domingo, noviembre 26, 2017

Crónicas electorales. Exposición de motivos

“Si no encontramos un modo de reinventarla, no perderemos sólo la democracia,
sino la esperanza de ver un día los derechos humanos respetados en este planeta.”
José Saramago
           
En algún lugar esencial, dentro de los límites del feudo individual yace una porción imponderable de la sociedad y esa partícula de la soberanía habrá de manifestarse en todas y en cada una de sus decisiones… 

            Observando el clima social se detecta que las incongruencias y las ambigüedades aparecen todos los días y que la opinión pública oscila entre las revelaciones y las promesas que pretenden acaparar la atención. Sí! Todo indica que ya estamos en la época electoral. En este periodo, la simpatía de los ciudadanos es el bien esquivo que anhelan todos los involucrados en la contienda electoral y abundan los artificios para conseguirla. Uno de los más efectivos es la desinformación: también conocida como “las verdades a medias”, algunas veces descrita como la persistencia de las mentiras emotivas y recientemente identificada  como la “posverdad”, definida como la manipulación del consenso social con rumores sin fundamento, argumentos sin sustento y juicios sin valor.

            Por eso y a partir de hoy, dedicaré esta columna para esclarecer los puntos que pudieran contribuir a la desinformación, especialmente en la materia electoral. Escribiré guiada por mi leal saber y entender con el único afán de incidir en esa porción de la democracia que reside en todos los ciudadanos. Actualmente, soy consejera electoral en el Consejo Local del Instituto Nacional Electoral en Baja California; como aspirante, en la carta de manifestación de motivos expuse que la democracia se extiende más allá de la época electoral, mucho antes y después de los comicios; que hasta el momento, es el criterio más justo que se ha creado para garantizar el funcionamiento armónico de la sociedad; y que la democracia, desde sus inicios, requiere de la participación ciudadana como elemento primigenio, imprescindible, porque sin la voluntad popular, se convertiría en el “ritual vacío” que describió José Saramago.

            Esta será la primera de mis Crónicas Electorales, el contenido de las siguientes atenderá a los acontecimientos, a los momentos del proceso electoral y al pulso de la opinión pública. El motivo que me impulsa, como ciudadana y consejera, es desvanecer la distancia entre los electores y la institución encargada del mecanismo para la emisión del voto, como manifestación de su voluntad. Pretendo aportar un grano de arena en la incesante reconstrucción de la democracia; con todos los recursos a mi alcance, inicio el trayecto hacia el feudo individual de quien me conceda su atención, me impulsa el afán de alcanzar la porción imponderable de la nación que reside en cada ciudadano y enardecer la partícula de la soberanía que habrá de manifestarse en todas y en cada una de las decisiones de los mexicanos…  Es cuanto.


domingo, noviembre 19, 2017

El nuevo 30 de brumario

En algún lugar del tiempo, sobre la línea perpetua de los meses y los días sobresalen los íconos de los momentos cruciales para conmemorar los escasos instantes en los que el ímpetu de una idea logró cambiar el destino… 

Las prioridades de los pueblos suelen reflejarse en sus calendarios porque determinan la conmemoración masiva de eventos importantes en fiestas y rituales. El mejor ejemplo es el calendario republicano francés, instituido en 1793 por la Convención Nacional Francesa para eliminar las fiestas religiosas, enaltecer el triunfo de la Revolución y glorificar a la Razón. Durante los 12 años que estuvo vigente, los meses cambiaron de nombre, desaparecieron las semanas con sus domingos y cada día tenía un nombre propio.  

En el calendario de los regímenes emanados de la Revolución mexicana, el 20 de noviembre de todos los años se conmemoraba el “acontecimiento social y político más importante del siglo XX” ( su equivalente en el republicano francés sería el 30 de brumario, día del rodillo). El asueto oficial mexicano coincidía con la fecha sin importar el día de la semana. Un dato curioso sobre la observancia popular del calendario revolucionario: a partir de 2014, en el estado de Sonora se prohibió registrar con el nombre “Aniv de la Rev” a  los nacidos el 20 de noviembre.

Hoy por hoy y desde ya, las prioridades de la aldea global se reflejan en la movilidad de sus fechas conmemorativas al fin de semana más próximo para extender el asueto oficial. Gracias a este desplazamiento, los aniversarios de las fiestas patrias pasan desapercibidos de martes a jueves y el motivo histórico de la celebración se desvanece en un fin de semana destinado al descanso y esparcimiento… o a las compras!

Los sacrosantos postulados de la Revolución mexicana y las hazañas épicas de los héroes se diluyen inexorablemente entre las mil y un ofertas del Buen Fin, el largo fin de semana en el que todo puede comprarse o disfrutarse en una ganga porque los consorcios comerciales, en un ataque de locura, decidieron rebajar sus precios y alargar los plazos de los pagos. Súbitamente: ¡todo cuesta una bicoca!  Y entonces, nos damos cuenta de que “necesitamos” el sacacorchos virtual para brindar en las redes sociales, o las pantuflas con aire acondicionado que inhiben el desagradable olor de los pies sudados, o el viaje al paraíso perdido en un globo en medio del desierto. Con singular alegría recibimos el adelanto del aguinaldo y emprendemos la eufórica aventura de comprar en un estallido de dopamina que extingue las angustias de la cruel realidad con el delicioso placebo de adquirir lo innecesario.

El giro del destino es evidente: la triste figura patria se postra en el altar del consumo, las nuevas generaciones celebrarán el festival de las compras el 20 de noviembre porque el mercado habrá condicionado la mente y el corazón de las masas que identificarán la felicidad con una caja registradora; en una secuencia incontenible aparecerán nuevas necesidades que serán obsoletas rápidamente porque sobre la línea perpetua de los meses y los días, se yergue, impecable, el ícono del dinero para conmemorar los escasos instantes en los que el ímpetu de una oferta es suficiente para cambiar el destino… 


Fuentes

Nájar, Alberto. (2014). El estado en México que prohíbe llamar a un bebé Harry Potter o Yahoo. Recuperado el 19 de noviembre del 2017, de http://www.bbc.com/mundo/noticias/2014/02/140214_mexico_nombres_prohibidos_bullying_sonora_an
Notimex. (2017). Arranca Buen Fin 2017; estima SE ventas por 100,000 mdp. Recuperado el 19 de noviembre del 2017, de https://www.eleconomista.com.mx/empresas/Arranca-El-Buen-Fin-2017-estima-SE-ventas-por-100000-mdp-20171117-0064.html
Sánchez Dórame, Daniel. (2014). Shakira, Circuncisión y Aniv de la Rev, no son nombres legales. Recuperado el 19 de noviembre del 2017, de http://www.excelsior.com.mx/nacional/2014/02/11/943058
Sánchez, Mayka. (2017). Cada vez los jóvenes son más adictos a las compras. Recuperado el 19 de noviembre del 2017, de https://elpais.com/elpais/2017/02/08/mamas_papas/1486553940_167932.html



domingo, noviembre 12, 2017

Carne y huesos

En algún lugar caótico, cuando las armas destrozaron los altares y los templos, entre las ruinas de un mundo perdido, los dioses derrocados produjeron el último prodigio y con las bondades de un ritual cicatrizaron las heridas de la espada y revirtieron la conquista…

            La conquista cultural es un proceso más sutil que el dominio militar pero igualmente contundente; fluye de los vencidos hacia los vencedores: la belleza de las convicciones irrumpe en el corazón de los conquistadores prodigando sus bondades, envolviendo sus ideas con prodigios insospechados. Hoy por hoy, a cinco siglos de distancia, los rituales prehispánicos en torno a la muerte tienen el mismo impacto que cautivó a los evangelizadores y desde una comunidad sometida a los caprichos del mercado fluye un mensaje que alivia el duelo y aligera el peso de la ausencia.

            La celebración mexicana de la muerte conquista más y más corazones y se expande en la aldea global en versiones que la redimensionan en reconfiguraciones insólitas como cuando James Bond recorrió el centro histórico de la Ciudad de México durante el desfile de Día de Muertos, que del argumento de la película Spectre saltó a la realidad en una nueva tradición que fusiona el misticismo y el espectáculo.

            Y ahora, el motivo trascendental del altar a los difuntos germina en el corazón de los espectadores de la película Coco que transmite una visión alegre del reencuentro con los ancestros y la certeza de que la muerte sólo llega con el olvido. El impacto de este mensaje ya se refleja en la adopción del altar a los difuntos como una nueva costumbre en muchas familias en todo el mundo.  

            Sí! … siempre habrá críticas a las reconfiguraciones de las tradiciones:  los ortodoxos reacios condenan la incursión extranjera en las costumbres nativas  y los efectos de la proyección mediática que globaliza el ritual prehispánico. Sea como fuere: bailando con las catrinas, recorriendo las calles en un nuevo desfile que desentierra ritos legendarios, cantando con alebrijes vivientes en una visión insospechada del inframundo, el prodigio es el mismo: abrazar lo imposible para honrar la memoria de los muertos, para resucitar las ramas del árbol genealógico y portar el linaje con orgullo.


            Hoy por hoy, la muerte es nuestra única certeza; todavía no hemos trascendido el umbral de lo imposible y hasta el momento, la condición humana no se ha despojado de la fragilidad de la carne y los huesos; por eso, seguimos buscando alivio ante lo irremediable. Por eso, la cosmovisión de los vencidos se impondrá al mandato de los vencedores y aunque el cempasúchil se cotice en la bolsa, el mensaje se mantendrá vigente: somos la encarnación de un legado ancestral, la estirpe viviente que recuerda a sus muertos gracias al último prodigio de los dioses derrocados que perpetuaron las bondades de un ritual que cicatriza las heridas de la espada y revierte las conquistas…