Boomers y optó por el individualismo en los albores de la globalización; los Millenials protagonizan la transformación de los esquemas laborales defendiendo el feudo personal; y los Boomlets, o Nativos Digitales, no imaginan cómo pudo funcionar el mundo sin Internet.
  
          Esta brecha está definida por la tecnología en las comunicaciones pero las diferencias entre ellas también se manifiestan en los ideales y las prioridades que comparten. Alguna vez la patria fue el ideal que justificaba todos los esfuerzos y sacrificios; hubo un tiempo en que la lealtad se ofrendó a la empresa; hace décadas, el funcionamiento de la familia dependía de la presencia de todos sus integrantes. Hoy por hoy, la lealtad se restringe al ámbito individual y la familia acepta a una variedad de versiones, antes condenadas por los efectos del prejuicio.

          Y en la familia se registran los datos que esclarecen las diferencias entre las generaciones recientes: en el México de los 70’s, la tasa de fecundidad nacional fue de 6 hijos y desde entonces se reduce notablemente década tras década. En los 90’s la tasa de fecundidad fue de 3 hijos, en el 2018 es de 2 y se pronostica que en el 2050 será de un hijo. Los rasgos de la época también inciden en los modelos tradicionales del compromiso como lo registra Inegi en la tendencia de la nupcialidad: desde 1980 se incrementaron los divorcios de 4 por cada cien matrimonios a 22 en el 2016 cuando los divorcios administrativos ascendieron a 13, 639 y los judiciales a 126, 168.

          En la década de los 60’s México era un país joven porque la inmensa mayoría de sus habitantes aún no cumplía la mayoría de edad; el México del mañana será un país de “mayores en plenitud”, jubilados y pensionados en la etapa más vulnerable de su vida. Si la esperanza de vida continúa incrementándose como hasta ahora, podría llegar a los 100 años cuando la niñez registre sus niveles más bajos. Hemos adoptado nuevas formas de trabajar, de amar y de vivir; el anhelo primordial sería que los viejos del futuro prodiguen su experiencia para construir un entorno incluyente y generoso, para erradicar los prejuicios que aún ahora nos distinguen…


domingo, octubre 07, 2018

La dolorosa tardanza


En algún lugar doloroso, en el vacío de la fragilidad se acumula el eco de los reclamos oprimidos por la injusticia y ahí deambularán en una penosa espera hasta el día en que las lágrimas borren las mentiras registradas…

            La reivindicación suele llegar siempre tarde, y algunas veces nunca llega. En el mejor de los casos, el esclarecimiento de las versiones oficiales y oficiosas se realiza cuando los implicados ya no pueden afrontar la responsabilidad de sus acciones porque la impunidad los protege hasta el fin de sus días en un ciclo perverso, insufrible, indigno.

            Este 2 de octubre se conmemora el 50 aniversario de la masacre civil en la Plaza de la Tres Culturas en Tlatelolco y en el 2018 celebramos también el fin oficial de la censura que reprimió la divulgación de imágenes reales, datos fidedignos y versiones verificables.  Hace 50 años aquella “prensa vendida” publicó la versión oficial de un enfrentamiento entre terroristas y elementos del ejército que defendieron la paz pública contra los intereses del comunismo internacional. Esa falacia adquirió el rango de las verdades absolutas y fue el filtro para identificar a los esbirros oficialistas, a los ultraconservadores, a los ingenuos y crédulos que aceptaban sin discernir la desinformación de la mediocracia.

Por eso ahora, después de una dolorosa tardanza, los principales periódicos y los medios de comunicación se reivindican publicando las verdades reprimidas y ocultas: Desde el 22 de julio se recrearon los pormenores de todos los acontecimientos que culminaron en el mitin de Tlatelolco, que hoy se conmemorará con un ritual de flores y cantos en la explanada, con guardias en honor a tod@s l@s caid@s aquel 2 de octubre y marchas luctuosas en la Ciudad de México y en todos los estados.

Ahora, por el rechazo social a la verdad histórica impuesta por Gustavo Díaz Ordaz, se retiraron de edificios, plazas e instalaciones públicas todas las placas alusivas a ese personaje. Y much@s de l@s que atestiguamos la brutal manipulación de la información en aquel entonces, esperamos que el repudio también alcance al expresidente Luis Echeverría, uno de los protagonistas protegidos por la impunidad.

Son muchas las mentiras que deben esclarecerse, abundan las verdades que han sido desvirtuadas y el tiempo apenas será suficiente para resarcir el dolor infringido. Pero lo más doloroso, es constatar el reinicio de un ciclo de aberraciones que parece no tener fin. Mientras conmemoramos el advenimiento de las verdades en torno al movimiento de 1968, miles de deudos buscan sin encontrar los restos mortales de sus familiares desaparecidos en una insufrible tardanza que posterga la resignación. 

Como compatriotas es nuestro deber exigir el esclarecimiento de las masacres recientes y el castigo a los responsables; el valor cívico se ejerce como una virtud colectiva por la empatía con quienes buscan la verdad y esperan el rigor de la justicia. De la ciudadanía depende la vigencia de la fragilidad social y la persistencia del ciclo infame de la impunidad; si la indignación y los reclamos oprimidos se manifiestan en su justa dimensión, se borrarán todas las mentiras registradas…

La noche del jueves y a media luz. Sombras nada más


En algún lugar de la penumbra, cuando se disipa el matiz amenazante, las sombras envuelven los límites sensoriales y la indefensión se agudiza, pero resurge el eco olvidado de los instintos y las vulnerabilidades se desvanecen al compartirlas…

            El jueves anterior, la luz de las velas propagó un ambiente íntimo y seductor en muchos restaurantes del país porque a las 7 en punto de la noche interrumpieron la corriente eléctrica; la idea surgió en la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac) que convocó a todos sus afiliados a cortar el suministro de la energía eléctrica durante dos horas en la noche de los jueves de octubre para protestar por los incrementos en las tarifas de la Comisión Federal de Electricidad y presionar a la Comisión Reguladora de Energía (CRE).

            Tras el inicio de la campaña “Prendo una vela y apago la luz” empresarios de la industria hotelera y de la transformación se unieron a la convocatoria y dirigentes de las cámaras empresariales (Coparmex, Canaco, Servitur, Canirac, AMHM) manifestaron que en las cuestiones de la energía eléctrica estamos en penumbras. Y la sombra de la indefensión ya cubre todo el territorio nacional: Mientras esto sucedía en el centro del país, en el noroeste y a miles de kilowatts de distancia, la CFE sorprendió a muchos mexicalenses con la llegada intempestiva de adeudos insólitos; en unos casos por el consumo de energía (en uno de los meses en que se registran las temperaturas más elevadas en la región) y en otros, por un dichoso ajuste retroactivo por el mal funcionamiento de los medidores.         

El desconcierto es general y hasta el momento, no hay argumento ni defensa para eludir el pago de adeudos a la CFE, como tampoco existen las razones para los incrementos repentinos de las tarifas, mucho menos, la lógica que explique el costo diferenciado de la energía en la zona donde se produce y las tarifas comerciales suelen desfalcar a los emprendedores.

Lo único claro es la penumbra. Recientemente asistí a uno de los “Diálogos en la oscuridad” que tienen por objeto sensibilizarnos de la hostilidad del paisaje, urbano y social, ante la ceguera. Fue toda una experiencia: desde una súbita angustia hasta el primer impulso de la adaptación; desde la indefensión hasta la empatía. Por esa experiencia en la oscuridad total, auguro que la campaña “Prendo una vela y apago la luz” será todo un éxito, no sólo para protestar por la tiranía de la CFE, porque en esa penumbra deliberada se dilatarán las pupilas de los clientes y se despabilarán los sentidos adormilados por las comodidades cotidianas: el vino adquirirá un sabor desconocido, las flores exhalarán aromas que se creían obsoletos y la presencia del acompañante recuperará las virtudes  expropiadas por las redes sociales.

            Y así, por el súbito reencuentro con las sensaciones postergadas, lo que inició como una protesta podría convertirse en un reconfortante hábito. A media luz se recuperaría la sana costumbre de conversar en la cena fortaleciendo el músculo atrofiado de la cortesía; asumiríamos nuestra indefensión y en la solidaria penumbra se desvanecerían nuestras vulnerabilidades por el simple hecho de compartirlas…

“Prenda una vela y apague la luz”

domingo, septiembre 23, 2018

La batalla de los necios


En algún lugar de la discordia, merodean los adjetivos de la hostilidad exacerbando los argumentos del triunfo, enardeciendo los motivos de la derrota, transformando en incordios todas las oportunidades para el acuerdo…  

            En semanas recientes y por obra de la casualidad, he observado los efectos del fanatismo en varias conversaciones cuando los tintes políticos convirtieron a los participantes en fieros adversarios. Los encuentros de opiniones en torno a la presidencia de Andrés Manuel López Obrador son auténticos encontronazos de filias y fobias, defendidas apasionadamente. Y ahí, en la defensa a ultranza y en la contundencia del ataque, merodeaba la intolerancia.

            Paulatinamente, los mexicanos nos hemos segregado en dos opciones excluyentes y repelentes; no hay medias tintas ni tonos grises porque las alternativas se encuentran en extremos que cada vez se alejan más, alejándonos del verdadero consenso. La hostilidad entre los conversadores demerita el debate y no existe la justa medianía para lograr un acuerdo porque al calor de la discusión se evaporan las razones y emergen los prejuicios para asestar insultos sin disimulo y con desdén.

            Unos se envalentonan y otros se afanan pero el intercambio de opiniones se reduce al reproche de las diferencias entre ellos, pero tanto unos como los otros, son víctimas del fanatismo: Quienes defienden al presidente electo y quienes no lo eligieron son paladines fieles a su dogma y no admiten cuestionamientos, críticas ni observaciones. Y si alguien no comulga con sus postulados, es un adversario indigno de confianza.

Los que presencian estos altercados generalmente se quedan sin palabras, algunas veces por prudencia y otras por la efusividad de los contrincantes; en el resguardo del silencio y con pena ajena, atestiguan la metamorfosis de sus conocidos en personajes con una ferocidad desconocida cuando se les pregunta por su militancia partidista. Al percatarse de la transformación de dos finas personas en feroces energúmenos, los testigos de la polémica intentan atenuar la rispidez y calmar los ánimos exasperados alertándolos de la intolerancia inminente, pero nadie atiende los llamados a la concordia y el fiel de la balanza permanece imperturbable, esperando que la sensatez conduzca a los beligerantes al aristotélico punto del equilibrio.  

            Los incordios, y el fervor que implican, conducen invariablemente al callejón de la amargura. Estos insufribles ejercicios de la necedad concluyen cuando alguno de los involucrados desiste, ya sea por cansancio o por coraje, mientras su contra parte se vanagloria como el portador de la verdad absoluta, o sea, la neta del planeta. Tras la pírrica victoria de los necios, lo que queda en el ambiente es una sensación agridulce y la desagradable certeza del distanciamiento.

            La simpatía o militancia partidista es el criterio menos recomendable para adjudicar atributos a nuestros compatriotas, sin embargo, parece que el incordio se ha convertido en el entretenimiento favorito de la ciudadanía pero ya es tiempo de erradicarlo; el próximo presidente gobernará a tod@d l@s mexican@s, debe trabajar por el bienestar, la seguridad y el progreso de tod@s; sin importar las filias partidistas, la ciudadanía debe asumir su responsabilidad como contrapeso del poder y aprovechar todas las oportunidades para el acuerdo…

domingo, septiembre 16, 2018

Entre la urgencia y la emergencia. Redefinir lo indefinido


En algún lugar sin fronteras se compendian todos los conceptos y se definen todos los términos para hermanar las palabras y los significados; y así, gracias al lenguaje se describen los giros del destino en la cambiante configuración del mundo…

            La hegemonía de los imperios perdura por siglos y en el lenguaje se compendian el impacto y los efectos de su influencia. Actualmente, la tecnología dicta el canon del desarrollo y su influencia en nuestras vidas se detecta cuando damos un “click”, al tomar una “selfie” o cuando enviamos un “emoji”. El placebo de las redes sociales se produce con un “like” y   la paradoja de la comunicación se agudiza en el “phubbing”. Palabrejas como estas describen los nuevos hábitos (usos y vicios) en el imperio digital que se han incorporado a nuestra cotidianidad y a nuestro lenguaje.

            Por eso, desde 2005, la Fundación del Español Urgente integra las expresiones adquiridas de otra lengua por la fuerza de la cotidianidad y  desde 2013  elige a la “Palabra del Año”: “que no tiene que ser necesariamente una voz nueva, pero ha de suscitar interés lingüístico por su origen, formación o uso y haber tenido un papel protagonista en el año de su elección”.

             En el 2013, cuando surgió la polémica por las manifestaciones de ciudadanos frente al domicilio de las personas denunciadas, se elijió a la palabra “escrache” (proveniente de Río de la Plata). En 2014, la palabra “selfi” (sin la “e” al final) describió el uso abrumador del anglicismo y la propagación exponencial de esta actividad en redes sociales. En 2015 se eligió a la palabra “refugiado” porque al “emplear palabras específicas para acotar la realidad es un primer paso para relacionarse eficazmente con ella”. La palabra del 2016 fue “populismo” para redefinir las estrategias electorales que determinaron el resultado del Brexit y la victoria de Donald Trump. En el 2017, la palabra del año fue “aporofobia”, acuñada por la filósofa española Adela Cortina para definir un sentimiento existente que nadie había bautizado. Aporofobia se define como el rechazo a los pobres y ese mismo año se incluyó en el Código Penal Español como un agravante.

            En el próximo noviembre la Fundeu elegirá a la palabra del 2018 y por un extraño afán, me gustaría que escudriñaran la realidad mexicana; tal vez, emergerían vocablos para redefinir a los debates, al proselitismo y a la militancia mediática. Creo que empezar a llamar a las cosas por su nombre sería un buen ejercicio de honestidad cívica: Recuperaríamos el sustantivo “rufián” para referirnos a todos los que hacen de la política un negocio y quizás, encontraríamos en el “limbo” la confianza que hemos perdido en los gobernantes. Sea como fuere, reinventemos el lenguaje para inculcar la tolerancia, la legalidad y la empatía. Tal vez logremos conciliar significados, reescribir nuestras prioridades aunque tengamos que redefinir lo indefinido y, gracias al lenguaje, nos integraríamos a los giros del destino en la cambiante configuración del mundo…

domingo, septiembre 09, 2018

Alter ego encarnado. La canción del poeta


En algún lugar incontenible florecen los aromas que inundan la mirada; la esencia otoñal es temeraria, impetuosa, se opone y se resiste, con toda fuerza sensible, a las formalidades y protocolos…  

            El miércoles 29 de agosto, en un evento organizado por la Junta Local del INE en Baja California con motivo de la entrega de reconocimientos a l@s consejer@s electorales cuya designación concluyó, gentilmente me asignaron la exposición de motivos y les dije que una feliz coincidencia nos condujo a todos los ahí reunidos al ámbito electoral.

            Que como consejer@s nos percatamos de que en un proceso electoral, todos los días y todas las horas son hábiles, que los plazos son angustiosamente impostergables y que las responsabilidades de l@s consejer@s no están debidamente contempladas en la legislación electoral porque la cuantía y la calidad de sus esfuerzos excede, por mucho, lo plasmado en la ley. Que cuando cumplieron en tiempo y forma con las exigencias de la estrategia nacional, atendiendo punto por punto los lineamientos emitidos por el Consejo General, lo hicieron por la satisfacción del deber cumplido.

            Extraje el recuerdo más envolvente de mi experiencia en un consejo distrital para explicar el pequeño prodigio que se realiza cuando encontramos en otros la misma convicción y el mismo valor civil que nos impulsa a trabajar por el bien común; me hubiera gustado citar a Octavio Paz para confirmar que el mundo cambia cuando aquellos que se buscan, se encuentran.  Confesé que las palabras no bastaban para reconocer el valor de sus esfuerzos, que no encontraba los adjetivos…  Entonces, les hubiera dicho que las grandes hazañas de la historia se han logrado por la maravillosa fuerza de la afinidad; que las convicciones suelen generar apego y pertenencia y que por eso duele desprenderse del alter ego encarnado en l@s compañer@s.

            Les hubiera dicho que la mexicanidad auténtica se configura con las aportaciones de ciudadan@s como ell@s; que el único valor constante en la ingeniería social es la consistencia de los ideales. Hubiera descrito los matices del color de esa feliz coincidencia, hubiera parafraseado a Saramago… pero desde hace algún tiempo he sido presa de las lágrimas y cada vez me doblegan con mayor facilidad; sucumbo sin motivos aparentes y cuando menos lo espero porque no hay señales previas que me alerten. Las palabras se detuvieron por el nudo que me cerraba la garganta, mi voz se distorsionó y todo lo que quería decir se disolvió en el “hubiera”. Cuando las fibras sensibles se apaciguaron, la canción del poeta merodeaba mi mente hasta que la resignación me sorprendió repitiendo el síntoma inequívoco de mi edad: “cuando quiero llorar no lloro y a veces lloro sin querer”.

            Querid@s compañer@s: con este acto de contrición quise revertir la inclemencia del “hubiera” y decirles ahora, lo que en su momento no pude… porque es más fácil escribirlo que decirlo porque la esencia otoñal es temeraria, impetuosa, se opone y se resiste, con toda fuerza sensible, a las formalidades y protocolos…  

domingo, septiembre 02, 2018

Una cuestión de inteligencia. "Un mundo nos vigila"


En algún lugar de la ingenuidad y en la total indefensión, todos los gestos son indicios de un carácter subversivo y todas las palabras se traducen en amenazas…
           
Cuando Don Pedro Ferriz Santa Cruz advertía de la proximidad de los extraterrestres y su incursión en la vida cotidiana de todos los habitantes de la Tierra, no imaginaba que la frontera de la privacidad sería derribada por artefactos diseñados en este planeta.

Desde que el mundo es mundo, la vigilancia y el espionaje han sido el fundamento de la decisión de líderes, generales y gobernantes. En cuestiones del estado, la definición de “inteligencia” adquiere un significado implacable cuando la defensa de la seguridad nacional es el motivo que la justifica. En la actualidad, la invasión de la privacidad es un artificio utilizado despiadadamente con fines de lucro: siguiendo el rastro de las transacciones es posible configurar el perfil de un usuario y deducir sus preferencias para bombardearlo con promociones en las redes sociales. Esta es la aplicación más benigna porque existen programas que pueden invadir un teléfono “inteligente” para acceder a los mensajes en el correo electrónico, para identificar a los contactos, para escuchar conversaciones y filmar todas las escenas del día protagonizadas por un usuario incauto.

No. No es el argumento de una novela de ciencia ficción. Se trata de un virus (malware) creado por la empresa israelí NSO Group para convertir los teléfonos celulares en dispositivos de vigilancia. El espía se instala en el teléfono celular cuando el usuario reacciona con un “click” a un mensaje, a un meme o a una promoción. En 2017, varios abogados, activistas, periodistas, académicos y defensores de los derechos humanos en México denunciaron el espionaje a través de sus teléfonos celulares y se identificó al programa “Pegasus”, suministrado por NSO Group al gobierno mexicano. Inmediatamente después, el presidente Peña Nieto instruyó a la Procuraduría General de la República para la investigación del mal uso y la perversa implementación del virus.



No. No es el argumento de un cuento surrealista: El implicado en la adquisición del virus espía se investigaría a sí mismo; tal vez por eso, desde entonces a la fecha, la investigación no avanza. Y ya en los límites del realismo mágico, los funcionarios mexicanos encargados de la investigación solicitaron el apoyo del FBI, pero la agencia norteamericana decidió no involucrarse en lo que calificaron como una simulación.

No. Este no es el final del cuento. NSO Group continúa produciendo y suministrando ciber armas al mejor postor para la “prevención del crimen y del terrorismo” insistiendo en que no se responsabiliza por el mal uso de su programa. El New York Times revela el espionaje a un emir, a un príncipe saudí y al editor de un periódico árabe como una muestra del programa que NSO realizó para convencer a un cliente potencial; mientras tanto, los denunciantes mexicanos se integraron a las demandas legales interpuestas en Israel y Chipre porque en la total indefensión, todos los gestos fueron indicios de un carácter subversivo y todas las palabras se tradujeron en amenazas…
  

domingo, agosto 26, 2018

La noche de un día soleada. 50 años de silencio. Tercer y última parte




“Tiempo al tiempo y cada huella irá encontrando su arena.”
Jorge Drexler



Durante décadas, sistemáticamente, todos los intentos por dignificar el movimiento estudiantil de 1968 fueron demeritados y las memorias, mancilladas; las marchas conmemorativas devinieron en episodios de vandalismo. Los estudiantes comprometidos con el movimiento, flagelados por los artificios de un régimen represivo, se incorporaron al silencio forzado y todos los testimonios se marginaron por la contundencia del olvido institucionalizado, cuya vigencia trascendió los primeros gobiernos de alternancia.

En diciembre del 2001, la portada de la revista Proceso recuperó la fotografía de un estudiante golpeado, semi desnudo, empapado; al fondo aparecen soldados sometiendo a otros estudiantes bajo la leyenda: “Tlatelolco 68: Las fotos ocultas”. Era el ejemplar 1,310 (10 de diciembre 2001) con la convocatoria “Reconozca y Reconózcase: quienes tengan una historia que contar sobre los personajes, víctimas o victimarios, que aparecen en estas fotografías, comuníquese a la Redacción”.
 
Y el joven de la portada se reconoció, se comunicó con la revista Proceso y brindó su testimonio, que fue publicado en el ejemplar 1,311 (16 de diciembre 2001): Florencio López Osuna, fue dirigente de la Escuela Superior de Economía del Instituto Politécnico Nacional (IPN) en 1968 y en el 2001 era Subdirector de la Vocacional 5 del mismo instituto. La fotografía (de autoría anónima) fue tomada en el momento de su detención en el edificio Chihuahua en Tlatelolco, poco antes de su traslado al Campo Militar Número Uno donde permaneció hasta su reclusión en Lecumberri.

Pero la convocatoria de la revista Proceso tuvo un desenlace increíble: resucitó los artificios más perversos de la censura, imponiendo un silencio fatal y absoluto. En el ejemplar 1,312, de la siguiente semana (23 de diciembre 2001) se publicaron los reportajes que cubrieron la extraña muerte de Florencio López Osuna, cuyo cadáver fue encontrado en un hotel de paso la noche del jueves 20 de diciembre, apenas 4 días después de la publicación de su testimonio.  

Pero los esfuerzos por esclarecer las sombras que envuelven ese episodio no han claudicado. Fabrizio Mejía Madrid consultó las 5,000 páginas del expediente de Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado (que surgió y desapareció en el sexenio de Vicente Fox) y 60 libros testimoniales para recuperar, momento a momento, los 123 días del movimiento estudiantil en su novela “Esa luz que nos deslumbra”.


Quiero creer que por fin podremos leer el capítulo maldito que siempre se excluyó de la historia oficial; ojalá que un testimonio ya no signifique arriesgar la vida; espero impaciente el derrumbe de la feroz custodia del pasado para que las leyes del tiempo alivien el dolor que estuvo recluido en el olvido y que por fin, nada ni nadie se resista a sus efectos…  


domingo, agosto 19, 2018

La noche de un día soleado. 50 años de silencio. Segunda parte


“Tiempo al tiempo y cada huella irá encontrando su arena.”
Jorge Drexler


En algún lugar hermético y ferozmente custodiado languidecían las imágenes de un dolor recluido en el olvido; pero las leyes del tiempo son implacables y nada ni nadie se resiste a sus efectos…  

Mientras todo el mundo celebraba la paz olímpica, en 1968 se implementaba el mecanismo de control para silenciar cualquier testimonio capturando todos los vestigios de la verdad del movimiento estudiantil y la mediocracia se sometió a la prohibición gubernamental de publicar fotografías y testimonios.

El flagelo de la censura oficial sometió a todos los medios… excepto a uno: la revista ¿Por qué? de Mario Menéndez Rodríguez (testigo presencial de la masacre de Tlatelolco), fue la única que publicó las fotografías de aquella noche y las declaraciones de los sobrevivientes que fueron entregadas por los periodistas y reporteros que las captaron porque no serían publicadas en sus respectivos medios. Mario Menéndez Rodríguez fue perseguido por el gobierno; las instalaciones de la Revista ¿Por qué? fueron destruidas, literalmente, pero ningún periódico publicó la noticia y nadie se atrevió a defenderlo. Fue aprehendido y sentenciado a 30 años de prisión en Lecumberri; tras una negociación, recuperó su libertad pero perdió la ciudadanía mexicana. Emigró a Cuba y se dedicó a escribir sobre sus experiencias pero ninguno de sus libros se ha publicado en México.

Todos los intelectuales orgánicos callaron… menos uno: Octavio Paz renunció a la embajada en la India y en respuesta a la petición del Comité Organizador de aquellos Juegos Olímpicos escribió el poema “México: Olimpiada de 1968”, que no se leyó en la ceremonia de inauguración porque sus versos equiparaban la plaza de Tlatelolco con el altar azteca de sacrificios humanos, omitiendo deliberadamente cualquier alusión a la gloria olímpica.

Y entonces, en el silencio generalizado, surgieron las versiones apócrifas que durante décadas distorsionaron la realidad y que aún ahora deambulan en las arengas de todos los ingenuos que aún creen en la amenaza del comunismo internacional en el 68. Los estudiantes comprometidos con el movimiento, flagelados por los artificios de un régimen represivo, se incorporaron al silencio forzado y todos los testimonios se marginaron por la contundencia del olvido institucionalizado, cuya vigencia trascendió los primeros gobiernos de alternancia. Sistemáticamente, todos los intentos por dignificar el movimiento fueron demeritados y las memorias, mancilladas; las marchas conmemorativas devinieron en episodios de vandalismo.

Así como infiltraron a sombríos personajes del régimen entre las filas de los estudiantes, deslizaron motivos apócrifos que distorsionaron la narración de los hechos en la versión oficial de un capítulo prohibido. Los recuerdos de quienes vivieron aquellos tiempos eran indiscreciones ficticias, el cuento de nunca acabar en cualquier conversación, poco menos que obsesiones delirantes por una fiebre anacrónica porque en los albores del siglo XXI seguíamos esperando la reivindicación por las leyes del tiempo…

Continuará                                                       

lunes, agosto 13, 2018

La noche de un día soleado. 50 años de silencio. Primera parte




“Tiempo al tiempo y cada huella irá encontrando su arena.”
Jorge Drexler

En algún lugar hermético y ferozmente custodiado languidecían las imágenes de un dolor recluido en el olvido; pero las leyes del tiempo son implacables y nada ni nadie se resiste a sus efectos…   

La contundencia de los años es ineludible. Parece que por fin languideció el poder que reprimía todos los esfuerzos por esclarecer el movimiento estudiantil de 1968; quiero creer que la férrea censura y las violentas represalias quedaron atrás. Hoy por hoy, la memoria se sublima acariciando las heridas latentes provocadas por un olvido forzado:

La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) publica una serie de suplementos de su Gaceta, desde julio y hasta noviembre, con la recuperación de “trozos” de la memoria de los acontecimientos del movimiento estudiantil; el programa de conmemoraciones de la UNAM incluye más de 110 actividades y la creación de un patronato. Y a principios de agosto, TV UNAM estrenó la serie “Verano del 68” dirigida por Carlos Bolado, quien después de 9 años de censura podrá compartir “la historia que siempre quiso contar”. 

El 22 de julio de este año, el micrositio digital “A 50 del 68. La historia que nos une” inició la recreación de los acontecimientos que desencadenaron el movimiento estudiantil y la efervescencia social en 1968 recuperando testimonios de los protagonistas en un muro virtual, adaptando los mensajes de aquel entonces a la inmediatez de las redes sociales.

Otro esfuerzo para esclarecer este episodio es el lanzamiento de la “Colección M68. Ciudadanías en movimiento” del Centro Cultural Universitario Tlatelolco (CCUT) que integrará el archivo histórico del periódico El Universal sobre el movimiento estudiantil en un cerebro digital.

Y así, las verdades saldrán a relucir, y la recuperación de las verdades es un motivo para celebrar porque el peso inclemente del silencio forzado fue atroz. En aquel entonces, todos los medios de comunicación transmitieron la versión oficial de los hechos. Un ícono de la censura de aquellos días es la frase con que Jacobo Zabludovski inició la emisión del 2 de octubre del noticiero 24 horas de Telesistema Mexicano. Después de la masacre en Tlatelolco y de una tarde con tormentas, la nota inicial fue: “En la ciudad de México hoy fue un día soleado”.

Y al día siguiente, el 3 de Octubre, las primeras planas de la prensa sometida (y vendida, como muchos la califican) describían un sangriento zafarrancho entre las fuerzas armadas y un grupo de francotiradores conformado por estudiantes, comunistas y terroristas cuya misión era vulnerar al estado mexicano en la víspera de los juegos olímpicos. No… no es casualidad: de ahí surgió el nombre del batallón Olimpia.  

La libertad de prensa, la objetividad y la imparcialidad periodística se refundieron en un cajón extraviado obedeciendo las exigencias de la “Corte del boletín”, como define José Carreño Carlón al mecanismo de control y censura ejercido en aquel entonces cuando las fuerzas del régimen custodiaban ferozmente las imágenes del dolor infringido y las recluyeron en las mazmorras del olvido forzado; pero las leyes del tiempo son implacables y nada ni nadie se resiste a sus efectos…
Continuará…          

domingo, agosto 05, 2018

Rompiendo lanzas. El discreto encanto del contraste

En algún lugar veleidoso, muy lejos de la consistencia, las fobias se convierten en filias, los ataques encarnizados se transforman en lisonjas disfrazadas y en un giro insólito, se rompen lanzas por los enemigos de antaño…

La victoria de Andrés Manuel López Obrador fue contundente, insólita. El próximo régimen inicia con un efecto trepidatorio conmocionando las estructuras de la parafernalia mediática al servicio del gobierno. La comentocracia y los opinólogos orgánicos han hecho gala de sus mejores artificios para atenuar el giro excéntrico de su perspectiva y disimular el contraste en sus críticas. Algunos se ufanaban como moderados e imparciales porque insertaban su rechazo entre las líneas de su discurso enfatizando su postura con medios tonos y medias tintas. Aquellos que aprovecharon las bondades del periodismo para defender su condición orgánica, lanzaron críticas implacables con el pretexto de formar opinión.

Sin saber cómo ni cuándo, aquellos que atacaron ferozmente al candidato ahora le desean la mejor de las suertes al virtual presidente electo, justifican sus propuestas y se afanan en detectar las ventajas de lo que alguna vez descalificaron. Categóricamente, pero con discreción, se desplazaron de un extremo a otro. Ahora, los unos y los otros, se desdicen con la gracia del cinismo y se atreven porque creen, firmemente, en la escasa memoria de la gentil audiencia.

Sea como fuere, encubrir las filias y las fobias entre las palabras de una nota informativa es mucho más que una ofensa a la inteligencia porque desvirtúa la esencia del periodismo, definido por Gabriel García Márquez como el “mejor oficio del mundo”. Y tratar de encubrir el giro absoluto en sus intereses, es un flagelo insufrible. La simpatía por algún partido, la adherencia a una ideología o la defensa de un proyecto son humanamente inevitables, pero deben asumirse éticamente, como deben admitirse los errores, las omisiones y los cambios de perspectiva.

Hoy por hoy, cuando Andrés Manuel se prepara para recibir las carpetas de la administración pública, como secuela de la designación de Manuel Bartlett como el próximo director de la Comisión Federal de Electricidad, la comentocracia ha divulgado toda clase de opiniones incluyendo la redefinición de la caída del sistema en 1988 como una “elección inequitativa”, como el gran “mito” que “transformó el sistema político mexicano en una auténtica democracia”. Los orgánicos pretenden redimirse y se disfrazan de transgénicos. 

Esta es apenas una de las redefiniciones que se avecinan. Le recomiendo que acuda a los datos y a las cifras originales, evite a los intermediarios y configure su propia opinión. Ojalá que, en el próximo régimen, la crítica se mantenga a una sana distancia del poder y se erija como una autoridad ética e intelectual porque su ausencia sería un brutal retroceso. En estos días, la química primigenia de los opinólogos es poco menos que una quimera y ya no se distingue la militancia autentica y asumida de las simpatías artificiales porque súbitamente las fobias se convirtieron en filias, los ataques encarnizados se transformaron en lisonjas disfrazadas y en un giro insólito, se rompen lanzas por los enemigos de antaño…

domingo, julio 29, 2018

La dinámica de las expectativas. Juntos y revueltos


“Los únicos interesados en cambiar el mundo son los pesimistas,
porque los optimistas están encantados con lo que hay.”
José Saramago

En algún lugar imprevisto y en un momento largamente esperado, emergieron  todos los motivos reprimidos y ese impulso deberá vencer  las inercias que obstruyen la dinámica de las expectativas…

Las reacciones a las primeras reformas propuestas por el virtual presidente electo exhiben la aguda polarización social que nos aflige: aquellos que las rechazan en forma pronta, expedita, casi instantánea y a veces instintiva, pertenecen a la élite favorecida por  los regímenes anteriores, son los “optimistas” que identificó José Saramago, los residentes del estrecho círculo de los privilegios que ahora se resisten a perderlos; y quienes las aceptan justificándolas y festejándolas con pasión y vehemencia, a veces con desplantes irreverentes, son los “pesimistas” que han atestiguado los abusos del poder y la prepotencia de una clase gobernante que solía desenvolverse con gracia en un ámbito inmune y ajeno a la ciudadanía.

Y estas antípodas se enfrascan en diatribas, peroratas y arengas enardecidas en una reacción lógica e inevitable pero ya es menester superarla y dejar los debates atrás porque los excesos que ahora se pretende eliminar son verdades innegables, evidentes y casi absolutas. La secuela de la confrontación entre pesimistas y optimistas debe derivar hacia el cambio como voluntad y hacia la convicción del bien común, ese ideal que ha sido postergado en la versión más déspota de la partidocracia.

Desde la perspectiva de los defensores del cambio, estamos en el umbral de una posibilidad que parecía improbable. Hoy por hoy, la deconstrucción de Estado implica la extirpación de los vicios que aquejan la actitud social; tal vez, será más sencillo reducir los salarios de los legisladores que erradicar la prepotencia, pero es un buen principio. Quizá, si el ejemplo realmente predica, un buen día, nos habremos despojado de  los hábitos que propician la corrupción y la impunidad y la ciudadanía asumirá su responsabilidad como el contrapeso del Estado.

Es una misión ambiciosa y una visión que podría calificarse como idealista, pero así empezaron las grandes transformaciones sociales. El cambio hacia una república sustentada en el auténtico valor civil bajo el imperio de la ley es un reto sin precedentes en la historia patria. Es insólito casi inaudito pero no imposible porque existen ejemplos excelsos en el mundo: países que se han erigido desde la derrota por la suma nacional de los esfuerzos, por la preponderancia de la honestidad, la participación y la rectitud como valores compartidos. Así, hasta los sueños más guajiros son posibles.

            En el mejor de los escenarios, la confrontación y la ruptura se aliviarían con el bálsamo de la empatía para cicatrizar las heridas causadas por la desigualdad y la injusticia. Apenas estamos en el umbral de lo imposible; la realización de este sueño, que merodeaba en las conciencias inquietas, dependerá de todos. Los pesimistas deberán abandonar sus resentimientos y los optimistas sus excesos, y todos,  asumiendo la ciudadanía como una virtud y una responsabilidad, juntos y revueltos venceremos las inercias que obstruyen la dinámica de las expectativas…


domingo, julio 22, 2018

En un puente de París. ¿A qué le tiras cuando sueñas?


“Seamos realistas,  pidamos lo imposible”
Herbert Marcuse

En algún lugar del porvenir se construyen los ideales y se configuran las utopías; cuando llega el momento, la realización de los sueños exigirá el abandono del pasado para materializar los anhelos y las convicciones…

Como ejemplo vivo de mi generación, permanezco en una etapa intermedia hacia la digitalización: celebro las bendiciones de la tecnología en el acceso a la información y para mantener el contacto con los seres queridos, pero aún prefiero las versiones concretas y tangibles. Por ejemplo, después de buscar y buscar sin éxito en bibliotecas y librerías, le doy gracias a la nube cuando encuentro el ansiado libro digitalizado; lo leo, lo disfruto, lo atesoro… pero sigo anhelando la versión impresa. Uno de los síntomas de mi causi-digitalización es la estrecha cercanía con las ideas y las palabras: mis libros consentidos acompañan mis sueños porque reposan plácidamente cerca de la cabecera de mi cama. Uno de los autores con quienes mantengo esa estrecha cercanía es Julio Cortázar, a quien reencontré anoche en Internet en una fotografía tomada en  un puente de París durante la Primavera del 68 junto a la famosa frase de Marcuse. En aquel entonces, y ahora, la frase de Marcuse exalta la asombrosa capacidad de nuestra especie para imaginar un futuro mejor; pero Marcuse también detectó la fragilidad de lo utópico cuando “está bloqueado por el poder de las sociedades establecidas”. Y yo me atrevo a agregar “por la resistencia al cambio de hábitos y actitudes”.

Todo avance implica el abandono de lo conocido y lo cotidiano. Por eso, los primeros proyectos del gobierno de Andrés Manuel López Obrador han provocado reacciones contrastantes. Una de ellos es la descentralización de las secretarías y dependencias del gobierno federal; durante décadas, fue poco menos que un sueño guajiro: se admitía su conveniencia, pero se descartaba por la magnitud del esfuerzo requerido y por el costo político de su implementación.

Como lo han reconocido los expertos, la descentralización es “un mecanismo efectivo y adecuado que generaría desarrollo económico y potenciaría ciudades”. El desacuerdo surge por la mudanza y todo lo que implica: el cambio del domicilio y de hábitos, la adaptación al nuevo entorno. No será fácil, pero no es imposible. Muchos empleados del gobierno federal y del sector privado han trasladado su residencia varias veces porque así lo exige la normatividad de la dependencia o las estrategias de la empresa. Es una cuestión de disciplina y actitud.

Estamos en uno de esos momentos históricos que delimitan el antes y el después. Si realmente estamos convencidos de la imperiosa necesidad de transformar al país, debemos aceptar que el cambio, tan ansiado y esperado, se logrará con la suma de todos los esfuerzos individuales.
Actualicemos la frase de Marcuse: seamos realistas y logremos lo imposible. La construcción del porvenir es una tarea multitudinaria, es un desplazamiento masivo y una mudanza de actitudes porque la realización de los sueños exige el abandono del pasado para materializar los anhelos y las convicciones…

domingo, julio 08, 2018

Crónicas electorales. La suma de todos los votos. Estamos unidos mexicanos


“La historia es nuestra y la hacen los pueblos”
Salvador Allende

En algún lugar del porvenir, en el momento exacto en que las causas determinan los efectos se registran los hitos de la historia; a partir de entonces, la realización de los anhelos requiere la participación de tod@s l@s que se atrevieron a soñar con un futuro  mejor…

La jornada electoral del 1 de julio se registrará como uno de los hitos en nuestra historia por la consolidación de la democracia: gracias a la intensa participación de la ciudadanía en los comicios, los resultados adquieren legitimidad confirmando que el voto es el mejor instrumento para expresar la voluntad del electorado. En los días posteriores a la jornada, con los paquetes electorales resguardados en los distritos del INE, se procedió al cotejo de las actas del escrutinio y cómputo de cada casilla y después se realizó el recuento para otorgarle certeza a los resultados.

El porcentaje de los paquetes en recuento superó el 70% y esta actividad se realizó atendiendo a un procedimiento escrupuloso que debe concluirse en los plazos determinados. En todos los distritos, l@s funcionari@s del INE y l@s consejer@s coordinaron a l@s capactador@es (CAEs) en los grupos de trabajo y en los puntos de recuento, con sumo cuidado, con todo el apremio y contra el reloj, en jornadas exhaustivas y extenuantes. Por eso, en la suma y el recuento de todos los votos debería ponderarse también el esfuerzo de tod@s l@s involucrad@s considerando las exigencias del lineamiento, la brevedad de los plazos, las limitaciones de los recintos y las condiciones climatológicas.  

En la mayoría de los casos, el recuento confirmó los resultados y en un breve acto protocolario se expidieron las constancias de mayoría y validez a los diputados y senadores electos. El presidente electo recibirá la constancia de mayoría y validez expedida por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. El próximo 1 de Septiembre se instalará la siguiente legislatura en el Congreso de la Unión y el próximo presidente iniciará su mandato el 1 de Diciembre.

Pero eso no significa que los afanes democráticos hayan concluido. La participación en las elecciones con la emisión del voto es apenas el inicio porque la convicción democrática debe instalarse en la cotidianidad. El ingrediente principal del antídoto contra los absolutismos es la participación de los ciudadanos vigilando a los gobernantes, el cumplimiento de las promesas empeñadas y los compromisos adquiridos, la observancia de las leyes y el respeto a los derechos humanos. El gran cambio que se anhela será posible cuando todos los anhelos coincidan, cuando la inmensa mayoría se aglutine para vencer las inercias que nos han impedido instaurar la cultura de la legalidad, cuando la tranza, el gandallismo y el chanchullo dejen de ser un motivo de orgullo malsano. La posibilidad de construir un México mejor reside en tod@s.

Hoy concluyen estas crónicas electorales. La participación ciudadana en los comicios fue del 63.42% y a partir de ahora, es imperativo superar ese porcentaje porque la construcción del México justo, humano y generoso que tod@s anhelamos requiere la participación de tod@s l@s mexican@s, unid@s para compartir  el sueño de un futuro  mejor… y realizarlo!

Porque mi país me importa!

domingo, julio 01, 2018

Crónicas electorales. México: creo en ti


“Ir a votar es afirmarnos como miembros de un pacto colectivo,
de ese conjunto de anhelos y sueños, de emociones y razones
que integran nuestra vida cotidiana y nuestro futuro.”
Lorenzo Córdova Vianello

En algún lugar de la madrugada, mientras los contendientes velaban sus armas, la luz de la Luna resaltaba la metáfora más bella de los pueblos;  al amanecer, emergió un derecho primigenio y la soberanía de la nación se reflejó en 89 millones de fragmentos…  
            Escribo esta columna en la madrugada del domingo 1 de Julio con la misma convicción que me ha impulsado desde el primer día del proceso electoral: la participación ciudadana es el garante de los comicios. Todas las actividades en la preparación de la jornada electoral se someten al escrutinio de l@s consejer@s, l@s capacitador@s, l@s funcionari@s de casilla, l@s representantes de partidos políticos y l@s observador@s acrededitad@s. 
En estas crónicas electorales compartí lo que he constatado durante el proceso electoral y describí sus etapas y actividades, la magnitud de los esfuerzos realizados, la convicción de l@s participantes, los sistemas y los programas de información. Como estas crónicas, hay miles de fuentes con información veraz y verificable porque ésta, la elección más grande de nuestra historia  será también la elección más explicada y más vigilada.
Sin embargo, durante la veda que precede al domingo electoral proliferó la desinformación en todas sus modalidades: ilustres desconocidos revelaron datos escalofriantes para fundamentar suposiciones espeluznantes y circularon testimonios apócrifos denunciando las perversidades cometidas por los esbirros de los poderes siniestros infiltrados en el INE.
Por ejemplo, los portadores de la neta del planeta revelaron que durante el traslado del material electoral, los camiones se detuvieron “en medio de la nada” para sustituir las boletas en limpio por boletas previamente marcadas a favor de un partido político porque la empresa  que se encargó del traslado es propiedad de Vicente Fox. En estos momentos abundan los videos de falsos testimoniales sobre el marcador para votar, del voto de los mexicanos en el extranjero, de los paquetes electorales, de la ubicación de las casillas, y de todo lo relacionado con la elección.
Las redes sociales están saturadas de memes, documentos, imágenes y videos desacreditando la organización de la jornada electoral; en los portales informativos se destaca el robo o la destrucción de boletas y paquetes electorales; los más audaces, ya descubrieron el hilo negro y la ruta crítica del fraude por venir; y no faltan las almas caritativas que alertan a la población de un levantamiento armado, de un boicot o de una amenaza imprecisa pero inminente contra la seguridad nacional por lo que aconsejan no salir de casa.

Lamento que estas falsedades sean aceptadas como verdades absolutas pero lo que más me duele, es que desacreditan al único organismo ciudadanizado de la administración pública. Si algo me consta es el apego a la legalidad y la imparcialidad de l@s funcionari@s,  consejer@s, capacitador@s y asistentes del INE.
Y aquí es necesaria una precisión: cuando algunos “reveladores” descubren los artificios del “fraude electoral” lo que describen es la compra de votos, las amenazas o la coacción, delitos electorales que cometen las huestes partidistas antes de la emisión del voto, manipulando la actitud y condicionando la decisión de los ciudadanos. El fraude se comete fuera de las casillas  y lejos del ámbito de competencia del INE;  si usted es testigo o víctima de la compra o coacción de su voto, denúncielo a la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales FEPADE al 01 800 833 72 33 o en el portal www.fepadenet.gob.mx
En estos momentos el desenlace del proceso electoral aún no se escribe; espero que impere la prudencia y todos,  los electores, los contendientes, los medios y las encuestadoras, aguarden los resultados de la sesión del cómputo en el INE; ojalá que los contendientes se comporten a la altura de las circunstancias y que ninguno incida en la patética estrategia de auto proclamarse vencedor.
La madrugada está en calma. Y yo, quiero creer que el valor cívico es mucho más que una probabilidad, que la apatía de pocos ya no será suficiente para opacar el entusiasmo de muchos, que el desencanto puede revertirse, que el porvenir es una construcción social que exige la reconstrucción de los cimientos culturales. Quiero creer que la ciudadanía acudirá a las urnas y  emitirá su voto libremente ejerciendo su derecho primigenio porque la soberanía de la nación se reflejará en 89 millones de fragmentos…    
Porque mi país me importa: Voto libre!

domingo, junio 24, 2018

Crónicas electorales ¿Dónde empiezan los principios? La numeralia de lo intangible


En algún lugar infalible y certero las cantidades adquieren una dimensión exorbitante cuando las convicciones ennoblecen los esfuerzos; y así, todo lo cuantificable es asombrosamente pequeño y todo lo tangible resulta ínfimo cuando se inicia la construcción del porvenir…

Conforme avanza la cuenta regresiva se intensifican los esfuerzos en la preparación de la elección más grande en la historia de los procesos electorales en México. La expresión no es retórica ni metafórica: es geográficamente compleja porque habrá elecciones concurrentes (a elegir cargos federales y locales) en 30 de los 32 estados del país (en Baja California y Nayarit se elegirán únicamente cargos federales); es cuantitativamente insólita porque se elegirán 18,299 cargos: 629 federales (1 Presiente de la República, 500 Diputaciones y 128 Senadurías en el Congreso de la Unión) y 17,670 cargos locales (8 Gubernaturas, 972 Diputaciones locales, 1,596 Presidencias Municipales, 16 Alcaldías, 1,237 Concejales, 1664 Sindicaturas, 12,013 Regidurías, 19 Regidores Étnicos, 24 Presidencias en Juntas Municipales, 24 Síndicos y 96 Regidurías).

El domingo 1 de julio se materializará el valor cívico, uno de los conceptos etéreos que nos aportan identidad y pertenencia como mexicanos porque ese día, la soberanía de la Nación se dispersa en todo el territorio para otorgar al electorado la facultad de elegir a sus representantes y gobernantes. Y el electorado, es mucho más que una palabreja dominguera porque identifica con nombre, apellidos y domicilio a los 89,123,355  mexicanos que cuentan con credencial para votar y que integran la Lista Nominal. Pero la pertenencia es un atributo que trasciende las fronteras y en esta elección también participarán los 181,256 mexicanos que conforman la Lista Nominal de Electores Residentes en el Extranjero.

El electorado podrá expresar su voluntad al emitir su voto en las 156,899 casillas que incluyen 1,054 casillas especiales donde podrán votar las personas que se encuentran lejos de su domicilio, y por primera vez se instalarán casillas en hospitales públicos para recibir los votos de los pacientes y sus familiares, del personal médico y administrativo. En la jornada dominical 1,400,022 ciudadanos, en calidad de autoridad y funcionarios electorales, recibirán y contarán los votos, para la que fueron capacitados por 38,766 asistentes electorales cuyo desempeño es vigilado por 6,277 supervisores. Para el funcionamiento de las casillas electorales se imprimieron 281,702,835 boletas electorales, 1,277,492 actas de casilla y 6,461,984 formatos.

Esta numeralia refleja la magnitud tangible de la elección del 1º de julio, pero estas cantidades adquieren una dimensión exorbitante cuando se aplica el factor del esfuerzo humano porque detrás de cada cifra existe una convicción que motiva a todos los involucrados  para aportar su tiempo y su atención, para abandonar el breve espacio en que se recluyen las prioridades personales y trabajar por el bien común. El significado de un voto excede su manifestación concreta; detrás de cada boleta electoral se concentran todas las horas del trabajo realizado, en cada folio se compendia la atención de miles de miradas que supervisaron el procedimiento que culminará en los comicios.  

Si en estos momentos yo estuviera escribiendo un cuento bien podría inventar una pequeña república habitada por todos los involucrados en la preparación de la jornada electoral:  personajes comprometidos y  plenamente convencidos de la importancia de su labor y dispuestos a trascender el estrecho  umbral del individualismo portando las convicciones que los humanizan en un relato que ennoblece todos sus afanes porque  todo lo cuantificable es asombrosamente pequeño y  todo lo tangible resulta ínfimo cuando se inicia la construcción del porvenir…

Porque mi país me importa: ¡Voto libre!