domingo, mayo 28, 2017

El camino hacia el reencuentro

“Precisamente porque el mundo no es como nos gustaría que fuese,
 tenemos que intentar inculcar ideales de transformación y de reforma”.
Fernando Savater

            En algún lugar académico se ensamblaron visiones y se vincularon argumentos en una feliz convergencia: la imperiosa necesidad de recuperar las convicciones que se han desvanecido y reconstruir la volátil figura de la ciudadanía…  

            En una de las mesas iniciales de los Diálogos para la Cultura Cívica, convocada por el INE, participaron académicos y organizaciones civiles, representantes de los partidos políticos y funcionarios de gobierno. Los matices del encuentro fueron cordiales y asertivos superando la insidiosa, y odiosa, atribución de culpas y el punto de partida fue el desencanto galopante de la democracia, en todas sus manifestaciones:

            Los mexicanos no creemos en las instituciones ni en el información pública y desconfiamos de todos; perpetuamos los prejuicios que han lastimado a los grupos vulnerables; hemos asumido la corrupción como una fatalidad irreversible; arreglamos en mundo con una taza de café porque estamos convencidos de que no somos la causa ni la solución de los problemas; los avances en  la tecnología de las comunicaciones nos permiten eludir la realidad porque el esparcimiento desplazó a la información en el orden de prioridades.

Si el diagnóstico inicial se conforma de cifras y datos insufribles, las aportaciones de los dialogantes revelaron otras aristas del problema: la aguda distancia entre las generaciones, la ausencia de figuras emblemáticas y modelos de excelencia que guíen la conducta de los jóvenes, la incongruencia entre el discurso y la práctica, la tergiversación de la democracia que la reduce a las urnas y la identifica con la administración pública, por citar algunas.

Éste esfuerzo es una respuesta a la secuela de fracasos que nos han conducido a la apatía y a la desconfianza y debe entenderse como una retrotopía, como la reacción inevitable a la distopía que nos aflige y cuyo menester es rectificar los errores con los valores olvidados de un pasado malogrado, como lo vislumbró Zygmunt Bauman poco antes de morir. 

Una de las manifestaciones de la retrotopía es romper con los prejuicios y los estereotipos que infunden odios infundados. Con este objetivo se realizó la Librería Humana en los jardines del Cetys, campus Mexicali. Y con este anhelo, debemos emprender la búsqueda de las afinidades que nos hermanen, reencontrarnos con nuestros semejantes para hilvanar los nexos que se han roto en el tejido social.

La retrotopía es un esfuerzo que nos involucra a todos que trasciende las aulas y los recintos oficiales para sensibilizar a las conciencias obtusas y acariciar a los corazones apáticos. Por lo pronto, ahí está la convocatoria del INE como una oportunidad para intervenir en la reconfiguración de nuestra sociedad, ahí estarán los espacios para el reencuentro con nuestros conciudadanos, para compartir preocupaciones y proponer alternativas, aprovechémosla.

Atendamos a esta invitación para darle forma y consistencia al discurso, para evitar que este esfuerzo se convierta en un simulacro más, para predicar con el ejemplo, para ensamblar visiones y  vincular argumentos, para coincidir felizmente y recuperar  las convicciones que se han desvanecido y reconstruir la volátil figura de la ciudadanía… 

Fuentes

Bauman, Zygmunt. (2017). Retrotopía. México: Editorial Paidós Ibérica.

INE. (2016). Estrategia Nacional de Cultura Cívica 2017-2023. México: Instituto Nacional Electoral.

INE-COLMEX. (2015). Informe País sobre la calidad de la ciudadanía en México. Instituto Nacional Electoral

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