domingo, agosto 07, 2011

Genética y crisis

"Si el hombre es formado por las circunstancias,
entonces hay que formar las circunstancias humanamente"
Marx y Engels. Citado por José Saramago en La Caverna.


En algún lugar de la evolución, entre los esfuerzos encarnizados por sobrevivir y en el instante previo a la extinción, la defensa instintiva se transformó en el ataque premeditado, y a partir de entonces, los genes del dominio determinaron los rasgos de la condición humana…

La especie humana ascendió a la cúspide de los seres vivos en el planeta por una excepcional habilidad adquirida en el proceso evolutivo: la estrategia de la defensa y la premeditación del ataque. Desde entonces, la guerra es una actividad constante en la historia de la humanidad, y es también, la expresión más cruel de la ironía humana: la civilización surge cuando se legitima la explotación de los débiles; lo que requirió la conformación de la fuerza pública para controlar a los esclavos, porque la misión de los ejércitos era conquistar a los pueblos vecinos y despojarlos de sus riquezas.

Todas las guerras obedecen al mandato genético del dominio, a la necesidad irracional de someter a los débiles y enriquecerse con el despojo, y es por eso que la guerra es la manifestación más grotesca de inhumanidad, entendida como la imperfección humana, como la naturaleza inacabada e inconclusa de los seres humanos, que como bestias obedecen a sus instintos.

La economía de la guerra ha definido el curso de la historia, pero en el Siglo XX, fue la causante de la muerte de las grandes utopías en el proyecto de la Modernidad. Todos los imperios se han sustentado en los beneficios del mecanismo bélico y la guerra ha sido el motivo principal por el cual se endeudan los gobiernos. La historia de la deuda nacional estadounidense está inexorablemente vinculada a la guerra como industria y la relación entre el tope de endeudamiento y la guerra fue impuesta en 1917 durante la Primera Guerra Mundial; la idea era impedir que el Presidente Wilson destinara aún más soldados y dinero estadounidense a la guerra. En Inglaterra y en Francia se introdujo el control parlamentario del presupuesto para impedir que los reyes o gobernantes ambiciosos iniciaran guerras al limitar la capacidad del gobierno para endeudarse.

Hoy por hoy, después de siglos de guerras y de la secuencia de derrotas estrepitosas desde Viet-Nam, el imperio norteamericano aún se sustenta en la industria militar. El origen de la crisis global se ubica en los proyectos frustrados para la reconstrucción de Irak, en las incursiones fallidas y en la imposibilidad de apropiarse de los yacimientos petroleros en Medio Oriente. El 4 de Agosto reciente, el jueves negro, se ha registrado como el preámbulo de una crisis galopante: los mercados, los valores y las monedas son inestables, de un momento a otro, la realidad cobrará la factura pendiente a los gobiernos erigidos sobre las ruinas de los vencidos.




Fatalista?... Pues no del todo: porque en los momentos más críticos se desencadenan reacciones excepcionales y esfuerzos extraordinarios: quiero creer que cuando el imperio material se desplome sobrevendría una crisis existencial, ética y moral, que obligara a reorganizar las ideas en un sistema de valores tendiente a la humanización plena, un régimen mundial cuya prioridad fuese la conclusión del proceso de hominización extirpando del imaginario colectivo la defensa instintiva y el ataque premeditado, rescindiendo los genes del dominio que determinan los rasgos más grotescos de la condición humana…

No hay comentarios.: