domingo, diciembre 19, 2010

Las inclemencias del destino

En algún lugar inescrutable, en un recoveco del invierno donde el frío es inclemente, los caprichos inexplicables del destino adquieren un filo hiriente que vulnera las esperanzas y agudiza los rasgos imperfectos de la humana condición…

Hoy por hoy, en los albores de la sociedad del conocimiento, cuando se han derribado las distancias y el tiempo se desliza vertiginoso, cuando se han explorado todos los confines del planeta y se han escudriñado todas las moléculas del prodigioso mecanismo humano, aún ahora, son incomprensibles los giros del destino e impredecibles los senderos del porvenir. Aún se desconocen los pormenores del origen de la humanidad y desde el pedestal de la especie dominante somos incapaces de comprender a las especies pequeñas.

Ante los avatares del destino, el único consuelo surge al compartir los matices de la humana imperfección: si los designios del destino están fuera de la comprensión, si la voluntad no es suficiente para revertir los caprichos de la fortuna, si en las estrellas existe un argumento escrito imposible de leer, si en el horizonte perecen los destellos de las esperanzas.

Y es en el invierno, cuando el desconsuelo se filtra por un resquicio de la cotidianidad; y cuando el ambiente se enfría surge la legendaria necesidad de calor, cariño y compañía. Y es entonces, cuando se producen los milagros de la empatía y la comprensión, que son, los mejores inventos en la historia de la humanidad, lo único que nos permite sobrevivir en un entorno incomprensible, a veces hostil, y otras, placentero.

Y ahora, cuando me embarga el desconsuelo del invierno, mi único placebo surge en la solitaria autoría para agradecer el cariño de los míos, la compañía de quienes me rodean, la bondad de quienes me otorgan su atención, la consideración de quienes me escuchan, la gentil consideración de mis editores, la crítica y las opiniones de quienes disienten.

Y entre las líneas del argumento de mi vida, donde se han escrito las grandes ilusiones, las alegrías incontenibles y las tristezas irremediables, se han grabado también los afectos y las lealtades que suavizan las inclemencias del invierno y que atenúan el flagelo de los caprichos inexplicables del destino, que con su filo hiriente vulneran las esperanzas y agudizan los rasgos imperfectos de la humana condición…

Que esta Navidad, y siempre, la frialdad del desconsuelo se desvanezca ante el calor imperturbable del cariño y la comprensión.
Que esta Nochebuena, y todas las noches, la tolerancia y la generosidad sean los remedios contra la nostalgia.
Que en cada historia, y en cada capítulo, se escriba un epílogo con la dulzura de la templanza.
Feliz navidad!

domingo, diciembre 12, 2010

La re-evolución de la conciencia

“El lenguaje político está diseñado para hacer que las mentiras parezcan verdades y el asesinato respetable, para dar apariencia de solidez al viento.”
George Orwell

En algún lugar cibernético, donde el conocimiento navega en un océano virtual se configura una nueva conciencia colectiva que se rige por los lineamientos del pensamiento y sus dimensiones trascienden el rango de las inmensidades, por eso, esta conciencia global es ajena a los códigos terrestres y a las normas de la política…

En los albores de la historia, el hombre sobrevivió por su capacidad para expresarse y el devenir de los tiempos coincide con los avances en las formas de comunicación; ahora, en el umbral de la sociedad del conocimiento se ha desencadenado la revolución de la información, y ésta como todas las revoluciones, implica una transformación radical respecto al pasado inmediato.

La revolución en la información será entendida como el nacimiento de una realidad totalmente nueva, como la transformación en las interacciones en una sociedad que alteran el orden económico y trascienden a la política. Y las características de esta revolución son la re-evolución del pensamiento, la posibilidad de la acción concertada de los cibernautas y la generación de un poder en las esferas de la conectividad.

El antecedente de este movimiento virtual es la intervención de los usuarios en los contenidos de la información como la secuela incontenible de los atentados terroristas en el WTC, en la estación de Atocha y en seis ubicaciones londinenses. Al surgimiento del periodismo ciudadano se le ha denominado “el asalto a la información” y los avances en las tecnologías de la comunicación transformaron a los consumidores de la información en usuarios que también producen contenidos.

Este es el escenario en el que aparece Wikileaks: una red social para el intercambio de información cuya única restricción es el imperativo ético y moral de exhibir los vicios que pululan en los círculos del poder. Es cierto que la filtración de 250 mil documentos de la diplomacia estadounidense revela las sospechas por todos compartidas, como la genuflexión la diplomacia mexicana y el entreguismo del gobierno caldernonista, pero también es cierto que configura un entorno donde el patriotismo adquiere una nueva dimensión: en abril del 2010, Wikileaks difundió un video demoledor, filmado en 2007 por las Fuerzas Armadas, donde se veía a soldados estadunidenses matando desde un helicóptero a civiles iraquíes, entre ellos a dos reporteros de la agencia noticiosa Reuters. Millones de internautas vieron ese video que fue ampliamente comentado en la prensa internacional.

La detención de Julian Asange y la estupidez de los cargos que se le imputan, las reacciones de los cibernautas y las amenazas de los hackers, las protestas internacionales en defensa de la libertad de expresión en Internet, son el preámbulo de una re-evolución jamás prevista por ninguno de los precursores del entorno digital, porque esta nueva conciencia global es ajena a los códigos terrestres y a las normas de la política…

domingo, diciembre 05, 2010

La saga inexorable

En algún lugar inescrutable, detrás de los siete sellos de la censura, en las profundidades donde el aire respirable se perturba, merodean los energúmenos que envilecen la realidad y la traducen en estigmas…

Dicen los que saben que la especie humana se distingue por su predisposición genética al dominio, que al erigir la sociedad se construyeron los mecanismos que manipulan las ideas, y que por eso, el pensamiento crítico suele germinar fuera de los bastiones del poder.

Una de las características de los regímenes totalitarios es el control que se ejerce sobre el discurso social para eliminar cualquier discrepancia con el criterio predominante; una de las evidencias del control ejercido es el acceso restringido a los medios de comunicación masiva y uno de los mecanismos del dominio es la fabricación de mensajes tendenciosos e insulsos. El predominio del criterio de los grupos dominantes y su influencia en la idiosincrasia de las multitudes a través de mensajes mediáticos es el fundamento de la concepción hitleriana de la propaganda, cuyo elemento imprescindible es el traslado de la frustración. Desde entonces, una estrategia mediática consiste en señalar con índice de fuego a los enemigos sociales que amenazan el orden público.

Esa lógica perversa esclarece muchas arbitrariedades cometidas por la clase gobernante. En México existe el antecedente de la campaña contra Julio Scherer y el periódico Excélsior orquestada por el régimen diazordacista que culminó en el sexenio de Luis Echeverría. En una saga inexorable: nueve días después de que el semanario Proceso publicara las declaraciones del presunto narcotraficante Sergio Villarreal, “El Grande”, según las cuales éste sostuvo un encuentro con el presidente Felipe Calderón, Televisa, a través del noticiero que conduce Joaquín López Dóriga, acusó a Proceso y al reportero Ricardo Ravelo de haber recibido dinero del narcotráfico para acallar información.

La versión divulgada por Televisa y que suscita el conflicto tiene su origen en declaraciones de informantes encubiertos por la figura judicial del testigo protegido, y ésta ha sido la estrategia predilecta del régimen calderonista para tipificar como delito contra la salud cualquier declaración que afecte el prestigio del régimen. Desde el primer minuto, el calderonismo se ha distinguido por el ejercicio implacable de la censura buscando legitimidad con un mega operativo judicial y militar como proyecto político.

Por consiguiente, todas las frustraciones del régimen se han trasladado hacia el crimen organizado y el narcotráfico, tipificados como la causa y el efecto de la inseguridad y la pobreza, esgrimidas como la acusación inapelable contra aquellos que incomodan al régimen. Y así, la destrucción de identidad y la dignidad de quienes se atreven a romper la espiral del silencio es la tarea ignominiosa de energúmenos serviles que envilecen la realidad y la traducen en estigmas…