domingo, julio 06, 2008

Las minorías en los tiempos del proselitismo

En algún lugar del mercado, en la sección especializada en política, la materialización se eleva a niveles factoriales; es por eso, que entre la oferta y la demanda del poder, las ideas y los dogmas sucumben en una cruel metamorfosis, se traducen en simpatizantes y adquieren la forma y consistencia de un voto…

Recientemente, en los Estados Unidos de Norteamérica, y concretamente durante la campaña interna del partido Demócrata, se difundieron las nuevas tendencias del marketing político, que conceden especial importancia a la simpatía a los sectores hispanos y latinos.

La influencia de los inmigrantes de origen latinoamericano se expandió paulatina e inexorablemente hasta convertirse en un oxímoron cuantitativo, y ahora, como una inmensa minoría, es uno de los objetivos esenciales en la propaganda política estadounidense.

Y como suele suceder durante los tiempos de proselitismo político, la altura de miras desciende hasta posarse en aquellos grupos que han sido relegados por decreto. Se produce una inversión, temporal y volátil, y en la cúspide de la pirámide del poder se ubica la multitud de electores.

Es entonces cuando se abre milagrosamente el cajón de los olvidos, se recuperan los reclamos y lamentos ancestrales de los grupos marginados y se incrustan palabras de esperanza entre las líneas del discurso de los candidatos.

Por eso, escuchamos esas versiones ridículas de “Cielito lindo” en las voces de Barak Obama y de Ted Kennedy; incluso el presidente George Bush ha soltado algunas frases pésimamente pronunciadas en español, que no despiertan simpatía alguna.

Y también por eso, el virtual candidato por los republicanos, John McCain, quien reconoce que las encuestas y los sondeos no lo favorecen, viajó a Colombia y a México en calidad de cuasi-mandatario; y en México, en una temeraria extrapolación del marketing político, visitó el templo mariano de la Virgen de Guadalupe.

Ante la explanada de la Basílica, los comunicadores estadounidenses captaron las imágenes del candidato que profesa la religión bautista con las que habrán de bombardear a los votantes latinos y católicos en los medios estadounidenses. La difusión mediática de esta visita puede provocar reacciones inesperadas porque los asesores del virtual candidato desestimaron la importancia de las creencias religiosas e incursionaron en un territorio desconocido.

El impacto entre los electores católicos en Norteamérica aún no se pondera, pero en México, esta maniobra electorera del candidato John McCain provocó malestar inmediato y generalizado. Mientras elementos de la Policía Federal custodiaban a John McCain en la basílica, entre la multitud contenida surgieron los gritos: “Obama, Obama”, “Si Obama estuviera aquí esto no pasaría”, que llegaron al paroxismo “Obama, Obama…Obama en el cielo”. Ya cuando McCain salía de la antigua basílica se escuchó un grito: “McCain, no eres bien recibido. McCain, imperialista, con la fe del pueblo no de juega”.

El recurso de las creencias religiosas debería ser un tabú en la mercadotecnia política. Ya sea por respeto o por sensatez, el equipo de McCain debería enfocarse en otros aspectos de la idiosincrasia del sector hispano –católico.

Pero la contienda por la presidencia de Norteamérica aún no comienza; los pronósticos indican que serán unos comicios muy reñidos, y el voto de los ciudadanos sin filiaciones partidistas será decisivo.

La simpatía de los grupos marginados es ahora el bien esquivo en el proselitismo estadounidense, por eso, en las próximas campañas electorales surgirán, desde el lumpen, los rasgos que alguna vez se rechazaron, las voces que se han ignorado, los colores que se han discriminado, porque entre la oferta y la demanda del poder, las ideas y los dogmas sucumben en una cruel metamorfosis, se traducen en simpatizantes y adquieren la forma y consistencia de un voto…

2 comentarios:

Lázaro Buría dijo...

... este lugar me gustó más que los dos anteriores... a pesar de un par de preposiciones errantes innecesarias ..."con la fe del pueblo no sé juega" ... y me pregunto porqué y no puedo alcanzar la respuesta ... ¿quién podría tenerla? ...¿Dios o La Virgen? ...

Laura M. López-Murillo dijo...

Lázaro:
Es muy gratificante saber que cuento con su fina atención... y efectivamente, se me escaparon dos preposiciones... pero en cuanto pueda las corrijo; le agradezco por la observación.
Tal vez en paises donde no existe una estructura religiosa predominante sea posible trivializar sobre las creencias e incorporarlas a la mercadotecnia política, pero los candidatos norteamericanos deberían documentarse respecto a la idiosinrasia de aquellos que, por cuestiones electorales, ahora les interesan.
Se me ocurre que lo único que podría detener el usufructo de la fe sería la ética... esa rareza del pensamiento en peligro de extinción...
Un saludote