domingo, julio 26, 2009

El preludio del fracaso

En algún lugar apacible, en la Biblioteca Nacional de los Avatares Históricos, cerca de los códigos perpetuos y más allá de la hemeroteca del patriotismo, existe una pequeña estancia donde se archivan las causas de todas las derrotas y los antecedentes de las grandes decepciones…

Esa estancia es conocida como la “Antesala de la Derrota” y ahí se compendian los preludios de fracasos monumentales, los preámbulos de crisis galopantes, los prefacios de quebrantos espectaculares y todas y cada una de las peores decisiones que se han tomado en la encrucijada del punto sin retorno.

La obra paradigmática en este recinto de la historia, es la Enciclopedia Ilustrada del Acervo Inútil e Intrascendente, y en el tomo de los Disparates Descomunales se han registrado hasta la fecha, los momentos cruciales en la historia nacional en los que se han tomado las peores decisiones con pésimas consecuencias.

Los expertos que consultan los archivos de la “Antesala de la Derrota” afirman que no hay proezas ni debacles sin premisas precedentes, que el principio de las causas y los efectos rige todos los ámbitos de la vida, que siempre existe la posibilidad de evitar los errores, y que por eso, siempre hace más daño un perplejo que un perverso.

Y precisamente en estos días, los Doctores en Lógica Trascendental y los Maestros en los Avatares del Destino actualizan la Enciclopedia con la crónica del calderonismo.

Dicen los que saben, que en retrospectiva son evidentes los antecedentes del estado fallido de Felipe Calderón y que el fracaso del régimen es poco menos que irremediable. Los expertos describen las aristas de la cuadratura del círculo de la impericia gubernamental: la derrota en la guerra al crimen organizado, el avance despiadado en los índices de pobreza, la militarización del régimen, la expansión del desempleo, el recrudecimiento de la violencia, las tragedias provocadas por la corrupción en las políticas públicas, más lo que se acumule en el sexenio.

Pero los Doctores en Lógica Trascendental y los Maestros en Avatares no logran explicar la persistencia del ejecutivo federal en una línea que ha demostrado su ineficacia: cuando la utilización de las fuerzas armadas en labores de seguridad pública ha resultado un fracaso estruendoso, Felipe Calderón presentó al Senado la iniciativa de una ley que avala la intervención del ejército en aquellas zonas del país en las que, a juicio del ejecutivo, peligre la seguridad interior y la paz social.

Este proyecto del ejecutivo pretende instaurar un estado de excepción otorgando un poder desproporcionado al ejército, cuando los defensores de los derechos humanos demandaron al presidente estadounidense Barack Obama la congelación del Plan Mérida debido a la persistencia de los abusos cometidos por militares y a la negativa del gobierno calderonista de enjuiciar y castigar a los responsables.

Con el pretexto de combatir al narcotráfico Calderón pretende atribuirse facultades unilaterales y discrecionales, debilitando al Congreso de la Unión, recientemente renovado, para instaurar la dictadura del panismo rampante.

Pero el advenimiento del Panato Institucionalizado será poco menos que un sueño guajiro si el presidente Felipe Calderón insiste en legitimar su mandato ejerciendo la titularidad del monopolio de la violencia, desplegando las fuerzas armadas en el territorio nacional, especialmente en los estados gobernados por la oposición.

Por lo pronto, el cónclave de los eruditos registra puntualmente todos los eventos, las decisiones y los desplantes que, por la ley perpetua de la causalidad, pasaran a la historia como el preludio del fracaso calderonista; y algún día, en un futuro no muy lejano, la crónica de este sexenio se depositará en el recinto de los avatares, en esa pequeña estancia donde se archivan las causas de todas las derrotas y los antecedentes de las grandes decepciones…

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