domingo, marzo 27, 2011

Autocensura inducida

Autocensura inducida

“La Crítica es una renuncia a la aceptación irreflexiva de la realidad social tal y como se nos presenta y surge siempre desde una simple proposición:
otra sociedad es posible.”
Max Horkheimer y Theodoro Adorno

En algún lugar del silencio, en el rincón donde se ocultan las amenazas que conjuran contra el criterio establecido, yacen los datos y las cifras, los nombres y las fechas de la versión más perturbadora de la realidad…

Dicen los que saben que las líneas trazadas desde el poder siempre son las mismas, que las tendencias de la imposición suelen ser escasas y cíclicas porque los pueblos no tienen memoria. Es por eso que aún ahora, en el umbral de la sociedad de la información, se aplica el legendario principio griego que postula la coincidencia de la aritmética y la democracia en las relaciones de igualdad, mientras la geometría y la oligarquía convergen en las proporciones de desigualdad.

Hoy, como siempre y desde entonces, una de las prioridades del poder es reprimir el pensamiento crítico y reflexivo, ocultar todos los elementos de la realidad que no aparecen en los discursos oficiales y tipificar como conjura detestable todas las contradicciones. La imposición, como legado de los regímenes absolutistas y despóticos, sigue vigente y el ritual de la pompa y circunstancia de quienes se someten a los caprichos de los gobernantes ha sido, siempre, verdaderamente insufrible; como lo fue el magno evento de la Iniciativa México edición 2011. Si en la primera edición la sensibilidad social se tergiversó en un vulgar concurso de popularidad entre ciudadanos que asumen como propio el compromiso postergado del gobierno, en la segunda edición se traza la línea a la que deben someterse todos los partes informativos de una guerra sin cuartel.

Sí… quienes disienten adquieren el estigma de la mezquindad, se les excluye y se descalifican sus opiniones. Es una polarización feroz cuya paradoja es la desinformación en un entorno donde abunda la “información”. Una secuela alterna es que aquellos que no están representados por los medios de comunicación están realmente mudos y no existen. Pero esta minoría que se encuentra al final de la espiral del silencio está plenamente consciente que ése es el precio que debe pagar por encontrarse en la vanguardia del pensamiento.

Hoy por hoy, la manipulación es, aún, el procedimiento elemental para el control del discurso social, los artificios del poder sólo se detectan por una minoría marginada que no desiste y sólo obedece un imperativo ético y moral; no obstante, su visión del mundo constituye una amenaza, una conjura contra el criterio establecido, por eso, la censura oficial pretende eliminar los datos y las cifras, los nombres y las fechas de la versión más perturbadora de la realidad…

domingo, marzo 20, 2011

La casa

"Me lo podrán quitar todo, pero este aire no me lo quitarán nunca".
José Saramago

Dedicada a Alicia Murillo, mi madre.

En algún lugar de la memoria, en una grieta profunda donde se atesoran las imágenes de los primeros hitos en la historia personal, perdura, tenue y latente, la sensación del hogar…

Por los efectos ancestrales del instinto de supervivencia, cuando los seres vivos alcanzan la plenitud biológica se independizan y abandonan el seno materno. La especie humana no fue la excepción. Los habitantes de la modernidad tardía, a diferencia de las generaciones posmodernas, desplegaban las alas y emprendían el vuelo buscando su destino en cuanto era posible; en ese entonces, la autonomía se consideraba como una imperiosa necesidad.

Desde esa perspectiva, la configuración del espacio propio se considera un gran logro, el primero de muchos, pero quizás el más significativo, porque en ese feudo íntimo se concentran las manifestaciones tangibles de la conciencia que lo habita, el aire se impregna de los sueños y las aspiraciones, de los temores y las privaciones que ahí se comparten. Las paredes de la casa se impregnan del ambiente que ahí prevalece. Los pequeños reinos privados contienen el pensamiento de sus habitantes, y el ejemplo más reciente de ese proceso mágico que confiere a los objetos las cualidades intangibles de sus propietarios es la casa de José Saramago en una de las Islas Canarias: “hace 18 años José Saramago entró en su casa de Lanzarote, se sentó en el que sería desde entonces su despacho, y decidió que allí respiraría el aire de la isla”. A nueve meses de su fallecimiento, Pilar del Río, abre las puertas de la casa para compartir con el mundo “un remanso de paz, de belleza y también el aliciente para no rendirse" porque “el espíritu de Saramago vive cuando abro estas puertas para seguir respirando su aire."

Y mientras en Lanzarote se abrían las puertas de la casa de José Saramago, yo regresaba al hogar de mi infancia para reencontrar la ternura hecha mujer, el abrazo de mis nostalgias y el calor de mis primeras querencias. Tal vez, por esa maravillosa porosidad de las paredes y por la asombrosa permeabilidad de los pisos, cuando se vuelve al hogar materno es posible percibir aquellas sensaciones que se inscribieron en la infancia, los trazos ahora imperceptibles, de los rasgos de la personalidad.

Al respirar de nuevo del aire que rodea a mi madre se desvaneció el mundo exterior, al sentir de nuevo la caricia del terruño me invadieron la alegría congénita, la despreocupación de mi infancia y la irreverencia de mi juventud: los placebos existenciales indispensables para salir de nuevo y seguir construyendo el porvenir. Me llevo, fortalecida y sublimada, la grieta más profunda en mi memoria, donde atesoro las imágenes de los primeros hitos en mi historia personal, donde perdura, tenue y latente, la sensación de mi hogar…

domingo, marzo 13, 2011

Lentos y contentos

En algún lugar ultrasecreto, muy lejos de la realidad tangible, en las profundidades del imperio se confabulan las conspiraciones, los operativos y las iniciativas que vulneran a los súbditos con el artificio del caos; y en una secuela de la perversidad, se expanden la incertidumbre y la fragilidad como el preámbulo del terror…

El dominio que ejerce el imperio estadounidense sobre las naciones a él supeditadas es el resultado de operaciones subrepticias que desestabilizan regímenes, polarizan y enardecen a pueblos enteros e inflaman un nacionalismo artificialmente herido. En las últimas décadas del siglo XX estas afirmaciones fueron calificadas como radicales, anacrónicas, obsoletas; los descalificativos se sustentaron en el blindaje de la información y en la realización impecable de las operaciones encubiertas y no en la falsedad de los argumentos.

Ahora, desde las mazmorras del imperio emergen aquellas voces que alguna vez se extinguieron por los mecanismos misteriosos que controlan y reprimen el discurso disidente. Afortunadamente, la ética es un atributo que ha logrado evadir los perniciosos estragos del criterio dominante, y en una paradoja de la globalidad, por la misma ruta mediática se propagan los mensajes alienantes y los testimonios que desmienten la versión oficial de la realidad.

La organización no gubernamental The Center por Public Integrity (CPI), que se ha dedicado a la investigación periodística en el mundo, informó a la Presidencia de la República, en febrero de este año, que daría a conocer en la prensa de Estados Unidos una operación de tráfico de armas a México organizada por la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF). La respuesta de la presidencia fijando su postura nunca llegó; incluso ahora, cuando la embajada de Carlos Pascual difundió las declaraciones del procurador norteamericano Eric Holder reconociendo que las autoridades mexicanas estaban enteradas de la operación encubierta del tráfico de miles de armas.

El ardid norteamericano podría explicar la laxitud de nuestras fronteras, la impericia y el silencio de las autoridades mexicanas y la crueldad que vulnera y destroza el tejido social. A la operación norteamericana “rápido y furioso” le corresponde la parsimonia permisiva y placentera “lentos y contentos” de la contraparte mexicana. Las tenues reacciones en los tres poderes del estado mexicano reflejan su sumisión incondicional a la política estadounidense, corroboran que el margen de acción de los regímenes nacionales es cada vez más estrecho y que el destino de México, como un estado fallido enfrascado en una guerra interna, atroz y encarnizada, es una más de las confabulaciones que se urden en las profundidades del imperio, en el epicentro de la perversidad desde el cual se expanden la incertidumbre y la fragilidad como el preámbulo del terror…

lunes, marzo 07, 2011

Pan y rosas

En algún lugar de la modernidad, entre los engranes y las líneas de ensamble en un mundo industrializado surgió la imperiosa necesidad de reconocer la importancia de la feminidad, de valorar sus esfuerzos y ponderar su influencia en un mundo edificado con la virilidad…

A finales del siglo XIX, en los albores de la industrialización, el trabajo se erigió como la única fuente de sustento y subsistencia; la aguda desigualdad social y la pobreza galopante obligó a las mujeres a salir del hogar e incorporarse al lumpen de las fuerzas productivas. El 8 de marzo de 1857 en Nueva York, las mujeres que trabajaban en la industria textil (garmet workers) protestaron contra los salarios bajos y las inhumanas condiciones laborales. La policía reprimió la protesta y dispersó a las manifestantes. Dos años más tarde, también en marzo, estas mujeres crearon su primer sindicato con el fin de protegerse y conseguir los derechos laborales básicos. El 8 de marzo de 1908, 15.000 mujeres se manifestaron por las calles de Nueva York para exigir un recorte del horario laboral, mejores salarios, el derecho al voto y el fin del trabajo infantil. El eslogan que eligieron fue "Pan y Rosas": el pan simbolizaba la seguridad económica, y las rosas, una mejor calidad de vida. En 1910, en Copenhague, en la conferencia internacional de organizaciones socialistas se propuso la creación de una Día de la Mujer con carácter internacional para conmemorar la huelga de las "garment workers" de los Estados Unidos.

Hoy por hoy, en el imperio del mercado, las celebraciones del Día Internacional de la Mujer consisten en eventos que exaltan el “empoderamiento” femenino en un mundo falocéntrico. Pero en el ímpetu feminista posmoderno se omite reconocer la influencia de la mujer cuando intervenía en la construcción del destino desde el hogar.

En la oscuridad de los tiempos la reproducción de la especie fue posible por el cuidado que las primeras mujeres prodigaron a los hijos en las cavernas y en las chozas; el derecho materno fue la única secuencia confiable para establecer los parentescos y linajes; la agricultura, el detonante del desarrollo de la especie humana, se atribuye a las mujeres prehistóricas que esperaban en la aldea el regreso de los hombres que salían a cazar. En la modernidad, el reconocimiento a la mujer surge cuando ellas deben incorporarse al mercado laboral, pero en la posmodernidad se agudizan los estragos de la ausencia de la figura femenina como el centro del hogar. El declive de los “memes” se confirma en la falta de hábitos alimenticios, en la carencia de conciencia, de valores éticos y en el egoísmo trepidante de la generación digital.

Por eso ahora, en el umbral de la sociedad del conocimiento cuando la información fluye vertiginosamente, la formación de seres humanos, pensantes y sensibles es un imperativo global porque el empoderamiento de la mujer fuera del hogar dejó un vacío que nada ni nadie han logrado compensar en un mundo materializante y edificado con el criterio de la virilidad…