domingo, julio 29, 2018

La dinámica de las expectativas. Juntos y revueltos


“Los únicos interesados en cambiar el mundo son los pesimistas,
porque los optimistas están encantados con lo que hay.”
José Saramago

En algún lugar imprevisto y en un momento largamente esperado, emergieron  todos los motivos reprimidos y ese impulso deberá vencer  las inercias que obstruyen la dinámica de las expectativas…

Las reacciones a las primeras reformas propuestas por el virtual presidente electo exhiben la aguda polarización social que nos aflige: aquellos que las rechazan en forma pronta, expedita, casi instantánea y a veces instintiva, pertenecen a la élite favorecida por  los regímenes anteriores, son los “optimistas” que identificó José Saramago, los residentes del estrecho círculo de los privilegios que ahora se resisten a perderlos; y quienes las aceptan justificándolas y festejándolas con pasión y vehemencia, a veces con desplantes irreverentes, son los “pesimistas” que han atestiguado los abusos del poder y la prepotencia de una clase gobernante que solía desenvolverse con gracia en un ámbito inmune y ajeno a la ciudadanía.

Y estas antípodas se enfrascan en diatribas, peroratas y arengas enardecidas en una reacción lógica e inevitable pero ya es menester superarla y dejar los debates atrás porque los excesos que ahora se pretende eliminar son verdades innegables, evidentes y casi absolutas. La secuela de la confrontación entre pesimistas y optimistas debe derivar hacia el cambio como voluntad y hacia la convicción del bien común, ese ideal que ha sido postergado en la versión más déspota de la partidocracia.

Desde la perspectiva de los defensores del cambio, estamos en el umbral de una posibilidad que parecía improbable. Hoy por hoy, la deconstrucción de Estado implica la extirpación de los vicios que aquejan la actitud social; tal vez, será más sencillo reducir los salarios de los legisladores que erradicar la prepotencia, pero es un buen principio. Quizá, si el ejemplo realmente predica, un buen día, nos habremos despojado de  los hábitos que propician la corrupción y la impunidad y la ciudadanía asumirá su responsabilidad como el contrapeso del Estado.

Es una misión ambiciosa y una visión que podría calificarse como idealista, pero así empezaron las grandes transformaciones sociales. El cambio hacia una república sustentada en el auténtico valor civil bajo el imperio de la ley es un reto sin precedentes en la historia patria. Es insólito casi inaudito pero no imposible porque existen ejemplos excelsos en el mundo: países que se han erigido desde la derrota por la suma nacional de los esfuerzos, por la preponderancia de la honestidad, la participación y la rectitud como valores compartidos. Así, hasta los sueños más guajiros son posibles.

            En el mejor de los escenarios, la confrontación y la ruptura se aliviarían con el bálsamo de la empatía para cicatrizar las heridas causadas por la desigualdad y la injusticia. Apenas estamos en el umbral de lo imposible; la realización de este sueño, que merodeaba en las conciencias inquietas, dependerá de todos. Los pesimistas deberán abandonar sus resentimientos y los optimistas sus excesos, y todos,  asumiendo la ciudadanía como una virtud y una responsabilidad, juntos y revueltos venceremos las inercias que obstruyen la dinámica de las expectativas…


domingo, julio 22, 2018

En un puente de París. ¿A qué le tiras cuando sueñas?


“Seamos realistas,  pidamos lo imposible”
Herbert Marcuse

En algún lugar del porvenir se construyen los ideales y se configuran las utopías; cuando llega el momento, la realización de los sueños exigirá el abandono del pasado para materializar los anhelos y las convicciones…

Como ejemplo vivo de mi generación, permanezco en una etapa intermedia hacia la digitalización: celebro las bendiciones de la tecnología en el acceso a la información y para mantener el contacto con los seres queridos, pero aún prefiero las versiones concretas y tangibles. Por ejemplo, después de buscar y buscar sin éxito en bibliotecas y librerías, le doy gracias a la nube cuando encuentro el ansiado libro digitalizado; lo leo, lo disfruto, lo atesoro… pero sigo anhelando la versión impresa. Uno de los síntomas de mi causi-digitalización es la estrecha cercanía con las ideas y las palabras: mis libros consentidos acompañan mis sueños porque reposan plácidamente cerca de la cabecera de mi cama. Uno de los autores con quienes mantengo esa estrecha cercanía es Julio Cortázar, a quien reencontré anoche en Internet en una fotografía tomada en  un puente de París durante la Primavera del 68 junto a la famosa frase de Marcuse. En aquel entonces, y ahora, la frase de Marcuse exalta la asombrosa capacidad de nuestra especie para imaginar un futuro mejor; pero Marcuse también detectó la fragilidad de lo utópico cuando “está bloqueado por el poder de las sociedades establecidas”. Y yo me atrevo a agregar “por la resistencia al cambio de hábitos y actitudes”.

Todo avance implica el abandono de lo conocido y lo cotidiano. Por eso, los primeros proyectos del gobierno de Andrés Manuel López Obrador han provocado reacciones contrastantes. Una de ellos es la descentralización de las secretarías y dependencias del gobierno federal; durante décadas, fue poco menos que un sueño guajiro: se admitía su conveniencia, pero se descartaba por la magnitud del esfuerzo requerido y por el costo político de su implementación.

Como lo han reconocido los expertos, la descentralización es “un mecanismo efectivo y adecuado que generaría desarrollo económico y potenciaría ciudades”. El desacuerdo surge por la mudanza y todo lo que implica: el cambio del domicilio y de hábitos, la adaptación al nuevo entorno. No será fácil, pero no es imposible. Muchos empleados del gobierno federal y del sector privado han trasladado su residencia varias veces porque así lo exige la normatividad de la dependencia o las estrategias de la empresa. Es una cuestión de disciplina y actitud.

Estamos en uno de esos momentos históricos que delimitan el antes y el después. Si realmente estamos convencidos de la imperiosa necesidad de transformar al país, debemos aceptar que el cambio, tan ansiado y esperado, se logrará con la suma de todos los esfuerzos individuales.
Actualicemos la frase de Marcuse: seamos realistas y logremos lo imposible. La construcción del porvenir es una tarea multitudinaria, es un desplazamiento masivo y una mudanza de actitudes porque la realización de los sueños exige el abandono del pasado para materializar los anhelos y las convicciones…

domingo, julio 08, 2018

Crónicas electorales. La suma de todos los votos. Estamos unidos mexicanos


“La historia es nuestra y la hacen los pueblos”
Salvador Allende

En algún lugar del porvenir, en el momento exacto en que las causas determinan los efectos se registran los hitos de la historia; a partir de entonces, la realización de los anhelos requiere la participación de tod@s l@s que se atrevieron a soñar con un futuro  mejor…

La jornada electoral del 1 de julio se registrará como uno de los hitos en nuestra historia por la consolidación de la democracia: gracias a la intensa participación de la ciudadanía en los comicios, los resultados adquieren legitimidad confirmando que el voto es el mejor instrumento para expresar la voluntad del electorado. En los días posteriores a la jornada, con los paquetes electorales resguardados en los distritos del INE, se procedió al cotejo de las actas del escrutinio y cómputo de cada casilla y después se realizó el recuento para otorgarle certeza a los resultados.

El porcentaje de los paquetes en recuento superó el 70% y esta actividad se realizó atendiendo a un procedimiento escrupuloso que debe concluirse en los plazos determinados. En todos los distritos, l@s funcionari@s del INE y l@s consejer@s coordinaron a l@s capactador@es (CAEs) en los grupos de trabajo y en los puntos de recuento, con sumo cuidado, con todo el apremio y contra el reloj, en jornadas exhaustivas y extenuantes. Por eso, en la suma y el recuento de todos los votos debería ponderarse también el esfuerzo de tod@s l@s involucrad@s considerando las exigencias del lineamiento, la brevedad de los plazos, las limitaciones de los recintos y las condiciones climatológicas.  

En la mayoría de los casos, el recuento confirmó los resultados y en un breve acto protocolario se expidieron las constancias de mayoría y validez a los diputados y senadores electos. El presidente electo recibirá la constancia de mayoría y validez expedida por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. El próximo 1 de Septiembre se instalará la siguiente legislatura en el Congreso de la Unión y el próximo presidente iniciará su mandato el 1 de Diciembre.

Pero eso no significa que los afanes democráticos hayan concluido. La participación en las elecciones con la emisión del voto es apenas el inicio porque la convicción democrática debe instalarse en la cotidianidad. El ingrediente principal del antídoto contra los absolutismos es la participación de los ciudadanos vigilando a los gobernantes, el cumplimiento de las promesas empeñadas y los compromisos adquiridos, la observancia de las leyes y el respeto a los derechos humanos. El gran cambio que se anhela será posible cuando todos los anhelos coincidan, cuando la inmensa mayoría se aglutine para vencer las inercias que nos han impedido instaurar la cultura de la legalidad, cuando la tranza, el gandallismo y el chanchullo dejen de ser un motivo de orgullo malsano. La posibilidad de construir un México mejor reside en tod@s.

Hoy concluyen estas crónicas electorales. La participación ciudadana en los comicios fue del 63.42% y a partir de ahora, es imperativo superar ese porcentaje porque la construcción del México justo, humano y generoso que tod@s anhelamos requiere la participación de tod@s l@s mexican@s, unid@s para compartir  el sueño de un futuro  mejor… y realizarlo!

Porque mi país me importa!

domingo, julio 01, 2018

Crónicas electorales. México: creo en ti


“Ir a votar es afirmarnos como miembros de un pacto colectivo,
de ese conjunto de anhelos y sueños, de emociones y razones
que integran nuestra vida cotidiana y nuestro futuro.”
Lorenzo Córdova Vianello

En algún lugar de la madrugada, mientras los contendientes velaban sus armas, la luz de la Luna resaltaba la metáfora más bella de los pueblos;  al amanecer, emergió un derecho primigenio y la soberanía de la nación se reflejó en 89 millones de fragmentos…  
            Escribo esta columna en la madrugada del domingo 1 de Julio con la misma convicción que me ha impulsado desde el primer día del proceso electoral: la participación ciudadana es el garante de los comicios. Todas las actividades en la preparación de la jornada electoral se someten al escrutinio de l@s consejer@s, l@s capacitador@s, l@s funcionari@s de casilla, l@s representantes de partidos políticos y l@s observador@s acrededitad@s. 
En estas crónicas electorales compartí lo que he constatado durante el proceso electoral y describí sus etapas y actividades, la magnitud de los esfuerzos realizados, la convicción de l@s participantes, los sistemas y los programas de información. Como estas crónicas, hay miles de fuentes con información veraz y verificable porque ésta, la elección más grande de nuestra historia  será también la elección más explicada y más vigilada.
Sin embargo, durante la veda que precede al domingo electoral proliferó la desinformación en todas sus modalidades: ilustres desconocidos revelaron datos escalofriantes para fundamentar suposiciones espeluznantes y circularon testimonios apócrifos denunciando las perversidades cometidas por los esbirros de los poderes siniestros infiltrados en el INE.
Por ejemplo, los portadores de la neta del planeta revelaron que durante el traslado del material electoral, los camiones se detuvieron “en medio de la nada” para sustituir las boletas en limpio por boletas previamente marcadas a favor de un partido político porque la empresa  que se encargó del traslado es propiedad de Vicente Fox. En estos momentos abundan los videos de falsos testimoniales sobre el marcador para votar, del voto de los mexicanos en el extranjero, de los paquetes electorales, de la ubicación de las casillas, y de todo lo relacionado con la elección.
Las redes sociales están saturadas de memes, documentos, imágenes y videos desacreditando la organización de la jornada electoral; en los portales informativos se destaca el robo o la destrucción de boletas y paquetes electorales; los más audaces, ya descubrieron el hilo negro y la ruta crítica del fraude por venir; y no faltan las almas caritativas que alertan a la población de un levantamiento armado, de un boicot o de una amenaza imprecisa pero inminente contra la seguridad nacional por lo que aconsejan no salir de casa.

Lamento que estas falsedades sean aceptadas como verdades absolutas pero lo que más me duele, es que desacreditan al único organismo ciudadanizado de la administración pública. Si algo me consta es el apego a la legalidad y la imparcialidad de l@s funcionari@s,  consejer@s, capacitador@s y asistentes del INE.
Y aquí es necesaria una precisión: cuando algunos “reveladores” descubren los artificios del “fraude electoral” lo que describen es la compra de votos, las amenazas o la coacción, delitos electorales que cometen las huestes partidistas antes de la emisión del voto, manipulando la actitud y condicionando la decisión de los ciudadanos. El fraude se comete fuera de las casillas  y lejos del ámbito de competencia del INE;  si usted es testigo o víctima de la compra o coacción de su voto, denúncielo a la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales FEPADE al 01 800 833 72 33 o en el portal www.fepadenet.gob.mx
En estos momentos el desenlace del proceso electoral aún no se escribe; espero que impere la prudencia y todos,  los electores, los contendientes, los medios y las encuestadoras, aguarden los resultados de la sesión del cómputo en el INE; ojalá que los contendientes se comporten a la altura de las circunstancias y que ninguno incida en la patética estrategia de auto proclamarse vencedor.
La madrugada está en calma. Y yo, quiero creer que el valor cívico es mucho más que una probabilidad, que la apatía de pocos ya no será suficiente para opacar el entusiasmo de muchos, que el desencanto puede revertirse, que el porvenir es una construcción social que exige la reconstrucción de los cimientos culturales. Quiero creer que la ciudadanía acudirá a las urnas y  emitirá su voto libremente ejerciendo su derecho primigenio porque la soberanía de la nación se reflejará en 89 millones de fragmentos…    
Porque mi país me importa: Voto libre!