domingo, mayo 23, 2010

La solidez de un líquido

En algún lugar mezquino, donde los ideales se destruyen y se desechan, funciona un taller con actividad intensa e incesante: se fabrican las verdades colectivas, se dibujan los perfiles de héroes y villanos, y se emiten mensajes para manipular las opiniones y degradar las conciencias…

La opinión pública ya no es el garante de la democracia porque se ha degradado hasta convertirse en un elemento cambiante y maleable; la solidez del concepto se transformó en la veleidosa condición de los líquidos y adquiere la forma del recipiente que la contiene. La opinión pública se ajusta a los devaneos del estado y los medios.

La fabricación de verdades es una prioridad de la mediocracia; los líderes de opinión dirigen el pensamiento de las multitudes expuestas a mensajes transmitidos hasta el hartazgo. Los medios dirigen, o desvían, la atención de la audiencia masiva hacia determinados eventos y detrás de las notas informativas emiten un mensaje tendencioso. Los recientes escándalos mediáticos de cobertura nacional así lo confirman:

El misterioso fallecimiento de la pequeña Paulette exhibió una secuencia insufrible de impericias y contradicciones insólitas. La cobertura mediática fue un ataque inclemente contra la inteligencia del auditorio para fabricar el rechazo a las autoridades como consenso social. Ahora, ese rechazo se dirige a un objetivo específico: Enrique Peña Nieto, el poderoso contendiente por la presidencia.

Y la enigmática desaparición de Diego Fernández de Cevallos se convirtió en un asunto de estado por la privilegiada posición de este señor feudal. Por una exigencia atribuida a los “misteriosos desaparecedores” la Procuraduría de Justicia suspendió las investigaciones y los consorcios informativos se mantienen al margen. Ahora, la sumisión del silencio generalizado enfatiza el discurso en que Felipe Calderón eleva a un mercenario de las leyes y traficante de influencias al altar de los mártires de la democracia.

El vehemente discurso presidencial convocó a la unidad del partido y erigió al paladín del panismo rampante en el umbral del proceso electoral 2012. Hoy por hoy, están definidas las imágenes del héroe y del villano que habrán de dividir a la opinión pública. El éxito de la estrategia se sustenta en la carencia masiva de memoria y en la vulnerabilidad del pensamiento ante el bombardeo mediático de mensajes idiotizantes. Sólo así podrá disimularse la prostitución de los ideales partidistas en la confabulación de alianzas inescrupulosas (PAN y PRD) para conservar el poder.

Y así, el discurso mediático divulga verdades prefabricadas, alaba a los héroes y condena a los villanos en la emisión incesante de mensajes diseñados para manipular las opiniones y degradar las conciencias…

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