lunes, julio 14, 2008

La crueldad de las ironías

En algún lugar grotesco, en las mazmorras de la perversidad donde se vulneran todos los principios y se flagelan todos los derechos, la justicia se extingue en la penumbra del quebranto…

Las ironías del destino suelen ser crueles pero exhiben el grado superlativo de las contradicciones en la condición humana. Previamente a la conmemoración del Día Internacional en Apoyo a las Víctimas de la Tortura, que se llevó a cabo el jueves 26 de junio, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) divulgó una encuesta internacional que indica que México es uno de los países en el mundo donde existe mayor repudio a la tortura en cualquiera de sus formas. Y pocos días después, se difundió que en uno de los bastiones de la moralidad mexicana se entrena a los policías en técnicas de tortura.

Las evidencias difundidas en videograbaciones son contundentes: en el ayuntamiento de León, emanado del Partido Acción Nacional (PAN), los elementos del Grupo Especial Táctico, de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal, se ofrecen como voluntarios para ser sometidos a tormentos durante un entrenamiento sui generis.

Las autoridades de León argumentaron que ese entrenamiento prepara a los policías para enfrentar situaciones de alto estrés y que no promueve la tortura para obtener información. Sin embargo, fomentar éstas técnicas despierta la sospecha de que podrían ser usadas en situaciones reales en contra de presuntos criminales detenidos.

Para enfatizar la crueldad de esta ironía, el alcalde Vicente Guerrero Reynoso respondió con un desafiante “¡Me vale Wilson!” a las críticas en su contra por el adiestramiento con violencia y vejación que reciben los policías municipales. Y en un alarde de cinismo, el alcalde precisó que en las técnicas de entrenamiento de los elementos del Grupo Especial Táctico no hay tortura porque los policías son voluntarios y dan su consentimiento.

Este incidente exhibe el deterioro de la autoridad como instancia de procuración de justicia y la flagrante carencia de ética del grupo en el gobierno. Pero además del asco, la vergüenza y el repudio provocados, esta revelación debería horrorizarnos porque dejó al descubierto la inaudita semejanza entre los criterios, supuestamente ajenos, del alcalde de León y del departamento de defensa estadounidense.

Detrás de la formación de torturadores en México yace una paranoia extranjera recientemente adquirida: altos funcionarios del Pentágono usaron un programa de entrenamiento a miembros de las fuerzas especiales para resistir torturas en caso de ser capturados como fuente de ideas para maltratar a detenidos.

El símil entre los dos programas de entrenamiento es más que sorprendente: es espeluznante y excede la crueldad de cualquier ironía.

En noviembre de 2002 se denunció que se aplicaron como técnicas de tortura las asfixias simuladas, la privación de luz y de sonido, mantener a los detenidos largo tiempo en la misma posición, desnudarlos y amedrentarlos con perros. El origen de estas nuevas técnicas fue el programa "SERE" (Sobrevivencia, evasión, resistencia y fuga), diseñado para preparar a soldados estadounidenses destinados a misiones de gran peligro en caso de que caigan en manos de enemigos. Funcionarios del Departamento de Defensa aprobaron el uso ofensivo de esas técnicas contra los detenidos, justificándolo como un entrenamiento porque las tropas norteamericanas corren mayor riesgo de sufrir abusos si son capturadas.

Y: no!... en la política las coincidencias no existen; no fue por una mera casualidad que el alcalde de León reprodujera el criterio del Departamento de Defensa norteamericano cuando declaró que “los policías se están enfrentando a la delincuencia organizada que está súper equipada y entonces tienen que tener igualdad de fuerza y eso es para lo que nos estamos preparando. No se está capacitando para torturar a los ciudadanos, se les está capacitando para resistir situaciones límite".

Sí!... Es denigrante que el entrenamiento de los policías en León sea la versión mexicana de las aberraciones cometidas por el ejército norteamericano, y que esta réplica nacional sea una burda imitación pletórica de deficiencias, una copia vulgar y barata de horrorosas torturas profesionales, pero sobre todo, es alarmante porque esas deficiencias serán debidamente resueltas con el paquete de asistencia del Plan Mérida, que oscilará entre 350 y 400 millones de dólares en equipo y tecnología, adiestramiento y asesorías en materia de narcotráfico.

Además de la sumisión al congreso estadounidense, el Plan Mérida causará un flagelo social: producirá verdugos mexicanos profesionalizados en martirios y torturas, fomentará la funciones represivas de los cuerpos policíacos, agudizará el bifrontismo de gobiernos moralizantes sin calidad moral para imponer el orden social… erigirá mazmorras donde se vulneren todos los principios y se flagelen todos los derechos, y la justicia se extinguirá en la penumbra del quebranto…

5 comentarios:

Lázaro Buría dijo...

Estimada Laura:

No sé como decirlo, quizá por ello utilizo tus palabras que pintan el mundo mejor que las mías: " ... rareza del pensamiento en peligro de extinción..." es lo que pienso, casi siempre, del tuyo cuando te leo. Y aunque por momentos siento que los cimientos sobre los que levantas las columnas de tus ideas no sostendrían el peso de las mías, la levedad del ser que supongo en ti desanima la suave beligerancia que provocan en mi tus ideas. Quizá por ello se me ocurre decir -con cautela y sospechando de mi cortesía-, que "la ética" nunca está en "peligro de extención" -¡ni lo estará!-, porque es inmortal gracias a una cualidad que casi nunca le reconocemos: su capacidad para cambiar con "los tiempos". Tal ceguera, es lo que nos hace humanos y, simultáneamente, viejos, mientras atravezamos "las mazmorras de la perversidad" -"imaginario común" a todas las religiones-.

Gracias por tu tiempo que, como el mío, es poco para decir todo lo que pienso.

¿Conoces la Semana Negra de Gijón?

Lázaro.

Laura M. López-Murillo dijo...

Tiene usted razón Lázaro: entre los seres humanos, sensibles y pensantes, la ética es un atributo inmarcesible... sin embargo, en la infra-especie de los hombres políticos, la ética constituye una rareza... tal vez, no enfaticé el ámbito donde la ética está a punto de extinguirse..

También le concedo toda la razón cuando equipara el flagelo en las mazmorras de la pervesidad con el flagelo causado por la religión.

Y no conocía la Semana Negra de Gijón... pero después de leer su comentario busqué en Internet y me enteré que en etas fechas se está celebrando por allá. En cuanto tenga tiempo voy a leer la revista del evento "A quemarropa".


Sólo quiero preguntarle: cómo debo interpretar la beligerancia que le provoca esa levedad del ser que me atribuye?


Y gracias, muchísimas gracias por la atención que le concede a esta columna...aunque sólo se sostenga en la ligereza de mi pensamiento...

Un saludote desde Mexicali!

Lázaro Buría dijo...

La "levedad del ser que supongo en ti", por la forma peculiar en que usas y organizas las palabras de lo que dices, la refiero más al sentido que el vocablo tiene en la voz del latina de que proviene (levĭtas), que de una de las acepciones que le atribuye el español actual que, en mi opinión, significa en tal adjetivo (de manera no feliz derivada de una interpretación "mecanicista" de tal cualidad -poco peso físico-), "inconstancia de ánimo y ligereza en las cosas". Pero en todo caso es Milán Kundera, el escritor checo, el responsable de que yo usará esa palabra al sentirte en las tuyas de una manera que él fijo en mi subjetividad, no porque haya leído demasiado de su obra, sino por el título de una de ellas: "La insoportable levedad del ser" que, a pesar de ser indagación y cuestionamiento del "estado de las cosas" en la realidad, desde que tuve noticia de tal denominación para un texto, me pareció expresión bella e inefable. Y así te supongo como ser. Espero que esta breve etimología de como nació, creció y uso tal palabra en el diccionario vivo que soy -como todo ser humano-, responda tu pregunta.

Además, tu pensamiento es "ligero", como bien dices tú de él mismo. Pero espero que estemos usando la misma connotación que damos a ese adjetivo, que es mi caso es la de ser "rápido, eficiente, veloz y, en ocasiones, inalcanzable. Esto último es lo que más me atrae de la derrota que sigue.

Espero que tu aproximación a Semana Negra, contribuya a aliviar la confusión en nuestra comunicación a través de las palabras y haga crecer la complicidad de la parte del contenido de ellas conque queremos proyectarlas. Así es la vida. Hablando, la gente puede llegar a entenderse e, incluso, incluso en algún lugar donde reine el silencio que tanto amo.

Saludos y otro saludote desde Gijón.

Lázaro Buría dijo...

Hola Laura:

Como quedé insatisfecho tras responder la pregunta que hiciste -no dispuse del tiempo para hacerlo con la claridad y sencillez que deseaba hacerlo y, además, en medio de la niebla de preocupaciones en que me tiene envuelto el Concurso de Bellezas 50+,60+ y 70+ que se me ocurrió lanzar en esta Semana Negra y en la que aún estoy-, he leído de nuevo lo que escribí y me he avergonzado. Pero mi pudor se alivia al recordar que actualmente todo ocurre tan rápido y cambia con tanta celeridad que lo que hacemos, decimos y/o escribimos, son solamente versiones de lo que "vivimos, creemos y/o soñamos". Por tanto, he aquí "otra manera de decir" lo que ya dije:

La "levedad del ser que supongo en ti", por la forma peculiar en que usas y organizas las palabras, la refiero más al sentido que el vocablo tiene en la voz latina de que proviene (levĭtas), que a la de una de las acepciones que le atribuye el español actual donde tal adjetivo significa (por interpretación "físico- mecánica" de una cualidad que puede atribuirse a lo tangible -poco peso físico-), "inconstancia de ánimo y ligereza en las cosas". Y es Milán Kundera, el escritor checo, el responsable de que yo vinculara la "imagen" que me hago de ti a esa palabra -levĭtas-, al sentirte en las tuyas de una forma que él fijo en mi subjetividad, no por haber leído demasiado de sus obra, sino por el título de una de ellas: "La insoportable levedad del ser" que, a pesar de ser novela de indagación y cuestionamiento del "estado de las cosas" en la realidad, desde que tuve noticia de tal denominación para un texto, me pareció expresión bella e inefable. Y así te supongo como ser. Espero que esta breve etimología de como nació, creció y uso tal palabra en el diccionario vivo que soy -como todo ser humano-, responda tu pregunta.

Además, tu pensamiento es "ligero", como bien dices tú de él mismo. Pero deseo que estemos usando la misma connotación que damos a ese adjetivo, que en mi caso es la de ser "rápido, eficiente, veloz y, en ocasiones, inalcanzable, que es lo que más me atrae de la derrota que sigue.

Espero que tu aproximación a Semana Negra, contribuya a evitar confusiones en nuestra comunicación a través de las palabras y haga crecer la complicidad de la parte del contenido de ellas conque queremos proyectarlas. Así es la vida. Conversando, la gente puede llegar a entenderse e, incluso, incluso en algún lugar donde reine el silencio que tanto amo.

Saludos y otro saludote desde Gijón.

Laura M. López-Murillo dijo...

Lázaro: realmente me halaga la consistencia que le atribuye a mi pensamiento... y no se preocupe más, ya se han sincronizado los significados de nuestras palabras.

Disfrute la semana negra, lo merece.

Un saludote.