domingo, junio 14, 2009

Proyecto changarro

En algún lugar de un fluido incomprensible, cuando la presión de la realidad es contundente, emergen a la superficie los cimientos perversos que yacían en el fondo…

Dicen los que saben que Pascal descifró un principio universal, que las leyes de la hidrostática tienen vigencia en todas las esferas de la vida social, y que por eso, la presión de la última gota desborda cualquier superficie.

El trágico incendio en una guardería en Hermosillo Sonora, es una gota más en el inmenso mar de la impunidad: la identificación de los responsables y la aplicación de la ley se enturbian por las peroratas vacías y pretextos absurdos. Pero la opinión pública es un recipiente indeformable y finito; esta gota también ha colmado el vaso del hartazgo.

El lamentable siniestro que ha cobrado la vida de 46 infantes, exhibe la dualidad del lenguaje político: los requerimientos de las madres trabajadoras ascienden al rubro de las prioridades en las promesas de campaña, pero una vez que ha concluido el proselitismo, las madres trabajadoras deben acudir a guarderías y estancias erigidas de improviso en instalaciones deficientes.

La changarrización de las guarderías, como proyecto gubernamental, es la evidencia de la tergiversación de las políticas públicas y de su implementación como negocios lucrativos. La subrogación de estancias infantiles y guarderías por el sector salud es un artificio para desplazar una función social a cargo del estado a particulares, con todas las deficiencias que esto implica.

La inseguridad de las instalaciones, la laxitud en la inspección y la deliberada confusión en cuanto a la licitación de las estancias changarro, son las anomalías inmediatas más evidentes; otra repercusión a largo plazo, pero no menos importante, es la escasa o nula calificación profesional de las personas encargadas del cuidado de los infantes en las estancias subrogadas.

La capacidad profesional de los encargados de los infantes en las guarderías changarro es también un factor inexistente en el proyecto “Inicia tu propio negocio: guarderías” elaborado por la Secretaría de Economía en el 2006.

El objetivo del proyecto es instruir a particulares interesados en el negocio de las guarderías particulares y la prioridad es eminentemente lucrativa. Actualmente la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) tiene registradas 8 mil 315 estancias infantiles, dentro de casas de uso común adecuadas para tal fin.

La infancia y los primeros años de vida son determinantes en el desarrollo de la personalidad, pero este aspecto, que debería regir el funcionamiento de las estancias infantiles no se menciona en ninguno de los requerimientos legales para las estancias subrogadas y mucho menos en el proyecto calderonista de las guarderías particulares.

Las anomalías que provocaron la tragedia en Hermosillo, son tan deleznables como las que provocaron las explosiones de los ductos de Pemex, el incendio del centro nocturno Lobohombo, el fatal operativo policiaco en el News Divine, la desaparición de infantes en el albergue Casitas del Sur, entre muchas más del pasado y por venir.
Esos siniestros son la manifestación del criterio gubernamental que equipara las políticas públicas con negocios particulares, que impone una ética de lucro a función social del estado. Pero es imperativo indicar que este criterio no es exclusivo de ningún partido político, es una tendencia generalizada en la clase política.

La tragedia en Hermosillo, como otras tantas, fue el resultado de los vicios generalizados en la administración pública. Hoy por hoy, en pleno proceso electoral, esta tragedia es la gota que desborda el recipiente indeformable de la opinión pública; es ahora cuando la presión de la realidad es contundente y emergen a la superficie los cimientos perversos que yacían en el fondo…

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