domingo, junio 15, 2014

La certeza original

“Dentro de nosotros existe algo que no tiene nombre
 y eso es lo que realmente somos”.
José Saramago

            En algún lugar de la barbarie, el mecanismo de la guerra enriqueció a los invasores entronizando a los primogénitos; el predominio paternalista discriminaba y  los nombres fueron el emblema del origen; pero nada es para siempre y los prejuicios son volátiles porque la condición humana tiende a rebelarse ante los convencionalismos materializantes que la restringen…   

            En el origen de la familia intervinieron la selección natural y la imperiosa necesidad de procrear individuos mejor dotados para adaptarse a un entorno hostil y amenazante; en aquel entonces, el nacimiento era la única certeza y  el linaje obedeció la línea materna. En una secuela milenaria de ensayos y errores se establecieron las exclusiones para la procreación atendiendo a la línea materna.

 Así fue durante miles de años y hasta el momento en que la guerra facilitó la apropiación de recursos; los guerreros victoriosos regresaban con el botín y así acumularon tierras, esclavos, ganado y todo lo susceptible de ser saqueado. Y entonces, para heredar el patrimonio forjado por el padre era indispensable establecer con certidumbre la paternidad del primogénito; y  para lograrlo se restringió la vida marital de la mujer y se castigó el adulterio. La familia monogámica, que aún predomina, surgió por cuestiones esencialmente patrimoniales y se consolidó con las riquezas de la aristocracia y las aspiraciones de la burguesía, cuando un apellido designaba el origen y el destino de los individuos.

Pero en la historia de la humanidad nada es para siempre y el paradigma de la familia monogámica tiende a atenuarse, como todos los prejuicios y convencionalismos involucrados en el estereotipo de la familia felizmente funcional.

En la Modernidad y como efecto colateral de las grandes guerras, las mujeres se incorporan en las actividades productivas y se desvanece  paulatinamente el rechazo social al divorcio; en la Posmodernidad y como un efecto de la volatilidad de los compromisos emocionales, los divorcios exceden a los matrimonios, se generalizan las familias monoparentales y  el padre se involucra en las labores del hogar y en la crianza de los hijos. Hoy por hoy, la paternidad implica mucho más que el sustento y el patrimonio familiar y trasciende los atributos de un género y las funciones impuestos por la tradición.

Y cuando los cambios en el estilo de vida se generalizan inciden en las normas que regulan la conducta:

En Junio del 2000, las madres o padres solteros se liberan del estigma social y este beneficio se extiende a los hijos con la reforma al Código Civil del Distrito Federal que elimina la diferencia entre los hijos legítimos, los hijos naturales o los hijos legitimados por  lo que desaparecen también las pautas de la discriminación  y a todos los hijos se les reconocen los mismos derechos, independientemente del origen de la filiación en concordancia con la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1).

Y en los primeros días de Junio del 2014, la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) aprobó por unanimidad las reformas al Artículo 58 del Código Civil que eliminan la preponderancia del apellido paterno en las actas de nacimiento (2). Los legisladores esperan que esta modificación contribuya a la desaparición del prejuicio del apellido paterno  para otorgar certeza jurídica a las madres y padres solteros, así como a las familias homoparentales reconociendo las nuevas manifestaciones de la paternidad.

Y así, después de cinco mil años aquella certeza primigenia evoluciona y  las leyes se humanizan para eliminar las desavenencias absoletas del paternalismo atendiendo a la volatilidad de los prejuicios y a la rebeldía de la condición humana ante los convencionalismos materializantes que la restringen…  







Fuentes:

ADN Político. (2014). Registro civil. El orden de los apellido son altera el acta en el DF. Recuperado el 12 de Junio del 2014, de http://www.adnpolitico.com/congreso/2014/06/11/el-orden-de-los-apellidos-no-altera-el-acta-en-el-df
Haugen, Peter. (2014). La historia del mundo. Recuperado el 12 de Junio del 2014, de http://www.portalplanetasedna.com.ar/modelofamilia.htm
Mamá Natural. (2014). Aprueban ley que elimina la preponderancia del apellido paterno en la Ciudad de México. Recuperado el 12 de Junio del 2014, de  http://www.mamanatural.com.mx/2014/06/aprueban-ley-que-elimina-la-preponderancia-del-apellido-paterno-en-la-ciudad-de-mexico/
Pérez Contreras, María de Montserrat. (2011). La filiación en la legislación familiar para el Distrito Federal: comentarios en torno a las reformas. Boletín Mexicano de Derecho Comparado. No. 105. Recuperado el 12 de Junio del 2014, de http://www.juridicas.unam.mx/publica/rev/boletin/cont/105/el/el11.htm
Publímetro. (2014). En el DF se podrá elegir el orden de los apellidos de los hijos. Recuperado el 12 de Junio del 2014, de  http://www.periodicodigital.mx/2014/06/11/en-el-df-se-podra-elegir-el-orden-de-los-apellidos-de-los-hijos/
Publímetro. (2014). Ya se podrá elegir el orden de los apellidos de los hijos. Recuperado el 12 de Junio del 2014, de http://www.publimetro.com.mx/noticias/ya-se-podra-elegir-el-orden-de-los-apellidos-de-los-hijos/mnfk!N5CRImtkdbhGY/
Ramírez, Bertha Teresa. (2014). Eliminan diputados preponderancia del apellido paterno en actas de nacimiento en el DF. Recuperado el 12 de Junio del 2014, de http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2014/06/10/eliminan-diputados-preponderancia-del-apellido-paterno-en-actas-de-nacimiento-en-el-df-3908.html

(1)    La Declaración Universal de Derechos Humanos  afirma en su artículo 2o. que no se admiten excepciones, distinciones o discriminaciones en el reconocimiento y aplicación de los derechos proclamados en ella por motivos de nacimiento o de cualquier otra condición.

(2)    De ahora en adelante, las parejas que acudan al Registro Civil podrán decidir el orden de los apellidos de sus hijos. Desaparecerá la distinción entre apellido paterno y materno, aparecerán como apellidos parentales: apellido 1 y apellido 2.

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