En algún lugar indefinible, en la tangente de la realidad se reinicia un ciclo que nunca concluye por la dificultad de ubicar el origen y el devenir de las palabras; envueltos en esta incógnita, materializamos las ideas con palabras y le adjudicamos un nombre a todo lo que existe…
La relación entre el mundo y
el lenguaje ha mortificado a los sabios de todos los tiempos; dicen los que
saben que el mundo es mundo porque lo describimos con palabras que brotan del
pensamiento; otros afirman que el lenguaje es producto del mundo.
Sea como fuere, el lenguaje es
el reflejo de la época en que viven los hablantes; las palabras que decimos y
repetimos le confieren importancia a las cuestiones que nos preocupan y ocupan;
y así, cada año desde 2013, la Fundación del Español Urgente (Fundéu) elige la palabra
más frecuente en los medios de comunicación que también revela las variaciones en el clima
social del mundo. La palabra del 2020 fue “confinamiento”; la palabra del 2021
fue “vacuna”; la palabra del 2022 fue “inteligencia artificial”.
La palabra elegida en 2023 fue
“polarización”, que “expresa la idea de división en dos bloques, posiciones u
opiniones enfrentadas, aplicada a la política y al ámbito ideológico, al mundo
deportivo, al debate en las plataformas digitales y, en general, a cualquier
escenario en el que sea habitual el desacuerdo”.
Y así, esta palabra revela la
tendencia a exacerbar las discrepancias y el apogeo del desacuerdo. Las
evidencias avalan la elección de Fundéu: en 2024 el 40% de la población mundial
acudirá a las urnas para elegir a sus gobernantes entre opciones políticas excluyentes; China y EUA se
confrontan por la hegemonía global; en redes sociales se viralizan debates por la
razón o sinrazón de las guerras y por cualquier motivo.
En la víspera de la
reconfiguración del órden mundial y fiel a la tendencia global, el gobierno
mexicano se ha esmerado en enfatizar los rasgos que nos distinguen, denostando
y demeritando cualquier réplica. Ratificando
la elección de Fundéu, en el pronóstico del clima social se advierten tormentas
tropicales provocadas por el choque de dos corrientes excluyentes provenientes
de la infame polarización a la que ha estado sometido el territorio mexicano
durante poco menos de un sexenio.
También se pronostica un
fervor inusual en las campañas electorales que exacerbarán la polarización
rampante que ha minimizado a la ciudadanía a un simple adjetivo en la tajante
consigna de ellos o nosotros en un ambiente de discrepancias.
Quiero creer que podríamos
revertir las necedades excluyentes de la polarización, que el poder de las
palabras trasciende las hegemonías y que ciudadanía es una cualidad que no
admite restricciones ni calificativos. Espero que la palabra del 2024 sea democracia,
entendida como la materialización de la de la libertad; las ideas que configuran un mundo mejor se harán
realidad cuando adjudiquemos un nombre a todo lo justo y honesto que existe…
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