En algún
lugar del ocaso, cuando el poder declina
se produce un compás de espera que habrá de culminar con la ascensión del nuevo
régimen; durante la pausa emergen los secretos y los vicios ocultos, y al
romperse los pactos atávicos se liberan las verdades que alguna vez fueron
censuradas…
El periodo crítico en todos los
regímenes, sistemas y gobiernos suele coincidir con los últimos días en el
ejercicio fáctico del poder; sobre todo,
cuando el sucesor presidencial proviene de la oposición. El declive de la figura presidencial en la
víspera de la alternancia en el poder es un proceso inexorable cuya intensidad es variable: desde el
escarnio público hasta el rechazo generalizado, desde la parodia hasta la
afrenta deliberada.
La
cuenta regresiva del calderonismo inició en la noche del domingo 1º de Julio
cuando la candidata a la presidencia por Acción Nacional aceptó la derrota. A
partir de entonces, las declaraciones de Felipe Calderón han perdido fuerza y
consistencia mientras las versiones alternas que fueron censuradas adquieren
relevancia y contundencia.
El 12
de Agosto, en el umbral de la frontera estadounidense, los integrantes de la tercera “Caravana por
la paz con justicia y dignidad” encabezada por el poeta Javier Sicilia se
reunieron en la Casa del Migrante en Tijuana con ciudadanos bajacalifornianos
que han sufrido la violación de sus derechos humanos y que piden el cabal
esclarecimiento de la detención, secuestro, tortura y desaparición de
familiares en eventos turbios e impunes perpetrados por el crimen organizado y
la fuerza pública. Raúl Ramírez Baena,
Director de la Comisión Ciudadana de los Derechos Humanos del Noroeste presentó
a las víctimas y a los deudos como testimonios vivientes que exhiben el flagelo
de la brutalidad institucional y la violencia criminal en Baja California. Esta
semana, el semanario Proceso publica la
revelación de Ramírez Baena: “las violaciones a los
derechos humanos derivadas de la militarización –la otra cara de la guerra
contra el narcotráfico– empezaron en forma alarmante en 2009 en Tijuana; a
partir del segundo semestre de 2010 y más en 2011 los abusos se desplazaron a
Mexicali, Tecate, Ensenada e hicieron crisis en San Felipe”.
Y en la
anchura de la banda con la velocidad que adquieren las revelaciones
insólitas, los vaivenes del conflicto
entre la cadena MVS y Ejecutivo Federal han dejado al descubierto secretos oficiales y oficiosos que exhiben la
perversidad que predominó en las negociaciones entre el gobierno federal y el
empresario Joaquín Vargas y los efectos perniciosos del poder como instrumento
de sometimiento para censurar la crítica.
Como estas
revelaciones surgirán varias más en las postrimerías del calderonismo, durante
ese compás de espera cuando surgen las expectativas y se atenúan los temores
porque éste es un proceso invariable que se realiza desde la oscuridad de los
tiempos; los episodios previos a un cambio político se perciben como
oportunidades para rencausar el rumbo hacia el porvenir y para lograrlo es imperativo
el rompimiento con el régimen que concluye, por eso, en las albricias del cambio desaparecen las
consideraciones, de toda índole, hacia el presidente saliente. Y la muralla que solía proteger al círculo de
los poderosos se erosiona y a través de las grietas se filtran los secretos y
los vicios ocultos, y al romperse los pactos atávicos se liberan las verdades
que alguna vez fueron censuradas…