En algún lugar remoto, en los albores de la democracia el azar determinaba
privilegios, aplicaba sentencias y evitaba conflictos; en aquel entonces, todos
los nombres que se guardaban en un saco tenían las mismas posibilidades de ser
elegidos…
Para recibir y contar los votos de
los ciudadanos en la jornada dominical del 1 de julio, el INE instalará poco
más de 155 mil casillas en todo el territorio que funcionarán con los
ciudadanos que resulten “insaculados”. No es broma. El término legal de este
procedimiento es “insaculación”, una palabreja de origen de latino que
significa guardar los nombres de l@s participantes en un saco o bolsa pequeña y
extraerlos al azar para elegir a un@ afortunad@. Dicen los que saben, que éste
procedimiento estuvo en uso en un sistema democrático sin partidos ni elecciones
y que fue muy útil en el medievo para el nombramiento de alcaldes y regidores evitando
conflictos.
Hoy por hoy, la lista con todos los
nombres de todos los ciudadanos en edad de votar se conoce como Padrón
Electoral y en el Listado Nominal aparecen los nombres de todos los ciudadanos en
edad de votar que cuentan con credencial de elector vigente. Solamente los ciudadanos
que aparecen en la Lista Nominal podrán votar y participar en las elecciones.
Ahora bien, los ciudadanos a quienes
se invitará a participar como funcionarios de casilla en la jornada electoral
se eligen aleatoriamente en un proceso de cuatro tiempos: inicia cuando el
Consejo General sortea el mes del año (en esta elección el mes sorteado es Febrero)
y despúes se sortea una de las 26 letras del alfabeto (en esta ocasión será la
letra F); en la primera “insaculación”, con todos los nombres de los ciudadanos
que hayan nacido en Febrero y cuyo
apellido paterno inicie con la letra F, se obtiene el 13% de los ciudadanos en la
Lista Nominal, quienes serán visitados y notificados; y en la segunda “insaculación”, del 13% se obtendrán los nombres de los funcionarios
de casilla.
¡Sí! La dichosa palabra “insaculación”
provoca reacciones inesperadas y su conjugación es un reto al pudor. Por lo
pronto, el lunes 5 de marzo, once millones de mexicanos despertaron con la sorpresa
de que fueron ¡insaculados! y ninguno se percató ni de se dio cuenta de este
pequeño prodigio. Además, la palabreja puede resultar bochornosa y alarmante: se
imagina la expresión del ciudadano cuando el Capacitador electoral le notifica
con singular alegría: “!Felicitaciones! ¡Usted ha sido insaculad@! Y si tiene suerte:
l@ insacularán otra vez!!!”
Pero la mayor virtud de la
insaculación no reside en las interpretaciones de su significado sino en la
esencia aleatoria que sustenta también el blindaje de todo el procedimiento: antes
de la segunda insaculación se desconoce la identidad de los ciudadanos que
participarán como funcionarios en las casillas. Luego entonces: todas las descalificaciones a los funcionarios
de casillas expresadas en la víspera de la insaculación resultan vanas e
infundadas porque son descalificaciones a priori, críticas destructivas a
personajes desconocidos. Y si son vanas en la víspera, las descalificaciones
son ofensivas e insultantes cuando se dirigen a los ciudadanos con nombre y
apellido con inicial F, nacidos en Febrero con el suficiente valor cívico para participar
como funcionarios de casilla.
El inmenso engranaje electoral funciona con la buena fe de la
ciudadanía: es un mecanismo esencialmente ciudadano que ha demostrado su
eficiencia y que se recrea en cada proceso porque los resultados de la
insaculación sólo se utilizan en una elección. En el siguiente proceso se reiniciarán
los cuatro tiempos de la dichosa insaculación causando la sorpresa de algunos,
la incredulidad de otros y las bromas de todos pero también arrojará una lista
diferente con los nombres de los ciudadanos que hayan nacido en otro mes cuyo
apellido inicie con otra letra.
Y así, aleatoriamente, la esencia ciudadana toma forma y consistencia una
y otra vez, en un ritual que recrea los albores de la democracia cuando el azar
determinaba privilegios, aplicaba sentencias y evitaba conflictos; desde entonces,
todos los nombres que se guardan en un saco tienen las mismas posibilidades de
ser elegidos…
Córdova,
Lorenzo. (2018). “Cadena de confianza:
elección de funcionarios de casilla”, artículo de Lorenzo Córdova, en La
Jornada. Recuperado el 25 de febrero del 2018, de http://centralelectoral.ine.mx/2018/02/01/cadena-de-confianza-eleccion-de-funcionarios-de-casilla-articulo-de-lorenzo-cordova-en-la-jornada/
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Recuperado el 2de marzo del 2018, de http://www.ine.mx/transparencia/datos-abiertos/visualizacion-datos/primera-insaculacion/
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(2015). Segunda insaculación.
Recuperado el 2 de marzo del 2018, de http://www.ine.mx/transparencia/datos-abiertos/visualizacion-datos/segunda-insaculacion/
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(2017). Glosario electoral – Insaculación.
Recuperado el 25 de febrero del 2018, de http://centralelectoral.ine.mx/2017/02/07/glosario-electoral-insaculacion/
INE.
(2018). Glosario electoral – Sorteo del
mes. Recuperado el 25 de febrero del 2018, de http://centralelectoral.ine.mx/2018/02/07/glosario-electoral-sorteo-del-mes/
INE.
(2018). Palabras de Marco Antonio Baños
relativo al sorteo del mes, que junto con el que siguen en su orden será tomado
como base para la Insaculación. Recuperado el 25 de febrero del 2018, de http://centralelectoral.ine.mx/2018/01/31/palabras-de-marco-antonio-banos-relativo-al-sorteo-del-mes-que-junto-con-el-que-siguen-en-su-orden-sera-tomado-como-base-para-la-insaculacion/