“El hombre ha hecho de la Tierra un infierno para los
animales”
Arthur Schopenhauer
En algún lugar salvaje, el predominio de una especie erige los
contornos de un cautiverio infringido donde languidece la dignidad de los
animales por el cruel afán de provocar una sonrisa…
La
humanidad, como la especie dominante en el planeta, ha modificado la naturaleza
para su beneficio alterando el canon biológico y provocando heridas irreparables
al planeta; el progreso provoca daños colaterales en todas las manifestaciones
de la vida y por los devaneos de la condición humana muchas especies sufren inmerecidamente
el flagelo de la crueldad.
El
cautiverio, en cualquiera de sus modalidades, es una práctica que desobedece
todas las leyes de la naturaleza: en un perverso afán de dominar a las bestias,
se extirpan sus habilidades congénitas y se le ponen grilletes al instinto. Los
daños suelen ser irreparables y los animales languidecen en una depresión
cotidiana, se les despoja de su dignidad al adiestrarlos, su vida es monótona y
ven el mundo a través de una jaula, a veces, pierden el control en un ataque de angustia y
ansiedad que generalmente les cuesta la vida.
Afortunadamente, el eco de las protestas contra el maltrato a
los animales ha tocado alguna fibras sensibles y en México ya son seis los
estados que han prohibido el uso de
animales en los circos y en algunas ciudades, las corridas de toros. Pero no es
suficiente para extinguir el flagelo al reino animal: serán necesarias muchas
protestas más para prohibir la confección de abrigos con la piel de animales
desollados en vida; las voces de repudio deberán llegar a los altos estratos de
la ciencia para condenar a los energúmenos que experimentan con animales en los
laboratorios; el ingenio económico deberá aplicarse para resolver la miseria en
los pueblos africanos cuyo sustento es la cacería; y en un giro absoluto,
deberá erradicarse la absurda costumbre de visitar el zoológico para conocer a
los animales en el ambiente ficticio de una prisión con áreas verdes.
Y
no!... la corona que nos adjudicamos
como la especie dominante no nos hace mejores. Somos la secuela inesperada de
los caprichos de la evolución pero aún no logramos ponderar con certeza las
habilidades de los animales, no los comprendemos y ellos nunca dejarán de
sorprendernos, como sucedió en el zoológico de Rotterdam: Mario Eijs, trabajó durante varios años en la limpieza de
las jaulas; al diagnosticársele un tumor
cerebral terminal pidió como última voluntad visitar el zoológico. La nota
informativa resalta que “una de las jirafas reconoció a Mario en su cama a lo
lejos y acercó su cabeza para saludarlo por última vez”.
A veces creo que son ellos, los animales,
quienes mejor conocer a los hombres y quisiera
creer que la próxima mutación provocará la empatía con los animales, que se
acerca el momento de la reconciliación del hombre con las especies que lo han
acompañado a lo largo de su historia en la Tierra y que muy pronto, derribaremos los contornos del cautiverio
infringido donde languidece la dignidad de los animales por el cruel afán de
provocar una sonrisa…
Fuentes:
Agencias.
(2014).Jirafa cumple último deseo de exempleado de zoológico. Recuperado el 23
de Marzo del 2014, de
Durán, Valeria
y Delgado Diana. (2014). Circos pelearán uso de animales. Recuperadoel 23 de
Marzo del 2014, de http://www.am.com.mx/leon/local/circos-pelearan-uso-de-animales-93242.html
Excelsior.
(2014). La conmovedora despedida de una jirafa de su cuidador. Recuperado el 23
de Marzo del 2014, de http://www.excelsior.com.mx/global/2014/03/22/950002
Igualdad
Animal. (2014). Circos. Recuperado el 23 de Marzo del 2014, de http://www.igualdadanimal.org/entretenimiento/circos
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