domingo, septiembre 30, 2012

Secuencia infinita


En algún lugar vital, sobre la línea del tiempo se traza  una tendencia inexorable cuando las turbulencias preceden a la calma; el destino se encauza hacia rumbos insospechados en escenarios amenazantes y en los momentos críticos se reinicia una secuencia infinita de contrastes…

 

            En los periodos de crisis se agudizan las incongruencias entre el criterio predominante y las exigencias de la realidad, surgen demandas y necesidades que los modelos existentes son incapaces de solventar, y entonces, por los efectos ineludibles del contraste se transita a nuevas alternativas. La generalización de demandas insatisfechas es un indicador del anacronismo de un sistema y desde esa perspectiva deben analizarse las manifestaciones multitudinarias contra las medidas gubernamentales de austeridad en Madrid, Lisboa, Varsovia, Hamburgo, Berlín y París, donde el silencio de las mayorías no aminora la desesperanza de los indignados.

 

La  insuficiencia del Estado como promotor del bienestar social es una evidencia incuestionable de su inminente extinción. Ante el predominio de las posturas neoliberales en el hemisferio capitalista del mundo, los Estados implementaron una serie de ajustes y recortes presupuestarios en  salud y seguridad social. Los estados cedieron sus atribuciones en la generación y distribución de la riqueza al sistema de mercado y ahora su funcionamiento está condicionado por el criterio de los consorcios financieros internacionales. Los efectos de esta tendencia se traducen en índices que califican la economía de un país en función de la solvencia para cubrir la deuda pública y sus intereses. Los lineamientos del mercado transformaron a los estados en agencias de negocios, los intereses de una firma se imponen al bienestar social y la ciudadanía es el consumidor cautivo de ideas y estereotipos.

 

            En el paroxismo del mercado, el comportamiento de las masas se diseña previamente y en una cruel materialización los individuos se transforman en los componentes de una línea infinita de producción y consumo, sujetos alienados al mercado que deberán responsabilizarse de su bienestar. Este es el mensaje entre las líneas del discurso del candidato republicano Mitt Romney quien califica como dependientes del estado al 47% de la población.

 

            Los estragos del sistema del mercado incidieron en la mentalidad de las masas consumidoras y consumistas pero en algún momento serán insuficientes para explicar la pérdida irrevocable de oportunidades y el deterioro en las condiciones de subsistencia. La confrontación del desencanto con el modelo que lo impone es el preámbulo de la transición a un nuevo orden que encauce el destino hacia rumbos insospechados porque las utopías germinan en escenarios amenazantes y  en los momentos críticos se reinicia la secuencia infinita de contrastes…

domingo, septiembre 23, 2012

Forma y consistencia


En algún lugar determinante, muy lejos de las casualidades donde las coincidencias se desvanecen, entre las inercias y las obsolescencias se hilvanan las complicidades en un tejido sutil pero contundente…   

 

En el marco circunstancial del sexto y última informe de gobierno, Felipe Calderón presentó al Congreso dos iniciativas con carácter preferente: las reformas a la Ley Federal del Trabajo y a la Ley de General de Contabilidad Gubernamental. El carácter preferencial de estas iniciativas es una reforma al artículo 71 constitucional  aprobada por la LXI Legislatura que agiliza el proceso de dictamen y revisión en las cámaras, y en caso de ser aprobadas, las reformas serán promulgadas el último día del régimen calderonista; no obstante, la premura estipulada no garantiza el contenido de las reformas.

 

            La polémica en el legislativo se ha enfocado en las reformas propuestas a la  Ley Federal del Trabajo respecto a la transparencia en el manejo de los recursos de los sindicatos y la elección democrática de sus representantes. Pero al margen de la partidocracia se deduce que la justificación  a las iniciativas preferentes calderonistas es la urgente definición del próximo régimen porque el dictamen en las cámaras será el indicio infalible del liderazgo que efectivamente ejerce Enrique Peña Nieto sobre las huestes priístas y del cabal cumplimiento de las promesas empeñadas al sector empresarial durante la campaña.

 

            Si se dictaminara a favor de la transparencia en el origen y el  manejo de los recursos que fluyen en los sindicatos significaría el principio del fin de los cacicazgos y del poder imperturbable de los ídolos profanos que las fuerzas vivas erigieron en  los tiempos del Priato porque los únicos perjudicados serían los líderes y dirigentes gremiales, esos iconos vivientes que dominan las praderas del jurásico imponiendo las aberraciones anacrónicas de una subespecie que aún no se extingue.

 

            Dicen los que saben que en la política las coincidencias no existen y bajo esta lógica también deben entenderse eventos aparentemente inconexos:  la sorpresiva insinuación de la posible renuncia de Elba Esther Gordillo como dirigente del sindicato magisterial en la próxima Asamblea Extraordinaria; y el consejo que Tony Blair, ex primer ministro británico, ofreció al presidente electo en el sentido de agendar  sus prioridades y el cumplimiento de sus promesas en una conferencia donde expuso las bondades de la inversión privada en áreas estratégicas. 

 

            Entre las bancadas partidistas la tendencia predominante encubre la invulnerabilidad de los privilegios gremiales bajo la defensa de los derechos laborales en un pronunciamiento cínicamente favorable al corporativismo sindical y en clara oposición a la imagen renovada del partido que recuperó la presidencia. El desenlace de este vericueto legislativo configurará el perfil del próximo mandatario, cuantificará los compromisos concertados y la  consistencia de la línea presidencial en el sutil tejido de las complicidades…            

 

 

domingo, septiembre 16, 2012

Fronteras místicas


“Ya se ha perdido la cuenta de los muertos en las peores maneras
que los humanos han sido capaces de inventar.
 Una de ellas, la más criminal, la más absurda, la que más ofende a la simple razón,
 es aquella que, desde el principio de los tiempos y de las civilizaciones,
manda matar en nombre de Dios.”

José Saramago

 

 

En algún lugar indescifrable, en los intrincados recovecos de la condición humana yacen inalterados los vestigios de la brutalidad; a veces emergen y atacan al raciocinio hasta extinguirlo. Y por la victoria de la bestialidad sobre la razón se han escrito los capítulos más aborrecibles en la historia de los hombres y de los pueblos…

 

Todas las cosmogonías brotaron sobre la fas de la tierra para explicar los fenómenos de la naturaleza, para darle significado a eventos incomprensibles y revelar los enigmas que rodean la existencia de los hombres. En los sistemas de creencias se sustentaron los primeros ordenamientos sociales pero también  se erigieron los dogmas que trazan y agudizan las fronteras de la fe. Las líneas imaginarias de la geografía mística dividen al planeta en dos hemisferios esotéricos antagónicos: cristianos y musulmanes.

 

Las crónicas de sus enfrentamientos han consignado los estragos del fanatismo: excesos de crueldad y ausencia absoluta de compasión. En la furia provocada por el radicalismo religioso, los enemigos dogmáticos no son seres humanos que profesan una fe distinta, son demonios encarnados y es imperativo provocar un infierno en la tierra para castigarlos. Hoy por hoy, cuando se creía que las confrontaciones dogmáticas pertenecían a un pasado remoto, la blasfemia resurge como un pecado capital que amerita el peor de los castigos. La divulgación de un cortometraje que satiriza la figura del profeta Mahoma provocó protestas que se expandieron a todo el hemisferio musulmán  desencadenando la violencia y el repudio a Norteamérica: el martes 11 de Septiembre en la ciudad libia de Bengasi, la incursión y el ataque armado al consulado estadounidense  cobró la vida del embajador  Christopher Stevens. 

 

Es cierto que los odios fundamentalistas provocan reacciones exacerbadas, pero también es cierto que el fanatismo es una fuente inagotable de pretextos para justificar la intervención del hemisferio cristiano en el devenir histórico del hemisferio musulmán. Suponer que el antagonismo de los dogmas es la única explicación a los acontecimientos que se avecinan en el mundo islámico sería pecar de inocentes. Porque al margen de los dogmas se erige el mercado como un poder sin fronteras que ha impregnado todos los hemisferios ideológicos. La producción y divulgación del cortometraje “La inocencia de los musulmanes”  debe entenderse como una estrategia de provocación, otra más y uno de los  muchos intentos para imponer el canon del mercado en hemisferio islámico, donde por mera casualidad se encuentran los yacimientos de hidrocarburos y minerales más ricos del planeta.

 

El origen de esta nueva confrontación entre cristianos y musulmanes se ubica en la glorificación del lucro, y en la expansión del mercado como dogma del éxito reside la causa de futuros enfrentamientos donde predominará la bestialidad sobre la razón, en el capítulo más reciente en la tenebrosa historia de las aberraciones de los hombres y de los pueblos…

domingo, septiembre 09, 2012

La respuesta está en el viento


En algún lugar del viento, en un trayecto inverosímil pero vertiginoso, brotan las falacias que habrán de convertirse en argumentos contundentes…

 

Dicen los que saben que el rumor es una ambigüedad que adquiere la consistencia de las verdades incuestionables con la velocidad de un contagio; aseguran que un infundio se refuerza en cada repetición porque se dispersa en una progresión incontenible y expansiva, pero aclaran que los estragos de un rumor suelen ser tan fugaces como su propagación.

 

Si las crónicas y la memoria colectiva confirman la fugacidad de los rumores, la pregunta ineludible es: por qué se recurre a esta vulgar estrategia? 

Si las perturbaciones que un rumor provoca en el ambiente social son breves y efímeras; luego entonces, la única justificación para dispersarlo reside en la reacción de quienes lo creen. La intensidad de la respuesta colectiva provocada por un rumor es el factor que determinará decisiones futuras. La reacción de las multitudes ante una alarma infundada es un indicador infalible.

 

Hace apenas unos días, circularon en Twitter comentarios infundados que alarmaron a los habitantes: los mensajes describían enfrentamientos violentos, tiroteos y vandalismo en Ciudad Nezahualcóyotl como el inicio de una confrontación popular. Con imágenes de otros eventos reforzaron la alarma y en cuestión de twitters se dispersó el pánico en aquella zona limítrofe del Distrito Federal con el Estado de México. La histeria colectiva se propagó y el rumor cobró fuerza hasta que fue desmentido por las autoridades a través de los medios masivos. Al día siguiente, el clima social predominante fue de  una tensa calma, el ausentismo predominó en las escuelas y muchos comercios permanecieron cerrados. Poco después fueron detenidos los presuntos propagadores del rumor, quienes declararon que recibieron 400 pesos para alarmar a la población y a quienes se impondrá la pena de 25 a 36 horas de arresto o una multa de 21 a 36 días de salario.

 

Y ahora, cuando ya se extinguieron los efectos del rumor, la pregunta obligada es: para qué carambas se armó ese desgarriate? Y de nuevo, la respuesta reside en la intensidad de la reacción. Los habitantes de la zona aludida en los rumores se refugiaron en sus casas; la alarma generó un temor galopante pero no incitó la violencia. Y en esa parsimonia colectiva ante la inminencia de la insurrección popular se sustentan las decisiones que definirán el rumbo del movimiento lopezobradorista, la respuesta a las cuestiones ineludibles está en el clima social, en la clama del viento después del trayecto inverosímil y  vertiginoso de la falacias que pretendieron convertirse en argumentos contundentes…

 

domingo, septiembre 02, 2012

El bisturí despótico


En algún lugar protocolario, en un circulo excluyente e inmune, se diseñan los rituales políticos y  con la precisión de un bisturí despótico se trazan los márgenes del dominio en el ceremonial para la ostentación poder…

           

En la oscuridad de los tiempos fue posible tocar lo intangible gracias a los ritos; cuando se erigieron los bastiones de poder, el efecto de los ritos ancestrales se trasladó a las ceremonias cívicas para expresar el apego de los pueblos a sus símbolos y la veneración a sus líderes. Desde entonces, el ceremonial oficial se diseña en las entrañas del poder y se ejecuta en la cúspide de la pirámide social para que las multitudes lo atestigüen a los lejos desde el nivel del suelo porque en todos los rituales sociales, la perspectiva tiene un efecto contundente: la distancia de los ungidos en el ceremonial respecto a las multitudes que lo aclaman, la altura del altar patriótico y la admisión restringida al evento proyectan la lejanía del círculo del poder y enfatizan su inmunidad política.

 

La pompa y circunstancia equivalen al control del contexto, una de las atribuciones más exquisitas del poder que se concreta en las estipulaciones del ceremonial oficial. La designación del recinto, los invitados, la intervención de los participantes y la ostentación de los símbolos obedecen al grado del control ejercido por la figura del poder. En este silogismo, mientras más exclusivo y excluyente es un ritual, mayor será el recelo.

 

La comparecencia de un mandatario en el Congreso, su presencia en actos multitudinarios y los discursos dirigidos a su pueblo reflejan el grado de su confianza y el nivel de aceptación popular. Por el contrario, la manipulación de los rituales oficiales en eventos privados proyecta el ensimismamiento del mandatario y su distancia respecto a la ciudadanía. Felipe Calderón recibió la banda presidencial de Vicente Fox en el primer minuto el primero de Diciembre del 2006 en la intimidad de Los Pinos custodiados por el Estado Mayor en una inusitada ceremonia y en el calderonismo se modificaron sustancialmente los lineamientos del ceremonial presidencial:

 

Se omitió el  mensaje que el mandatario dirigía a la nación con motivo del informe de gobierno desde el recinto legislativo apegándose estrictamente a la norma que estipula como obligatoria la entrega y recepción del informe. El discurso se trasladó a una fecha posterior y a un escenario alterno con derecho exclusivo de admisión al panismo rampante;  el mensaje a la nación se fragmentó en breves cápsulas informativas con escenas de un país imaginario transmitidas por la mediocracia con el vano afán de transformar en verdades las mentiras que se repiten y se repiten sin cesar.                 

 

Y una maniobra tempranera para evitar los desgarriates de la macuarrencia, los gritos y sombrerazos de opositores y resentidos, la reforma al  87 constitucional extiende el ámbito para la ceremonia del cambio de poderes a la ubicuidad protocolaria: en caso de que el presidente entrante no pueda hacerlo ante el pleno del Congreso,  podrá hacerlo en un escenario alterno ante la Comisión Permanente o ante las Mesas Directivas de las Cámaras o ante el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, donde quiera que fuere y como mejor les convenga pero en un ámbito excluyente, ajeno e inmune delimitado con la precisión del bisturí despótico que traza los márgenes del dominio en el ceremonial para la ostentación poder…