domingo, agosto 28, 2011

Fragilidad consensuada

“Debemos ser conscientes de que la lengua está pasando por una suerte de mutación en que los contenidos empiezan a pudrirse ante la indiferencia general”.
José Saramago

En algún lugar del tiempo, sobre la línea perpetua de la historia, yacen inmutables los hitos en el pensamiento humano, los testimonios irrefutables de los vaivenes en las ideas, de la metamorfosis de las palabras, de la tergiversación de los miedos…

El siniestro ataque a un casino en la ciudad de Monterrey provoca la indignación general y el repudio proviene de todos los rincones del territorio nacional y se expande a la comunidad internacional. La condena a la violencia deliberada contra víctimas inocentes es unánime; se exacerban las sensaciones de vulnerabilidad y de impotencia y las palabras no son suficientes para expresar el repudio consensuado.

Ante actos grotescos y aborrecibles como éste, es menester conservar una pisca de sensatez para no incurrir en superlativos que desencadenen reacciones incontrolables. En el preciso momento en que se definió este acto como terrorismo se encendieron las alertas en el concierto internacional: Barack Obama condenó en los términos más enérgicos posibles el ataque bárbaro y censurable; el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, se declaró horrorizado por el ataque incendiario que asesinó a 53 persona;, Amnistía Internacional responsabilizó a las autoridades de una investigación verdaderamente exhaustiva para conocer la identidad de los autores de este crimen; y el secretario general de la OCDE, José Ángel Gurría, lamentó profundamente los hechos de violencia ocurridos en Monterrey. Estas reacciones son previsibles en una aldea global donde la etiqueta del terrorismo implica todo lo aborrecible y condenable en la humanidad. Y en el ámbito mediático, el adjetivo terrorista provoca un bombardeo incesante que incide en la opinión pública; gracias a la extensa y excesiva divulgación de las imágenes de horror y sufrimiento se concatenan los engranes del mecanismo que modifica el orden de las ideas y, por consecuencia, las opiniones y las pautas de conducta.

Y así, en Monterrey y en todos los rincones de México se percibe la insufrible vulnerabilidad de la ciudadanía, y nadie en su sano juicio cuestiona la implementación de operativos militares para recuperar la esquiva paz social. Habrá quienes consideren como una prioridad la intervención de expertos extranjeros, algunos clamarán por el apoyo de las huestes al servicio de la libertad, porque ahora, todos los mexicanos estamos convencidos que estamos enfrascados en una guerra contra el crimen y que la vamos perdiendo. El fracaso y la fragilidad impregnan el imaginario colectivo y en estos momentos somos extremadamente manipulables. El terrorismo exhibe un reclamo, una ideología disidente y su divulgación flagela la mente de los inocentes. Pero en este caso, no hay causas justas, reclamos o ideales subversivos. Es la brutalidad en su máxima expresión, la consecuencia de años de impunidad e impericia para dirigir el estado mexicano. Y el terror ahora divulgado es el testimonio irrefutable de los vaivenes en las ideas, de la metamorfosis de las palabras, de la tergiversación de los miedos…

domingo, agosto 21, 2011

Sugnificados ocultos

En algún lugar de la semántica, en el Diccionario de la política existe un anexo con todas las actualizaciones y correcciones a las definiciones existentes; por azares del destino, esta sección se ha convertido en la más importante del lenguaje porque el significado de las palabras se transforma por los efectos del tiempo y del poder…

La sociedad humana es una idea que se redefine constantemente en función del criterio de los grupos dominantes que establecen los límites entre la verdad y la mentira, entre la legalidad y el delito. Es por eso que si alguna vez el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española definió al nepotismo como la desmedida preferencia que algunos dan a sus parientes para las concesiones o empleos públicos, hoy por hoy, en pleno calderonismo esa definición carece de significado.

Ahora, la preferencia que tienen algunos gobernantes o funcionarios públicos para dar candidaturas o puestos públicos a sus familiares o amigos sin tomar en cuenta su competencia sino su lealtad incondicional, debe entenderse como el criterio rector de un régimen para conservar el poder. La meritocracia calderonista es la evidencia del fracaso doctrinario del Partido Acción Nacional, como sinónimo de una jerarquía de políticos improvisados que buscan poder y riqueza. En la versión panista del nepotismo se identifican los significados ocultos de la desesperación disfrazada y los motivos enmascarados ante la ausencia total de ideólogos, la carencia de líderes por la extinción de los apóstoles de la democracia.

María Luisa “Cocoa” Calderón, la hermana del presidente, se impone como la candidata por los partidos Acción Nacional y Nueva Alianza, a escasas semanas de la intentona por una candidatura única y cuando nadie menciona el escándalo provocado por la siniestra Elba Esther Gordillo al revelar el apoyo brindado a Felipe Calderón en la contienda por la presidencia. Además, emulando uno de los episodios del nepotismo nacional protagonizado por el presidente Manuel Ávila Camacho y su hermano Maximino, en el ritual de la ascensión de Cocoa Calderón a la candidatura oficial se exhibió el estado de fuerza del calderonismo: estuvieron presentes siete gobernadores panistas, entre ellos José Guadalupe Osuna Millán, gobernador de Baja California, dos Secretarios de Estado y dos dirigentes partidistas, y todos ellos, en fragrante proselitismo de fin de semana, señalaron tajantemente que sólo con Cocoa Calderón al frente del gobierno, Michoacán recuperará la seguridad perdida, esa tranquilidad que no se ha recuperado ni el michoacanazo ni los operativos y escándalos orquestados en el régimen.

Es obvio que los conceptos implícitos en la redefinición del nepotismo son la desesperación y el cinismo, y que en esta nueva versión de un presidencialismo decadente es imperativo detectar la innegable transformación de los vicios en virtudes por los nefastos efectos del poder…

domingo, agosto 14, 2011

El undécimo mito


En algún lugar fantástico, en las profundidades del dominio existe un mecanismo con miles y miles de engranes que se concatenan y se mueven por la fuerza impositiva del silencio; esa inmensa maquinaria ha producido las ficciones oficiales y ha destrozado las evidencias que surgen en la realidad…

El aparato ideológico de todos los regímenes produce la versión oficial de la realidad y censura todas las contradicciones; gracias a este mecanismo se eleva una falsedad al grado de las verdades absolutas mientras se adjudica la etiqueta de la locura subversiva a todos los que advierten la imposición de una mentira. Durante mucho tiempo, se descalificó y se ridiculizó la visión de quienes detectaron la intención del gobierno estadounidense de intervenir, incursionar y definir la agenda pública mexicana. Las advertencias fundamentadas del sometimiento incondicional de la nueva clase gobernante a los intereses norteamericanos fueron consideradas como peroratas inútiles de izquierdosos radicalistas, como exageraciones recalcitrantes y anacrónicas de macuarros alarmistas y resentidos.

Pero la ley universal de las ficciones es implacable y el ciclo de las farsas es inexorable: tarde o temprano la verdad emerge desde las mazmorras que pretendieron contenerla. El New York Times publicó recientemente que “Estados Unidos está expandiendo su papel en el sangriento combate contra las organizaciones del narcotráfico enviando nuevos agentes de la CIA y personal militar retirado a México, y considera planes para desplazar contratistas privados en seguridad con la esperanza de darle la vuelta a la campaña multimillonaria que hasta ahora ha dado pocos resultados”. La instalación de bases de inteligencia norteamericana en territorio mexicano vulnera los preceptos de la soberanía nacional y desobedece los acuerdos internacionales que defienden la facultad de todos los pueblos para determinar el curso de su historia. Esta estrategia sólo puede explicarse, pero jamás justificarse, con la existencia de un Estado fallido que ha emprendido la lucha contra un sector específico de la población que representa un riesgo estratégico para la seguridad nacional… pero estadounidense.

Sí! … en el manejo de la información se advierte el control del discurso social, por eso, esta revelación tuvo un impacto moderado y se disolverá rápidamente. Tal vez sea desmentida desde el portal de la Presidencia de la República como el undécimo mito de la lucha contra la inseguridad, es probable que se emprenda una campaña mediática para difundir los horrores del narcotráfico e infundir un miedo infundado, para fabricar un falso consenso y censurar todas las discrepancias. Si así sucede, la ciudadanía aceptará que es más importante extirpar la amenaza del narcotráfico que combatir la pobreza y la ignorancia, que debe anteponerse la satisfacción de los intereses extranjeros al mejoramiento de las condiciones de vida de los mexicanos, y todos los que opinen en contra serán unos insensatos con alucinaciones rojizas y guajiras porque una vez más, los engranes del dominio se reactivarán por la fuerza impositiva del silencio, y esa inmensa maquinaria impondrá las nuevas ficciones oficiales y destrozará las evidencias que surgen en la realidad…

domingo, agosto 07, 2011

Genética y crisis

"Si el hombre es formado por las circunstancias,
entonces hay que formar las circunstancias humanamente"
Marx y Engels. Citado por José Saramago en La Caverna.


En algún lugar de la evolución, entre los esfuerzos encarnizados por sobrevivir y en el instante previo a la extinción, la defensa instintiva se transformó en el ataque premeditado, y a partir de entonces, los genes del dominio determinaron los rasgos de la condición humana…

La especie humana ascendió a la cúspide de los seres vivos en el planeta por una excepcional habilidad adquirida en el proceso evolutivo: la estrategia de la defensa y la premeditación del ataque. Desde entonces, la guerra es una actividad constante en la historia de la humanidad, y es también, la expresión más cruel de la ironía humana: la civilización surge cuando se legitima la explotación de los débiles; lo que requirió la conformación de la fuerza pública para controlar a los esclavos, porque la misión de los ejércitos era conquistar a los pueblos vecinos y despojarlos de sus riquezas.

Todas las guerras obedecen al mandato genético del dominio, a la necesidad irracional de someter a los débiles y enriquecerse con el despojo, y es por eso que la guerra es la manifestación más grotesca de inhumanidad, entendida como la imperfección humana, como la naturaleza inacabada e inconclusa de los seres humanos, que como bestias obedecen a sus instintos.

La economía de la guerra ha definido el curso de la historia, pero en el Siglo XX, fue la causante de la muerte de las grandes utopías en el proyecto de la Modernidad. Todos los imperios se han sustentado en los beneficios del mecanismo bélico y la guerra ha sido el motivo principal por el cual se endeudan los gobiernos. La historia de la deuda nacional estadounidense está inexorablemente vinculada a la guerra como industria y la relación entre el tope de endeudamiento y la guerra fue impuesta en 1917 durante la Primera Guerra Mundial; la idea era impedir que el Presidente Wilson destinara aún más soldados y dinero estadounidense a la guerra. En Inglaterra y en Francia se introdujo el control parlamentario del presupuesto para impedir que los reyes o gobernantes ambiciosos iniciaran guerras al limitar la capacidad del gobierno para endeudarse.

Hoy por hoy, después de siglos de guerras y de la secuencia de derrotas estrepitosas desde Viet-Nam, el imperio norteamericano aún se sustenta en la industria militar. El origen de la crisis global se ubica en los proyectos frustrados para la reconstrucción de Irak, en las incursiones fallidas y en la imposibilidad de apropiarse de los yacimientos petroleros en Medio Oriente. El 4 de Agosto reciente, el jueves negro, se ha registrado como el preámbulo de una crisis galopante: los mercados, los valores y las monedas son inestables, de un momento a otro, la realidad cobrará la factura pendiente a los gobiernos erigidos sobre las ruinas de los vencidos.




Fatalista?... Pues no del todo: porque en los momentos más críticos se desencadenan reacciones excepcionales y esfuerzos extraordinarios: quiero creer que cuando el imperio material se desplome sobrevendría una crisis existencial, ética y moral, que obligara a reorganizar las ideas en un sistema de valores tendiente a la humanización plena, un régimen mundial cuya prioridad fuese la conclusión del proceso de hominización extirpando del imaginario colectivo la defensa instintiva y el ataque premeditado, rescindiendo los genes del dominio que determinan los rasgos más grotescos de la condición humana…