domingo, febrero 28, 2016

Empatía estacional




En algún lugar sincronizado, los días y las horas obedecen a un cálculo inexorable y  en el momento preciso se iniciarán los giros de un mecanismo insólito que transforma las prioridades, los atributos y las convicciones…



En el calendario de la sociedad mexicana, además de los días festivos que alargan los fines de semana, existe una fecha que marca el inicio de una temporada azarosa, sorprendente e intensa. Durante ese breve lapso se produce un pequeño prodigio y todas las instancias del gobierno, súbitamente, asumen sus responsabilidades. Es entonces cuando se atienden todas las necesidades de  la población que alguna vez fueron ignoradas olímpicamente; el paisaje urbano se complica con mil y un obras cuya ejecución eludió milagrosamente el cajón de los olvidos y por una extraña pero feliz coincidencia, el bienestar social asciende al altar de las prioridades y los programas de asistencia  logran concluirse y entregarse puntualmente.



Es un periodo corto pero extenuante, siempre desconcertante, a veces insufrible porque la insólita eficiencia gubernamental coincide con la temporada electoral cuando la percepción social adquiere contundencia al traducirse en votos potenciales. En esta temporada suele desvanecerse la lejanía de la clase política  en eventos triunfalistas (con cargo al financiamiento público a los partidos políticos), la altivez  que reviste a la partidocracia se transforma  en un  aura ficticia de luz y sencillez, y por si fuera poco, el electorado esta expuesto al bombardeo mediático de los  defensores de la democracia y los paladines de la justicia que en treinta segundos pretenderán cautivar a los indecisos y concientizar a los ingenuos.



Y en un exabrupto irracional, habrá quién juzgue a los gobernantes por esos  efímeros destellos de sensibilidad social; es probable que la opinión respecto al gobierno cambie al recibir un apoyo inesperado que se creía inmerecido, o por la sorprendente amabilidad  en el parsimonioso laberinto de la tramitología oficial. Es desconcertante pero la estrategia electoral de la empatía estacional suele funcionar porque persiste aquella infame condición que restringe la memoria de la ciudadanía a los tres meses recientes, o tal vez sea menos, ya lo olvidé.



La intensidad del proceso electoral se agudizará durante el periodo de las precampañas (del 2 al 27 de marzo) y alcanzará niveles inimaginables en las campañas (del 12 de abril al 1 de junio), y son inimaginables  porque por primera vez en las elecciones locales en Baja California contenderán candidatos independientes: 16 por las alcaldías en los cinco municipios y 27 por las diecisiete diputaciones. Aún no hay quien se atreva a pronosticar los alcances del discurso proselitista pero quizás la presencia de los independientes atraiga el interés en las elecciones intermedias, tradicionalmente grises y deslucidas.  



La temporada electoral sigue su curso y es imperativo alertar al electorado, invitar a todos los indecisos a blindar su criterio para resistir  todas las ofensas a la inteligencia fabricadas con alevosía  en cada uno de los giros del mecanismo insólito que transforma las prioridades, los atributos y las convicciones…







Fuentes:



El mexicano. (2016). Entregan obras sociales en Mexicali. Recuperado el 27 de Febrero del 2016, de http://www.el-mexicano.com.mx/informacion/noticias/1/3/estatal/2016/02/25/940858/entregan-obras-sociales-en-mexicali





Ieebc. (2016). Proceso electoral ordinario 2015-2016. Recuperado el 27 de Febrero del 2016, de http://www.ieebc.mx/proceso2015_2016.html



Loza, Lourdes. (2016). Hacen historia en Baja California. Recuperado el 27 de Febrero del 2016, de http://www.lacronica.com/EdicionEnLinea/Notas/Noticias/15022016/1054044-Hacen-historia-en-Baja-California.html














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