sábado, diciembre 09, 2006

El Obligo del Mundo

En algún lugar del hemisferio donde se invierten las estaciones, allá donde la fuerza centrífuga se desplaza en el sentido opuesto, desde la Patagonia y a través de la hispanidad, con la aurora austral resurge el sueño postergado de la integración panamericana…

En la ciudad boliviana de Cochabamba concluyó la II Cumbre Sudamericana de Naciones con fuertes críticas al neoliberalismo y haciendo un llamado a desechar proyectos imperialistas y trabajar más por la integración.

Las propuestas de los mandatarios del Cono Sur coincidieron en la urgencia de configurar y fortalecer esta región en el nuevo orden mundial; la integración del Bloque Sudamericano sería la contraparte del proyecto que pretende imponer Estados Unidos conocido como el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA).

La integración del Bloque Sudamericano se sustentaría en mecanismos de cooperación opuestos a los conceptos neoliberales y a la lógica capitalista; podría implementarse un sistema de financiamiento recíproco y una moneda única para evitar la dependencia con el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.
En el cónclave de Cochabamba se revisó la estrategia del Bloque Sudamericano que establece los ejes centrales de la integración en esta parte del mundo. Para lograr una efectiva unidad sudamericana, la integración debe abarcar el sector energético, la interconexión vial, el comercio, la agenda social y la educación.
Ante el rezago y la pobreza que el modelo neoliberal ha provocado en los países latinoamericanos y los efectos de la geografía del mercado global, el proyecto de la integración sudamericana cobra especial importancia.
El legendario sueño bolivariano, que se sustentaba en los lazos culturales entre los pueblos, en el respeto y el apoyo mutuo entre naciones libres, se transforma ahora en un proyecto viable y en un sueño posible que implica todas las esferas de la actividad humana.
Y para que la utopía adquiera la consistencia de la probabilidad es necesario el esfuerzo compartido y la coincidencia de los criterios; será indispensable invertir audacia, talento e inteligencia para conformar el bloque latinoamericano que habrá de detener los estragos infringidos por el modelo del mercado.
El proceso de globalización no ha sido un proceso homogéneo, ha tenido un desarrollo muy desigual, generando tres polos dominantes en la economía mundial: América del Norte, Europa y la zona Asia-Pacífico, y en el seno de esta tríada se multiplican y se intensifican los intercambios, mientras el resto de los países (en particular los del África negra) son cada vez más pobres, marginados, y excluidos del comercio mundial y de la modernización tecnológica.

Las escenas de empobrecimiento y de impotencia son el resultado de la decadencia económica propiciada paradójicamente por el modernismo que, como alguna vez se creyó, solucionaría los problemas que más aquejan al mundo: el hambre y pobreza.

Hoy por hoy, las condiciones económicas que padece toda América Latina obligan a buscar nuevas oportunidades de desarrollo como la integración del Bloque Sudamericano.

Sin embargo, la integración del Cono Sur habrá de resistir la oposición de la política exterior norteamericana y la incursión de los consorcios financieros en las soberanías de los países involucrados. Ubicarse en el mapa de la economía global será un desafío que exige el compromiso no solo de los gobiernos y los mandatarios sino de la ciudadanía sudamericana.

Para borrar de la faz del planeta el centro estratégico, el ombligo del mundo desde donde se dirige el destino de los pueblos, la única opción posible es la integración comprometida y solidaria para alcanzar la dignidad y la prosperidad… la consolidación de un nuevo bloque desde la Patagonia y a través de la hispanidad, que con la aurora austral hará resurgir el sueño postergado de la integración panamericana…

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