domingo, marzo 30, 2008

Donde nunca llega el sol

En algún lugar de la mar océano, en las profundidades abismales, desde hace millones de años, fuerzas inconmensurables fraguaron un tesoro inimaginable, una riqueza inaudita, cuyo resplandor podría iluminar el porvenir de una nación entera…

El video producido por Petróleos Mexicanos difunde un relato fantástico con un final muy feliz en el que todos los mexicanos seremos inmensamente ricos por los siglos de los siglos. Este mensaje multimedia titulado “México tiene un tesoro” reduce a cinco minutos un problema de décadas; la complejidad del sector productivo adquiere la simpleza de un cuento de hadas.

No… la reforma energética no es un episodio más en el culebrón de la parodia nacional, porque las repercusiones de esta reforma incidirán en la vida de todos los mexicanos, y creo que la inmensa mayoría conoce los riesgos implicados. No obstante, esta campaña mediática de idiotización que ha emprendido el gobierno federal se fundamenta en la fugacidad de la memoria colectiva y en la apatía de la ciudadanía.

La exposición simplona de las actuales circunstancias de la industria petrolera demerita a quienes va dirigida, ofende la inteligencia de muchos, provoca irritación en algunos, y en la mayoría de los casos, provoca el escarnio y desencadena la ironía. Los efectos que se esperaban de ese video-mensaje se nulificaron al subestimar la madurez de los receptores.

Por eso ahora, todos los elementos del video se incorporaron al legajo de la fantasía oficial: el tesoro, las aguas profundas, la extracción como epopeya nacionalista y el feliz desenlace, se han incorporado a la realidad virtual difundida exhaustivamente en este sexenio.

La propensión mediática del régimen calderonista trascendió la misión de difundir las acciones de gobierno desde el primer momento del sexenio cuando se instauró la censura de las opiniones adversas y se elaboró una realidad alternativa libre de los estragos de la jodidez. Y ahora, esa versión de un México virtual se extiende más allá de la lógica para oficializar el ámbito de la ficción.

La estrategia del gobierno federal respecto a la reforma energética consiste en divulgar un mensaje extremadamente sencillo para persuadir a la opinión pública de las posibles bondades de la apertura del sector a la iniciativa privada; están realizando un vulgar cabildeo mediático para persuadir y manipular a la población.

Aún no ha sido presentada formalmente por parte del ejecutivo la iniciativa de la reforma energética y ya se están fraguando las concertacesiones en el congreso. Y así, el destino de toda una nación dependerá de las negociaciones en una pequeña élite. He ahí la diferencia entre distribuir la riqueza y administrar la pobreza.

La cuestión del tesoro nacional no reside en la apertura a la inversión privada, en las posibles alianzas, en el intercambio de tecnología, o en el régimen fiscal de PEMEX como entidad productiva: lo indispensable será transparentar el destino de los recursos provenientes de la explotación de los yacimientos abismales.

Durante los setenta años de PEMEX como empresa de todos los mexicanos, las riquezas generadas no se han distribuido equitativamente ni se han destinado a mejorar las condiciones de vida de la población. Los beneficiarios directos de la riqueza producida en PEMEX y el uso, incalculable, que se ha dado a esos recursos, permanecerán en las eternas tinieblas porque ese misterio yace en las profundidades abismales donde nunca llega el sol.

Lo esencial no es determinar cómo se va a extraer el petróleo sino a dónde se van a canalizar los recursos generados, y quienes serán los destinatarios de la riqueza producida. Lo imprescindible es transparentar el destino de los recursos generados en la paraestatal, eliminar las reglas no escritas que establecen que las ganancias de PEMEX se apliquen a solventar el gasto corriente del mecanismo gubernamental, a campañas de proselitismo, a operaciones trianguladas en partidas obscuras y escurridizas, etcétera, etc.

Pero si esa precisión se omite en el proyecto de la reforma energética, la justa distribución de la riqueza será una de tantas quimeras de un relato fantástico, el petróleo será el botín de los piratas desalmados y entonces, la fortuna de una nación se perderá en la inmensidad de la mar océano, se sumergirá en las profundidades abismales, donde alguna vez, fuerzas inconmensurables fraguaron un tesoro inimaginable, una riqueza inaudita, pero dilapidada, porque nunca iluminó el porvenir de una nación entera…

sábado, marzo 22, 2008

La conquista de la identidad perdida


En algún lugar deprimente, donde la incomprensión deambula vestida de negro y la marginación se lleva a flor de piel, emergió una identidad lúgubre desafiando a lo socialmente correcto y generalmente aceptado; pero más allá de la protesta, se reinicia el ciclo perenne de un idealismo inmarcesible, vestido de melancolía…

Las autoridades de la capital mexicana están preocupadas por las recientes peleas protagonizadas por bandas juveniles de "punks" y "darks" contra los denominados "emos", por lo que no permitirán concentraciones de grupos antagónicos.

Hace dos semanas en la plaza de Armas de la ciudad de Querétaro, a 211 kilómetros al noroeste de la capital mexicana, unos doscientos jóvenes se reunieron atendiendo a una convocatoria por internet para expulsar a golpes del lugar a los "emos", lo que resultó en algunos heridos y una treintena de detenidos. Estos hechos se repitieron el sábado pasado en la Glorieta de Insurgentes, en la “zona rosa” de la capital mexicana, cuando varios cientos de "emos" se congregaron allí y agredieron a un grupo de "punks".

Los "emos" son una de las tribus urbanas que se caracteriza por hacer una apología de las emociones y la sensibilidad. Sus integrantes se distinguen por utilizar ropa ceñida de tallas pequeñas y colores oscuros combinados con blanco y rosa, y llevan el pelo teñido de negro con flequillo cubriéndoles la mitad del rostro. Estos jóvenes enfrentan un creciente rechazo por parte de grupos que los acusan de ser homosexuales y de copiar el estilo e ideología de los "darks", "punks" y "góticos".

El origen del conflicto entre las tribus urbanas (emos, darketos, punketos) reside en el uso exclusivo de lugares públicos y en la autenticidad los rasgos que los distinguen: se disputan la negrura del cabello lacio, la extensión de los flecos, una mirada profunda bajo un espeso delineador, una actitud depresiva y deprimente, y la extraña fascinación por el dolor y el sufrimiento. El rechazo hacia los “emos” se ha expandido con la virulencia de los prejuicios, ahora globalizados a través de convocatorias en Internet.

La emergencia de estos grupos obedece a la necesidad, propia de la adolescencia y la juventud, y a veces imperiosa e ineludible, de manifestarse contra el criterio socialmente aceptado; hoy por hoy, los emos, darketos y punketos mantienen un bajo perfil y ofrecen una alternativa a la cultura predominante a todos aquellos jóvenes que no coinciden con el estereotipo del éxito; con su imagen exhiben su oposición a la sociedad de consumo y permanecen al margen de la mediocracia.

Pero los movimientos de contracultura portan el gen que los desactiva: suelen ser una minoría relativa respecto a la sociedad en su conjunto, y el apego exacerbado a sus códigos de conducta los radicaliza; es por eso que, más tarde o más temprano, son absorbidos por la super estructura social que los tergiversa hasta convertirlos en modas inofensivas y los incorpora al mercado.

Los emos, como todas las minorías que han percibido hostilidad en el entorno, se fabrican una identidad y la ostentan con orgullo, se inventan un vocabulario propio y comparten pautas de conducta para satisfacer la necesidad de aceptación y pertenencia. Desde los suicidas del romanticismo, hasta los hippies, la generación beat, y ahora los emos, han llevado la simbología del grupo a flor de piel ostentando una posición contraria al orden social imperante.

Por eso, la vestimenta y los accesorios de emos, punketos, darketos son inofensivos; sus tatuajes, sus piercings o estoperoles sólo agreden el paisaje urbano; lo preocupante es el vacío existencial en el que deambulan estos jóvenes introvertidos y su extraña capacidad para causarse lesiones a sí mismos.

La alarma surge en el ambiente social cuyas características provocan que la melancolía somática de la adolescencia se transforme en una visión pesimista de la vida y en una percepción lúgubre de la vida. Y por si fuera poco, ha surgido la intolerancia como un daño colateral en la pugna por una simbología encarnada, y estas tribus están copiando, a través de internet, estilos de confrontación ajenos al país.

A medida que la realidad social se va haciendo más compleja, los signos y símbolos deben reproducir de forma unívoca las realidades del grupo que los porta con el fin de preservar su integridad y su identidad.

Por eso, las tribus urbanas están acostumbradas a la indiferencia social y se engrandecen ante el rechazo; por su vocación para el dolor reciben estoicamente toda clase de insultos y ofensas; pero lo que único que no toleran, es la apropiación de los rasgos que les confieren identidad, esa personalidad lúgubre y sombría de quienes habitan en los márgenes de la sociedad de consumo.

En esa pugna por el derecho a la autenticidad encontraran un móvil para cohesionarse como grupos, en esas trifulcas transcurrirán los días de gloria de las tribus y se escribirá la nueva leyenda urbana; la euforia desaparecerá cuando su idiosincrasia se materialice en artículos de una moda pasajera, cuando escuchen el ritmo inexorable de la vida y un buen día se despierten siendo adultos.

Entonces, darán un salto cuántico y asumirán las responsabilidades que la sociedad les imponga; con la frustración de haberse convertido en aquello que aborrecían, guardarán en el armario la depresión; pero el síndrome de la inadaptación juvenil seguirá latente, la incomprensión permanecerá en animación suspendida hasta la siguiente generación, cuando surja una nueva versión en una identidad lúgubre, que desafíe a lo socialmente correcto y generalmente aceptado; porque más allá de la protesta, se reiniciará el ciclo perenne de un idealismo inmarcesible, vestido de melancolía…












domingo, marzo 16, 2008

Dialogar en el Silencio

En algún lugar virtual, donde converge una miríada de ideas, la realidad se fragmenta en millones de percepciones; y es ahí, en un territorio sin fronteras, donde se esclarecen las versiones oficiales y se derrumba el Monopolio de la Verdad…

Desde siempre, la estratificación en los grupos sociales ha surgido por las limitaciones en el acceso a la información, y por eso, los inventos que han influido en el curso de la historia han sido aquellos cuyas bondades se extendieron a la población: la imprenta de Gutenberg permitió la difusión de las ideas y Lutero popularizó al libro como artefacto del conocimiento; la lectura masiva fue primer paso hacia la libertad de la conciencia y el detonante de la primera revolución del pensamiento. Por eso en la Modernidad, los medios de comunicación masiva se erigieron como el cuarto poder, capaz de confrontar y cuestionar a los poderes políticos.

Sin embargo, los medios masivos de comunicación se sometieron al criterio de los regímenes políticos, y esa claudicación fue recompensada con las facultades para ejercer la censura, manipular la opinión pública y desinformar. Por eso, el público ya no confía ni en sus autoridades ni en los medios, y en este entorno de apatía y desconfianza, las innovaciones tecnológicas han logrado que los ciudadanos, en su calidad de cibernautas, se constituyan como el quinto poder, con la prioridad de intervenir en la difusión de noticias, en la divulgación de información y conocimientos, aportando la porción de la realidad que cada uno de ellos atestigua.

Hoy por hoy, la tecnología avanzada permite fragmentar la realidad en una miríada de imágenes -captadas en teléfonos móviles- y refutar los argumentos de la versión oficial, y oficiosa, que tergiversa los acontecimientos y sus circunstancias. Ahora, en la aldea global, la intervención de la ciudadanía en los medios masivos y en la telecracia implica la revolución de las comunicaciones y la democratización de la información.

En esta, como en todas las revoluciones, el proceso inicia cuando los ciudadanos asimilan los avances tecnológicos y adoptan una nueva forma de percibir el mundo y explicarlo; en la actualidad, gracias a la Red, los ciudadanos se han apropiado de la información a través de los medios sociales. La crisis de la credibilidad de la mediocracia tradicional, el cuestionamiento de la objetividad y la aparición de herramientas digitales accesibles a todos, convierten el periodismo en una conversación interactiva entre los ciudadanos.

La blogósfera y el periodismo ciudadano son las consecuencias inmediatas de la revolución de las comunicaciones debido a la transferencia del poder de los medios a la audiencia: el periodismo cívico se dirige al público como ciudadanos participantes en los asuntos públicos y la resolución de problemas apoyada en el criterio social, utiliza la información para intervenir en la vida social, comunitaria y política.

Este nuevo periodismo es la manifestación informativa de la Política, definida por la estructura de redes e internet, por la democratización y la globalización de la información, las ideas, el dinero, el trabajo y el terror. Es el sistema operativo público de la globalización cuyo objetivo es la construcción social de la realidad. La democracia global surge cuando los cibernautas, los protagonistas de esta revolución, entablan diálogos en el silencio para intercambiar ideas, perspectivas y experiencias.

El hito de nuestros tiempos surge en la conexión personal con todo el orbe, en una conversación sin voces que trasciende las distancias, en el silencio de un diálogo asincrónico que esquiva los horarios. La blogósfera es el nuevo entorno en el que se intercambian las ideas y se construye la realidad social con un millón de perspectivas.

¿Yo?… aquí l@ espero, en la blogósfera y l@ invito a construir juntos la porción de la realidad que nos corresponde, a enriquecernos en el libre intercambio de las ideas, a ejercer la tolerancia, a ejercitarnos en el disenso y a fortalecernos al compartir experiencias… para que me diga si está de acuerdo o no conmigo, para me indique qué le sobra o qué le falta a esta columna, para que me aclare si el vaso está medio lleno o medio vacío, para que me detenga cuando mis elucubraciones excedan el límite de la razón…

¿Qué por qué aquí?... pues, porque en la ubicuidad del entorno digital la ciudadanía se despoja de los gentilicios, porque aquí no existe la discriminación y concurren las voces que han eludido las inercias y los obstáculos del mundo material; porque aquí, en un eco inconmensurable, se han incorporado a la virtualidad todas las tonalidades de la palabra para construir la realidad con millones de percepciones; y porque sólo aquí, en este territorio sin fronteras, se esclarecerán las versiones oficiales y se derrumbará el Monopolio de la Verdad… aquí l@ espero…

domingo, marzo 09, 2008

El legado del Príncipe

En algún lugar maquiavélico, en la catacumba donde se ocultan los misterios inexpugnables de humanidad, entre los manuscritos del Príncipe se conserva el Tratado de Alquimia Existencial, que contiene la fórmula legendaria para transformar a un energúmeno en un político…

Dicen los que saben, que Nicolás Maquiavelo llegó a las profundidades del pensamiento, que conocía los bemoles de la condición humana y que elevó la política al nivel de las artes. Pero suele suceder que la teoría siempre se desvirtúa en la práctica, y durante siglos, la clase política se ha encargado de tergiversar el legado de Maquiavelo. Es por eso que actualmente el adjetivo “maquiavélico” cumple las funciones de un peyorativo o un vulgar despectivo, cuando debería ser un indicativo de sensatez, prudencia y sentido común.

Hoy por hoy, pululan entre los seres humanos los ejemplares de la infra-especie de seres politizados, producto de una mutación social que fusionó los genes de las aberraciones humanas y los estragos del poder. Por la acción inexorable de la ironía sobre los designios de la naturaleza, el credo de los energúmenos de esta infra-especie se fundamenta en una de las cualidades del Príncipe de Maquiavelo: la simulación.

Según Maquiavelo, el que engaña siempre encontrará a quien engañar, y un Príncipe deberá ser un gran simulador porque el hombre siempre sucumbe ante las necesidades apremiantes, sólo ve las apariencias y no se percata del veneno que ocultan. Por esa razón, los sueños guajiros se transforman en las flamantes promesas del discurso político y en el proselitismo abundan propuestas “propositivas”, irrazonables e irrealizables.

Pero la naturaleza siempre busca senderos y crea los atajos necesarios para compensar el desequilibrio entre las fuerzas; si en los tiempos de Maquiavelo el pueblo era una multitud de plebeyos sin rostro, excluida de las decisiones de gobierno por una idiosincrasia simple y una actitud apática, las corrientes del pensamiento han impregnado a la ciudadanía que ahora se configura como el garante de la democracia.

En un anacronismo perdura, y se agudiza, la distancia del pueblo respecto al gobernante, los diputados y senadores se olvidan del electorado que los eligió y de las demandas que recabaron durante sus campañas. Pero la ciudadanía no debe excluirse del proceso de las grandes reformas pendientes; la conformación de la clase política y la regulación de sus atribuciones constituyen la esencia de la reforma electoral.

Hasta el momento, esta reforma se ha enfocado en la duración de las pre-campañas y las campañas, en limitar las erogaciones por concepto de propaganda mediática; pero en estas modificaciones no ha intervenido la ciudadanía.

Los temas recurrentes que no han sido abordados en las iniciativas de la reforma electoral son: la disminución, real y efectiva, del número de legisladores, el establecimiento de reglas para esclarecimiento del resultado de los comicios electorales, el compromiso de los contendientes de reconocer a las autoridades electorales.
Y en el legajo de los pendientes postergados están las cualidades inherentes e inexcusables de los representantes populares: el pleno dominio y conocimiento del Derecho mexicano y el proceso legislativo - aunque sería suficiente que los legisladores conocieran las leyes que pretenden reformar-, el uso correcto del lenguaje en la exposición clara y concisa de las ideas, la imposibilidad ética para hacer promesas cuya realización sea poco menos que imposible, el impedimento moral para cambiar de convicciones y de partido en la víspera de las elecciones y para fraguar alianzas perniciosas, la sensibilidad social, y muchas más.


¿Yo?... sé muy bien que lo químicamente puro sólo existe en la tabla periódica de los elementos y que la neutralidad humana es una quimera; pero también sé que el único recurso contra los príncipes, sean maquiavélicos o perversos, es la participación de la ciudadanía, cuya derecho a participar en la política no termina con su voto, porque es su responsabilidad alejarse del conformismo y emitir su opinión para que los gobernantes se percaten, de una vez por todas, que el pueblo es una multitud de seres pensantes, con memoria y convicciones, y con la facultad de incidir en las decisiones de su gobierno.

Me queda claro que en la actualidad política perduran los preceptos deteriorados de Maquiavelo, que la simulación es una práctica generalizada, que la oscuridad de las negociaciones se pretende esclarecer con el argumento de la pluralidad, que la infra-especie carece de príncipes sensatos y líderes natos, y que por eso aún ahora es tan codiciado… el Tratado de Alquimia Existencial que contiene la fórmula legendaria para transformar a un energúmeno en un político…

domingo, marzo 02, 2008

Política y ficción

“Si el hombre es formado por las circunstancias,
entonces es necesario formar las circunstancias humanamente.”
K. Marx y F. Engels

En algún lugar ficticio, donde el futuro es predecible y el pasado se compendia en la primera frase de un relato, la historia transcurre en espirales recurrentes y la especie humana se propaga en procesos excluyentes; entonces, por los efectos de un artífico y por los caprichos del poder, el pasado legendario se actualiza en el mundo posmoderno y el porvenir se vislumbra en un horizonte virtual…

El proceso neoliberal y la tecnocracia son realidades contundentes, no pertenecen a la ficción política aludida por Carlos Salinas de Gortari pero aparecen en el capítulo actual del relato de la nación, que podría empezar así:

“Había una vez, un país cuya riqueza natural sólo era equiparable a la perversión de su elite política. Tonto el que no entienda: cuenta la leyenda, que fue en el régimen salinista cuando se realizaron las reformas constitucionales que insertaron al país en uno de los márgenes de la aldea global. Fue en aquel entonces cuando los regímenes se sometieron a la tendencia neoliberal y a los caprichos del mercado, y la sensibilidad social desapareció paulatinamente en los rubros de la administración pública”.

En el mundo real, la indiferencia de los regímenes respecto a las necesidades apremiantes en los sectores de la salud y la educación pública se manifestó con los estragos causados por el enjambre sísmico en la ciudad de Mexicali, Baja California, donde además, las instalaciones de escuelas y hospitales ostentan el deterioro causado por la falta de mantenimiento, de vigilancia y de control interno, secuelas inexorables de presupuestos precarios y consecuencias lacerantes de una extinta sensibilidad social.

Se han reportado 54 escuelas con daños severos por los sismos y las condiciones del Hospital General provocan desconfianza en el personal y los pacientes. Esta lamentable situación provocó la suspensión de clases y la desatención a pacientes en el área de urgencias, lo que pretende solucionarse con aulas y quirófanos móviles.

Esto es así, porque la tendencia predominante aleja al régimen de las necesidades elementales de la población, y porque se ha iniciado una transferencia de funciones de la gestión pública a la iniciativa privada. Y en el relato:

“Fue entonces cuando el medioevo reapareció en la faz del planeta: la geografía se reconfiguró en feudos posmodernos donde se concentraron los empleos, la educación y la salud. En un capricho de la historia, la servidumbre medieval se transformó en el capital humano, y el humanismo se tergiversó en la producción de mano y mente de obra.”

Sí… la ficción deja de serlo cuando se materializa en la realidad. Y aunque parezca desconcertante, este relato será ficticio por poco tiempo. Los estados nacionales se someten paulatinamente a los mega-consorcios, que han acaparado el poder generador de empleos y cuyo apogeo ya se percibe en el paisaje urbano: glorietas, estadios, centros de espectáculos, museos, parques, con el nombre y el logotipo de las empresas cuyos recursos se invirtieron en su edificación.

Hoy por hoy, debido a la indiferencia gubernamental hacia la educación surgieron las campañas en el sector empresarial como el Redondeo, Lazos, Bécalos; y recientemente, en su primera centena de acciones, el gobierno de Baja California presentó a la iniciativa privada el programa Adopta una Escuela, que en este relato de política ficción, podría ser el prólogo a los programas Adopta una Colonia, Adopta un Hospital, Adopta una Ciudad, Adopta un Yacimiento, Adopta una Refinería…

No… no todo está escrito; existe la posibilidad de un feliz desenlace porque aún no se extingue la extraordinaria capacidad de los seres humanos para construir su propio destino. Dicen los que saben, que el antídoto se obtiene de la quintaesencia del veneno; y en la esencia de la globalización se está configurando una conciencia masiva con el poder de incidir en el destino.

Y así, por el artificio colectivo, este relato continuaría “al margen del feudo globalizado, en la etérea sustancia de la blogósfera se entrelazaron miles de ideas; con una miríada de pensamientos y con una inmensidad de signos solitarios se escribió la crónica del mundo, desafiando a… los caprichos del poder, cuando el pasado legendario se actualizaba en el mundo posmoderno y el porvenir se vislumbraba en un horizonte virtual”…