domingo, octubre 04, 2015

La reivindicación de las especies


“Y así, me apalearon y me echaron fuera.

Y su risa fue como un agua hirviente,

y entre mis entrañas revivió la fiera,

y me sentí lobo malo de repente;

mas siempre mejor que esa mala gente.”

Rubén Darío





            En algún lugar predominante, por encima de la bestialidad, se ubica una especie atípica; por los azares de la biología, los depredadores más crueles e irracionales se encuentran en la cúspide de una cadena en cuyos eslabones se degrada la dignidad…



            Desmond Morris describe a los humanos como monos parlanchines, curiosos y multitudinarios que sobresalen entre las ciento noventa y tres especies de primates por el tamaño de su cerebro y la falta de pelo corporal. Por caprichosas mutaciones, los humanos pueden ubicarse en el tiempo y en el espacio, desentrañan los misterios de la naturaleza y transmiten sus experiencias  a las generaciones venideras. Estos atributos elevaron la condición humana por encima de la línea de la bestialidad pero esa frontera es muy tenue y constantemente la trasgredimos.



            Por el vano afán de domesticar a otras especies, las despojamos de su dignidad en un circo, en una arena o en  cautiverio vitalicio y la similitud biológica es el argumento para justificar la crueldad de la experimentación científica. Ostentaciones de una superioridad infundada, y tal vez, inmerecida, como la lealtad que nos prodigan, porque el entendimiento no es recíproco y las consecuencias son nefastas.



            En el “Informe Planeta Vivo 2014”, divulgado por la Organización para el Fondo Mundial de la Naturaleza (WWF) se analizan datos desde 1970 revelando que las 10.000 poblaciones observadas se han reducido en un 52%; en Latinoamérica, la disminución asciende al 83%, lo que significa que sobreviven sólo 17 especímenes de cada 100 que existían 40 años antes. Pero la vida sigue su curso y después de siglos y siglos de abuso y crueldad hacia otras especies, llegamos a una época en que los lazos entre los humanos  son volátiles y los compromisos declinan, predomina el individualismo y la lealtad incondicional es una rareza en nuestra especie y en el epicentro del egoísmo, la encontramos en otras especies. La tendencia galopante es dignificar a las mascotas y a los animales. La reivindicación de las especies se esparce por contagio; el respeto al hábitat y la consideración a la vida animal, y a todas las formas de vida, es por fin, un indicio de humanización.       



            Desde el 2003, el 4 de Octubre una de las especies en este planeta celebra el Día Mundial de los Animales; los humanos reconocen la importancia de todas las especies que nos acompañan en este planeta y asumimos la culpa por las atrocidades cometidas. El personaje emblemático es Francisco de Asís, quien alcanzó la santidad al extender la hermandad a todas las especies, consideración que apenas hoy se instala en la conciencia de los hombres. Es evidente que la evolución es un proceso en marcha y que somos una especie inconclusa; el respeto a la biodiversidad será una mutación que nos acerque un poco más a la humanización alejándonos de la crueldad irracional y depredadora que nos ubica en la cúspide de una cadena en cuyos eslabones se degrada la dignidad…



           


Fuentes:





Darío, Rubén. (2015). Los motivos del lobo. Recuperado el 3 der Octubre del 2015, de http://www.poemas-del-alma.com/los-motivos-del-lobo.htm

Espinosa, Ruth Pilar. (2015). Celebra el Día Mundial de los Animales. Recuperado el 3 de Octubre del 2015, de http://www.abc.es/natural-vivirenverde/20151002/abci-mundial-animales-201510021104.html

Morris, Desmond. (2015). El mono desnudo. Recuperado el 3 de Octubre del 2015, de  http://www.astroscu.unam.mx/~angel/tsb/Desmond-Morris-El-Mono-Desnudo.pdf

WWF. (2015). Salvemos a un amigo. Recuperado el 3 de Octubre del 2015, de http://salvemosaunamigo.mx/?o=6

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