“No somos nada más que organizaciones de átomos,
y seguimos, tal como hicieron nuestros antepasados de las cavernas,
aprendiendo, identificando y reconociendo el mundo”.
José Saramago
En algún lugar de la tarde, cuando se atenúa la intensidad del ritmo cotidiano y el instinto legendario nos conduce al refugio, y ahí, en una pausa biológica se concilian las vivencias y los sueños; en el umbral del sueño cuando se esfuma la tensión, los temores y las esperanzas se abrazan en un ritual del pensamiento…
Desde el inicio de los tiempos, la tarde ha sido el preámbulo de la reflexión; al caer la noche los seres humanos se refugian de las inclemencias de la vida cotidiana. La caverna, la choza, la guarida, han sido los refugios existenciales, y aunque han variado las condiciones del terruño, el imperativo del instinto permanece intacto.
Hoy por hoy, nos refugiamos del mundanal ruido y de la contaminación, de las amenazas de un entorno violento, de las veleidades del mercado, de los estragos del consumo. Pero en la quietud de las noches y en la soledad del raciocinio, ponderamos las cualidades del particular estilo de vida con respecto a los modelos generalizados y los paradigmas heredados.
Es entonces cuando el silencio rodea y circunscribe a una minoría que se asume como desadaptada, y esos muros de silencio, impiden conocer la magnitud del grupo que comparte esa percepción. Porque a pesar de estar más comunicados, vivimos alejados los unos de los otros, y así, el mundo se configura como un archipiélago inmenso de soledades orbitando en una espiral de silencios.
Y en el territorio fronterizo de la verdad, donde sólo existe lo que puede conceptualizarse, el afán por etiquetarlo todo responde a la necesidad de encontrar un orden en un mundo caótico y diverso. Las pautas de conducta y los síndromes del hombre posmoderno son producto del entorno, el reflejo de un mundo que admite muchas visiones, de un horizonte inasible.
Luego entonces: es un imperativo ético y moral exponer las particularidades del entorno que moldean conductas y condicionan actitudes; por eso, lo espero en mi refugio: este y todos los martes a las 8:00 PM se transmitirá “La guarida” en el Sistema de Radio de la Universidad Autónoma de Baja California en el 104.1 FM en Mexicali, 95.5 FM en Ensenada, 1630 AM en Tijuana y en el portal sur.uabc.mx
En la guarida, nos deslizaremos sobre la espiral del silencio, exploraremos los recovecos de la condición humana y averiguaremos el color de la feliz coincidencia que nos identifica como ciudadanos de la posmodernidad. Y cuando se atenúe la intensidad del ritmo cotidiano, en el umbral del sueño se esfumará la tensión, y abrazaremos los temores y las esperanzas en un ritual legendario del pensamiento…
domingo, julio 12, 2009
La guarida
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