domingo, marzo 16, 2008

Dialogar en el Silencio

En algún lugar virtual, donde converge una miríada de ideas, la realidad se fragmenta en millones de percepciones; y es ahí, en un territorio sin fronteras, donde se esclarecen las versiones oficiales y se derrumba el Monopolio de la Verdad…

Desde siempre, la estratificación en los grupos sociales ha surgido por las limitaciones en el acceso a la información, y por eso, los inventos que han influido en el curso de la historia han sido aquellos cuyas bondades se extendieron a la población: la imprenta de Gutenberg permitió la difusión de las ideas y Lutero popularizó al libro como artefacto del conocimiento; la lectura masiva fue primer paso hacia la libertad de la conciencia y el detonante de la primera revolución del pensamiento. Por eso en la Modernidad, los medios de comunicación masiva se erigieron como el cuarto poder, capaz de confrontar y cuestionar a los poderes políticos.

Sin embargo, los medios masivos de comunicación se sometieron al criterio de los regímenes políticos, y esa claudicación fue recompensada con las facultades para ejercer la censura, manipular la opinión pública y desinformar. Por eso, el público ya no confía ni en sus autoridades ni en los medios, y en este entorno de apatía y desconfianza, las innovaciones tecnológicas han logrado que los ciudadanos, en su calidad de cibernautas, se constituyan como el quinto poder, con la prioridad de intervenir en la difusión de noticias, en la divulgación de información y conocimientos, aportando la porción de la realidad que cada uno de ellos atestigua.

Hoy por hoy, la tecnología avanzada permite fragmentar la realidad en una miríada de imágenes -captadas en teléfonos móviles- y refutar los argumentos de la versión oficial, y oficiosa, que tergiversa los acontecimientos y sus circunstancias. Ahora, en la aldea global, la intervención de la ciudadanía en los medios masivos y en la telecracia implica la revolución de las comunicaciones y la democratización de la información.

En esta, como en todas las revoluciones, el proceso inicia cuando los ciudadanos asimilan los avances tecnológicos y adoptan una nueva forma de percibir el mundo y explicarlo; en la actualidad, gracias a la Red, los ciudadanos se han apropiado de la información a través de los medios sociales. La crisis de la credibilidad de la mediocracia tradicional, el cuestionamiento de la objetividad y la aparición de herramientas digitales accesibles a todos, convierten el periodismo en una conversación interactiva entre los ciudadanos.

La blogósfera y el periodismo ciudadano son las consecuencias inmediatas de la revolución de las comunicaciones debido a la transferencia del poder de los medios a la audiencia: el periodismo cívico se dirige al público como ciudadanos participantes en los asuntos públicos y la resolución de problemas apoyada en el criterio social, utiliza la información para intervenir en la vida social, comunitaria y política.

Este nuevo periodismo es la manifestación informativa de la Política, definida por la estructura de redes e internet, por la democratización y la globalización de la información, las ideas, el dinero, el trabajo y el terror. Es el sistema operativo público de la globalización cuyo objetivo es la construcción social de la realidad. La democracia global surge cuando los cibernautas, los protagonistas de esta revolución, entablan diálogos en el silencio para intercambiar ideas, perspectivas y experiencias.

El hito de nuestros tiempos surge en la conexión personal con todo el orbe, en una conversación sin voces que trasciende las distancias, en el silencio de un diálogo asincrónico que esquiva los horarios. La blogósfera es el nuevo entorno en el que se intercambian las ideas y se construye la realidad social con un millón de perspectivas.

¿Yo?… aquí l@ espero, en la blogósfera y l@ invito a construir juntos la porción de la realidad que nos corresponde, a enriquecernos en el libre intercambio de las ideas, a ejercer la tolerancia, a ejercitarnos en el disenso y a fortalecernos al compartir experiencias… para que me diga si está de acuerdo o no conmigo, para me indique qué le sobra o qué le falta a esta columna, para que me aclare si el vaso está medio lleno o medio vacío, para que me detenga cuando mis elucubraciones excedan el límite de la razón…

¿Qué por qué aquí?... pues, porque en la ubicuidad del entorno digital la ciudadanía se despoja de los gentilicios, porque aquí no existe la discriminación y concurren las voces que han eludido las inercias y los obstáculos del mundo material; porque aquí, en un eco inconmensurable, se han incorporado a la virtualidad todas las tonalidades de la palabra para construir la realidad con millones de percepciones; y porque sólo aquí, en este territorio sin fronteras, se esclarecerán las versiones oficiales y se derrumbará el Monopolio de la Verdad… aquí l@ espero…

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