domingo, enero 29, 2012

Kórima

En algún lugar inhóspito, detrás de la sierra del olvido y en un recoveco del tiempo, subsistió intacta una de las versiones más generosas del hombre; pero ahora, los estragos de la civilización recorren los senderos de la inocencia…

La sierra Tarahumara, hogar ancestral de los rarámuri, fue la frontera natural que durante mucho tiempo impidió la incursión de criterios ajenos; las distancias entre las familias y la extrema dificultad para desplazarse entre los escuetos asentamientos impidieron que los conquistadores, los misioneros y los revolucionarios impusieran su visión del mundo. Por derecho propio, los rarámuri permanecieron alejados del mundo civilizado y conservaron intactos los rasgos que fortalecieron la unión de su etnia. Al margen del progreso y la modernidad, los hombres de los pies alados, poseedores incuestionables del olvido institucional subsistieron por la fuerza de la solidaridad arraigada en sus memes: kórima es el vocablo rarámuri que designa al compromiso social como una tradición que surge en la ayuda y el apoyo mutuo. Pero nada es para siempre.

La lejanía, manantial de la autonomía y la dignidad de los rarámuri, se desvaneció por los estragos de ambiciones perniciosas: la tala inmoderada y excesiva modificó el entorno natural, los productores de estupefacientes impusieron la fatal disyuntiva entre la esclavitud y la muerte. No obstante, la legendaria barrera del silencio permanecía inalterable. La trágica situación de los rarámuri permanecía oculta, la indiferencia hacia ésta y todas las comunidades indígenas se mantuvo como el criterio predominante en las políticas públicas y en las etnias se concentraron todos los matices de la discriminación.

El abuso y la depredación de su entorno destruyeron paulatinamente su fortaleza. La desesperación arrasó con la maravillosa habilidad de volar con los pies en la tierra y la muerte se apareció como un remedio a los estragos de la hambruna. Y la intensidad de la desventura trascendió la frontera del olvido y un rumor irrumpió el silencio. La muerte de los rarámuri se filtró en los mensajes y en las redes sociales se reprodujo el eco de la indignación. La conciencia ciudadana logró vencer las inercias del olvido gubernamental, la solidaridad espontánea impregnó el ambiente y Kórima se expande más allá de sus límites ancestrales para atenuar los estragos de la sequía. Los centros de acopio se multiplican en todo el país, y la hambruna se escapa pero amenaza con volver, más tarde o más temprano la generosidad será insuficiente. El bienestar y la dignidad germinarán en el hogar de los rarámuri cuando las bondades del Estado lleguen a su territorio y se arraiguen como un derecho irrenunciable. Es imperativo que el progreso social lleguen a todo los moradores de la geografía nacional, que la salud sea una realidad latente en todos los recovecos donde el tiempo se detiene, que la prosperidad revierta los estragos de la civilización y fertilice los senderos de la inocencia…

lunes, enero 23, 2012

El factor imponderable

En algún lugar ambiguo y esquivo, en un resquicio de la condición humana y en estado latente, subsiste un ancestral mandato genético; por eso, cuando el ambiente es propicio, emerge el instinto de dominio y predomina la bestialidad…

En el último minuto de la última sesión en el periodo ordinario 2011 de la Cámara de Diputados, el temerario representante de Durango, Ricardo López Pescador, lanzó una propuesta de reforma al artículo 24 Constitucional, que garantiza la libertad de culto y fundamenta la naturaleza laica del Estado Mexicano.

La susodicha reforma, como la gran mayoría de las modificaciones legislativas, es imprecisa, ambigua. Lejos de esclarecer el significado del mandato constitucional lo complica y provoca interpretaciones bizarras y contradictorias. El elemento que se incorpora y que modifica este artículo es la “libertad de conciencia y de religión”, prerrogativa que se define como “la libertad del ciudadano de conservar su religión o sus creencias o de cambiar de religión o de creencias, así como la libertad de profesar y divulgar su religión o sus creencias, individual y colectivamente, tanto en público como en privado.”

Jurídicamente, la propuesta incide en la libertad de culto al definirla como una manifestación de las creencias religiosas. Semánticamente es una redundancia. La lógica indica que no es una innovación pero la lógica brilla por su ausencia en la historia de los hombres, específicamente en el capítulo de las creencias.

Y en la historia de México, los enfrentamientos más violentos y encarnizados se registraron en las guerras matizadas con los tintes religiosos. Las Leyes de Reforma, sustento del estado laico, se promulgaron después de tres años de luchas insufribles entre liberales y conservadores; el parte de la guerra cristera arroja 250 mil muertes y las crónicas describen la polarización exacerbada de la sociedad en función del fanatismo. Esta propuesta de reforma al 24 Constitucional, con sus carencias y ambigüedades es lo suficientemente perversa para exacerbar los ánimos y motivar reacciones beligerantes. La jerarquía católica se congratula mientras la ciudadanía laica manifiesta su repudio en marchas de protesta, y en la víspera de un proceso electoral, la incursión de los fundamentalismos es sumamente riesgosa.

Porque hoy, como siempre y desde entonces, el dogma ha sido el factor imponderable y esquivo, capaz de filtrarse por un resquicio de la condición humana para despertar los genes de la intolerancia y la violencia. Y justamente ahora, cuando la democracia debiera entenderse como una forma de convivencia, el riesgo del fanatismo está latente en un criterio perversamente ambiguo que propicia el dominio y las imposiciones y la bestialidad…

domingo, enero 15, 2012

El muro de la indiferencia

En algún lugar pletórico y vertiginoso se concentran los efectos de aislamiento y se expanden los estragos de la indiferencia; y es justamente ahí, en un sitio sin reposo donde la identidad se disuelve en el anonimato…

Entre los rasgos que distinguen a los habitantes de la aldea global predomina el individualismo, el ego exacerbado que aniquila la empatía; por los efectos de esa predisposición socialmente adquirida se atenúa, al grado mórbido, el mandato genético que hizo del hombre un ser social. Hoy por hoy, el mundo se ha transformado en un sendero de circulación incesante donde los transeúntes se desplazan apresurados sin mirar a su alrededor porque padecen el agobio galopante de la indiferencia. La paradoja de esta época consiste en la percepción: los individuos ensimismados deambulan sin percatarse de la realidad tangible que los envuelve porque su atención está capturada en las redes de un tejido virtual.

En el ajetreo cotidiano y por esa indiferencia lacerante, la belleza, la maldad y las perversidades pasan desapercibidas. Así lo confirmó el experimento de Gene Weingarten, redactor del diario The Washington Post. Joshua Bell, uno de los mejores violinistas del mundo, aceptó la propuesta de actuar de incógnito en el subterráneo: ataviado con pantalones de mezclilla, camiseta de manga larga, gorra y su Stradivarius (de 1713, valorado en 3,5 millones de dólares). El 12 de enero del 2007 a las 7:51 de la mañana, el artista comenzó un recital de seis melodías de autores clásicos en la estación de L'Enfant Plaza en Washington, entre decenas de personas cuyo único pensamiento era llegar a tiempo al trabajo. Lejos de los grandes escenarios, entre las prisas y la apatía, el violinista recaudó en su estuche 32 dólares y 17 centavos, durante 43 minutos. 1.097 personas pasaron cerca de él, sólo una mujer lo reconoció y muy pocos se detuvieron para escucharle.

En julio del 2011, en la Ciudad de México, el empresario textil Miguel Moisés Sacal Smeke, propietario de una cadena de boutiques de ropa, estalló en ira, gritó, ofendió y golpeó a Hugo Enrique Vega, portero del edificio donde vive. En la filmación de la cámara de seguridad se aprecian las humillaciones y el desprecio del magnate, pero también se perciben la sumisión de la victima y la cruel indiferencia de sus compañeros de trabajo quienes atestiguaron el incidente. Esta brutal exhibición de prepotencia fue imperceptible hasta el momento en que este video se insertó en las redes sociales; fue entonces cuando se desencadenó el rechazo y abundó la discriminación en las etiquetas de miles de mensajes. Pero la vida siguió curso y el centro del mundo recuperó su egocéntrica ubicación. Después de una breve saturación mediática todas las miradas regresaron al muro donde transcurre la vida virtual, al muro de la indiferencia que bloquea la percepción de la realidad latente y tergiversa los significados de la presencia y la compañía.

La indiferencia como forma de crueldad se erige como la hipótesis que confirma la naturaleza cambiante de una especie vulnerable. El primer capítulo en la historia de los hombres inicia cuando la afinidad y la empatía le permitieron sobrevivir como especie; ahora, en la aldea global se concentran los efectos de aislamiento y se expanden los estragos de la indiferencia porque el mundo es un sitio sin reposo donde la identidad se disuelve en el anonimato…

domingo, enero 08, 2012

El ícono de los vicios

En algún lugar del calendario nacional se inscribe con letras brillantes y afanes luminosos una celebración precipitada en una fecha postergada; pero las dimensiones del evento denuncian la magnitud de los vicios y la majestuosidad del festejo exhibe la cuantía de la perversión…

La estela de luz, el monumento emblemático del México independiente fue inaugurado este fin de semana, muchos meses después de la conmemoración del bicentenario y unas horas antes de una marcha en protesta por las víctimas inocentes en la cruzada calderonista contra el crimen organizado. La obra consta de dos columnas de 104 metros de altura, que representan los dos siglos de autonomía del gobierno mexicano y se ubica en la entrada del Bosque de Chapultepec.

Felipe Calderón entregó este monumento a los mexicanos en una ceremonia triunfalista donde predominó el afán de encubrir los vicios con un exabrupto de música y pirotecnia y en su impecable discurso omitió mencionar a César Pérez Becerril, autor de la Estela, quien denunció la corrupción en la construcción de la obra. Pero los giros de la ironía son implacables y la luminosidad de este monumento no basta para encubrir todas las inconsistencias e irregularidades que surgieron en este proyecto. La torre de mil 704 paneles formados de dos placas de cuarzo iluminadas por leds adquiere una carga simbólica exasperante porque es el resultado de los vicios que predominan en la elite gobernante.

El Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana, a cargo de José Manuel Villalpando, autorizó el pago del proyecto arquitectónico ejecutivo para la Estela de luz cuando todavía estaba incompleto. Cundieron las irregularidades y el favoritismo hacia la empresa Gutiérrez Cortina Infraestructura (Gutsa) a la que III Servicios, filial de Pemex, le adjudicó directamente y sin fundamento legal la construcción de este monumento. Los recursos del fideicomiso para la Estela de Luz se dispararon de 200 a 1,122 millones 954 mil 542 pesos porque el costo total del monumento se incrementó, entre muchas razones, por la modificación de los cimientos y la compra de materiales en el extranjero, como las placas de cuarzo que se iluminaron en su inauguración.

Después de no sé cuántos plazos postergados, gracias al derroche de los recursos públicos y a la discrecionalidad en las licitaciones, en México se yergue imponente el monumento a la corrupción y a la ineficiencia, la luminosidad de la Estela simboliza la opacidad en el dispendio del erario y su excesiva dimensión representa la exuberante parsimonia en las obras públicas. La Estela de luz es el ícono de los vicios en las alturas del poder.

Sí!... sé muy bien que esta polémica será fugaz, que conforme transcurran los meses y los días se desvanecerán en el imaginario colectivo las ofensas a la ciudadanía que se materializaron en esta magna obra, y sé también que en el futuro la Estela encandilará a propios y extraños, que el exceso de luz encubrirá su opacidad, que las cifras sombrías de la corrupción se integrarán a las malas lenguas y que sólo una minoría, unos cuantos iluminados, podrán advertir que sus dimensiones denuncian la magnitud de los vicios y que su majestuosidad exhibe la cuantía de la perversión…

domingo, enero 01, 2012

La explanada de la democracia

“La enfermedad mortal de las democracias
es la renuncia de los ciudadanos a participar”.
José Saramago

Dedicada a mi tío: Arturo Murillo

En algún lugar meteorológico, por encima de la línea de flotación y sobre la curvatura más tenue del horizonte es posible vislumbrar el clima que se aproxima; y a veces, si la atmósfera está contenta, se pueden predecir los ánimos y las precipitaciones sociales…

El clima electorero se caracteriza por las precipitaciones triunfalistas, por las desavenencias con los plazos legalmente establecidos y por la animosidad del criterio partidista. En estas circunstancias, la ciudadanía se ve expuesta a un bombardeo proselitista de mensajes contradictorios y cunde la desinformación; cuando se exacerban los ánimos en la contienda electoral suelen desatarse escándalos aberrantes y predominan el repudio y el hartazgo sociales.

Sí!.. es una fórmula nefasta pero comprobada hasta el cansancio: cuando se incrementa la divulgación de perversidades se agudiza el rechazo. Y en una reacción en cadena, el desencanto de la ciudadanía provoca una apatía expansiva, y así, la soledad y el vacío ocupan la explanada de la democracia. Esa plaza pública, donde los ciudadanos participan en la toma de las decisiones que afectan la vida y el provenir de todos, corre el riesgo de convertirse en un páramo, en un desierto habitado por las huestes de la partidocracia quienes deciden el rumbo del destino nacional.

El ágora posmoderno presenta ya los estragos del abandono, pero no son irreversibles porque en cada ciudadano reside la posibilidad de revertir la tendencia que favorece exclusivamente a la clase gobernante. En este momento histórico se confrontan la ciudadanía y las aristocracias fácticas: la partidocracia produjo una pseudo reforma electoral que aminoró el poder de la mediocracia, que transmite mensajes para debilitar la confianza en las autoridades electorales. Y es preciso aclarar que los ataques al Instituto Federal Electoral, (IFE) hieren la integridad del electorado, porque esta institución articula el interés y la voluntad de todos los ciudadanos que lo conforman.

Ante las inclemencias que se avecinan es imperativo atender la convocatoria del IFE y ejercer plenamente la ciudadanía como funcionarios de casilla, como capacitadores asistentes o supervisores, como observadores o consejeros. Es necesario que los mexicanos acudan a la explanada de la democracia y ocupen el lugar que legítimamente les corresponde y que hagan valer su derecho a intervenir en las grandes decisiones para revertir los pronósticos que auguran la apatía, desánimo y el abstencionismo en las precipitaciones sociales…