domingo, abril 25, 2010

Relatividad mexicana

“Hay dos cosas infinitas:
el universo y la estupidez humana.
Y del universo no estoy seguro”.
Albert Einstein


En algún lugar del planeta, la naturaleza hace una excepción y no se aplican las leyes universales de la física; en ese recoveco terrestre, el tiempo y el espacio son relativos y la insensatez se expande a la velocidad de la luz: debido a esa fantástica condición, ahí, todas las quimeras son posibles…

Desafiando todas las leyes de la cordura, los legisladores mexicanos se disponen a refutar una tesis ancestral que postula la imposibilidad de filosofar en situación de indigencia: por una mayoría estratosférica, el Senado aprobó la ley para la creación de la Agencia Aeroespacial Mexicana AEXA (que debería ser MASA: la versión mexicana de NASA), un organismo público descentralizado de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, cuya función principal será formular las líneas generales de la Política Espacial de México así como el Programa Nacional de Actividades Espaciales.

El presupuesto inicial de 10 millones de dólares deberá ser suficiente para la elaboración de planes y programas y para la edificación del aparato burocrático que sustentará el funcionamiento de AEXA. Según el proyecto, en una década habrá resultados tangibles: una plataforma de lanzamientos en las costas de Yucatán y el centro de comunicaciones en Tulancingo.

Y así, la visión de los legisladores se extiende más allá del firmamento: eludieron los estragos de la pobreza galopante en el relieve mexicano, ignoraron el peso molecular del rezago educativo. La audacia de los legisladores es un factor imponderable cuyo propósito es impresionar a los ingenuos. No obstante, cuando la fuerza gravitacional provoca un aterrizaje forzoso se restablece la conexión entre las neuronas. Y es entonces cuando se determina la magnitud de esta aberración.

Sí! … Este decreto confirma que es posible emprender la conquista del espacio exterior, porque México estará presente en cada uno de los componentes, tornillos, conductores y tuercas que se maquilen para las agencias extranjeras que construirán las naves, satélites y cohetes que surcarán el espacio infinito.

Sin el respaldo educativo, sin tecnología nacional ni científicos mexicanos, AEXA sólo será una productora de insumos, una prestadora de servicios aeroespaciales. Tal vez, la creación de AEXA responde a necesidades de agencias espaciales extranjeras que requieren minimizar costos.

La posibilidad de enviar una nave espacial fabricada en México, tripulada por mexicanos en una misión coordinada e implementada en instalaciones mexicanas, es poco más que un sueño guajiro elevado a la enésima potencia.

Sólo en un arranque maniaco de inspiración es posible imaginar un mensaje como éste:

Sí!... La participación de México en la carrera espacial es un desliz fantasioso en un discurso desorbitado, porque en el recinto legislativo el tiempo y el espacio son relativos, la insensatez se expande a la velocidad de la luz y debido a esa condición excepcional, políticamente, todas las quimeras son posibles…

sábado, abril 24, 2010

Generación XXL

En algún lugar vital, en el núcleo de la personalidad, se configuran las actitudes y los ideales; y es justamente ahí, sobre el horizonte de las expectativas, donde se inscribe el canon social y se condiciona la conducta…

Desde la oscuridad de los tiempos, desde el amanecer de la humanidad, el entorno ha determinado el paradigma y ha modelado a los próceres en cada periodo histórico. Cuando la Modernidad implantó el paradigma de la industrialización como el único sendero hacia el progreso, se transformaron los códigos de conducta y el trabajo se erigió como el móvil en la sociedad de consumo.

El trabajo se ha diversificado y en la sociedad de mercado los estándares reflejan exclusivamente el poder adquisitivo. Debido a la incursión de los padres en el ámbito profesional, el tiempo destinado a la comida en familia se desvanece entre las distancias, los horarios, las prisas y las exigencias del trabajo.

Con la modernidad, la comida rápida y el entretenimiento incursionaron en la vida cotidiana; las comodidades generadas por la tecnología avanzada y el impacto de las telecomunicaciones produjeron un nuevo sedentarismo. Los niños y adolescentes crecen dentro de un hogar erigido como perímetro de seguridad, exploran el mundo navegando en la Red y conocen la realidad circundante por los videos en una página de colaboración multitudinaria. La televisión es la compañera insustituible en la infancia.

La generación (extra-extra-grande) es el reflejo de nuevos hábitos: la ingesta diaria de porciones desmesuradas de comida rápida, la expectación pasiva ante un monitor y los juegos reducidos a un dispositivo de video. Pero además, la generación XXL soporta un presente matizado por la discriminación en un entorno donde la flacura exacerbada es sinónimo de belleza y, además, se enfrenta a un porvenir diagnosticado como degenerativo.

La formación de individuos sanos, plenos y felices, exige cambios drásticos en el estilo de vida de niños y adultos, de padres y maestros. La comida chatarra y el sedentarismo, como pautas arraigadas y extendidas de conducta, no se modificarán por un decreto o una reforma, mucho menos por el cabildeo de los legisladores.

Recientemente, los senadores analizaron las reformas a la Ley Sanitaria, a la Ley de Educación y a la Ley para la Protección de Niños y Adolescentes, como respuesta a la obesidad, al sobrepeso y a los trastornos alimenticios que predominan en la población. Sin embargo, los legisladores han encontrado todos los obstáculos posibles para la implementación de una idiosincrasia que pondere la salud y el bienestar social.

Los senadores argumentan que “no se puede obligar a las escuelas a impartir media hora diaria de actividad física porque la gran mayoría de los planteles carecen de espacios para la práctica del deporte”. Y para cerrar el círculo de las contrariedades, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) planteó que no existen las condiciones de infraestructura, ni el número suficiente de maestros ni el tiempo adecuado para que se cumpla esta reforma, que consideran autoritaria.


Los hábitos se generan por la repetición deliberada y frecuente; los hábitos perniciosos sólo sucumbirán cuando se recuperen las prácticas que han caído en desuso: el cuidado de la alimentación en el hogar, la dosificación del tiempo dedicado al ocio cibernético, los juegos que involucran actividad física.

Para recuperar la salud y la integridad física será necesario navegar contra la corriente y superar los obstáculos en un régimen insuficiente e ineficiente, además, será preciso resistir los embates del mercado y de los arquetipos de una felicidad sustentada en las comodidades y el ocio, para reconfigurar el canon social y modificar la conducta…

domingo, abril 11, 2010

Gentilicios y terruños

“el edificio social, con toda su complejidad,
no pasa de ser un castillo de naipes,
sólido sólo en apariencia”
La balsa de piedra
José Saramago


En algún lugar circunstancial donde se fincan los contubernios, en el momento exacto entre el error y el desastre, en un desliz de la ética y la cordura, se traza el desplazamiento inexorable de la fortuna al infortunio…

El domingo 4 de abril, la ciudad de Mexicali, en la península de Baja California, México, fue sacudida por un terremoto de 7.2 grados en la escala de Richter; desde entonces se han registrado casi tres mil replicas de intensidad fluctuante.

La magnitud de los daños y las secuelas del desastre se condensan en un rubro esquivo; hoy por hoy: son 25,000 los damnificados en el Valle de Mexicali, 4 canales de riego destruidos, 60,000 hectáreas cultivadas inundadas por la emanación de agua bermeja y azufrosa; en la ciudad son evidentes los estragos causados por el terremoto en edificios e instalaciones públicos (hospitales, escuelas, oficinas) más una cifra en ascenso de viviendas inhabitables (1).

Como suele suceder, los siniestros naturales superan las ficciones más estrafalarias y desencadenan una reacción humana expansiva. La incesante actividad sísmica, la tenue separación de la península, el desconcierto y la impericia incrustados en la política, ubican a los bajacalifornianos en el preludio de una parábola de largo aliento.

Pero en el plano de la realidad, y en cuestión de gentilicios y terruños, es imperativo declarar que el contenido siempre es mayor que el continente: la solidaridad de los mexicalenses supera la grandeza de su territorio, Mexicali es mucho más que un perímetro urbano en el relieve desértico.

La generosidad espontánea de los mexicalenses está aliviando los perjuicios del siniestro a pesar de la cruel indiferencia de la mediocracia que ha relegado el evento a una escueta nota informativa. La cobertura del terremoto, sus replicas y sus secuelas es también un producto mediático susceptible a los mecanismos del mercado, a los procedimientos de exclusión y control sobre el discurso social y a la censura discriminada.

Una noticia sin elementos grotescos ni tintes sangrientos, un recuento de daños sin pérdidas humanas ni duelos, las evidencias de una intrincada red de complicidades, corresponde a un evento que no cumple los requerimientos del sensacionalismo mediático que abandonará rápidamente los titulares.




No obstante, los escenarios de la devastación, tanto en el valle como en la ciudad, se han divulgado en las redes sociales, en un sendero alterno a la transmisión mediática. Ahí, en un entorno ubicuo socialmente compartido es posible atestiguar los estragos del olvido institucional a la infraestructura del valle del Mexicali, el contubernio que legalizó la construcción deficiente y la venta fraudulenta de viviendas, la despótica indiferencia a los planes de desarrollo urbano y a los dictámenes geológicos de la región.

La siniestra ecuación del gobierno y los negocios, la factorización monetaria de las prioridades sociales, la anulación sistemática de los dictámenes científicos, la carencia de ética elevada a la enésima potencia, produjeron en un santiamén, la fatal conversión de habitantes en damnificados, del producto en pérdidas, de la confianza en desconsuelo.

Grietas maximizadas en huecos, cimientos volátiles, castillos de aire, paredes inclinadas, techos inestables: son el resultado de prácticas fraudulentas e inmorales en la edificación de fraccionamientos. Canales de riego destrozados, parcelas cultivadas inundadas por aguas bermejas azufrosas que brotaron del subsuelo, el resquebrajamiento de la superficie: exhiben todos los años y regímenes del olvido oficial.

Entre los escombros, el quebranto y la zozobra, la única certeza reside en la insensibilidad de un régimen concentrado en las negociaciones de alto nivel; el gobierno del estado es una sucursal de la mega agencia federal de contratos y concesiones donde la altura de miras impide percibir las prioridades de la población.

A una semana del terremoto más intenso en la historia de Baja California, entre replicas incesantes, se confirma la endeble naturaleza de las estructuras sociales y políticas, en contraste con la incólume condición del mercado.

Sí!… este puede ser el argumento de una próxima ficción que relate los efectos de un olvido oficial deliberado, que describa el proceso en que la indiferencia premeditada de los gobernantes provoca un estado excepcional de impericia e inutilidad tan exasperante que el rescate humanitario de una potencia extranjera sea la única solución posible.

Es altamente improbable… lo sé; pero sé también que desde hace siglos la espada de Damocles pende sobre la cabeza de los gobernantes, justos o corruptos. Y me queda claro que el uso inmoral del poder es una condición oscilante que depende de contubernios y de la invención de pretextos y evasivas, porque en el momento exacto entre el error y el desastre, en un desliz de la ética y la cordura, se trazó el desplazamiento inexorable de la fortuna al infortunio…

(1) Méndez, R. (2010). 25 mil afectados dejó el sismo en Mexicali. El Universal. (Miércoles 7 de abril del 2010). Recuperado el 10 de abril, de http://www.eluniversal.com.mx/estados/75428.html