domingo, junio 24, 2018

Crónicas electorales ¿Dónde empiezan los principios? La numeralia de lo intangible


En algún lugar infalible y certero las cantidades adquieren una dimensión exorbitante cuando las convicciones ennoblecen los esfuerzos; y así, todo lo cuantificable es asombrosamente pequeño y todo lo tangible resulta ínfimo cuando se inicia la construcción del porvenir…

Conforme avanza la cuenta regresiva se intensifican los esfuerzos en la preparación de la elección más grande en la historia de los procesos electorales en México. La expresión no es retórica ni metafórica: es geográficamente compleja porque habrá elecciones concurrentes (a elegir cargos federales y locales) en 30 de los 32 estados del país (en Baja California y Nayarit se elegirán únicamente cargos federales); es cuantitativamente insólita porque se elegirán 18,299 cargos: 629 federales (1 Presiente de la República, 500 Diputaciones y 128 Senadurías en el Congreso de la Unión) y 17,670 cargos locales (8 Gubernaturas, 972 Diputaciones locales, 1,596 Presidencias Municipales, 16 Alcaldías, 1,237 Concejales, 1664 Sindicaturas, 12,013 Regidurías, 19 Regidores Étnicos, 24 Presidencias en Juntas Municipales, 24 Síndicos y 96 Regidurías).

El domingo 1 de julio se materializará el valor cívico, uno de los conceptos etéreos que nos aportan identidad y pertenencia como mexicanos porque ese día, la soberanía de la Nación se dispersa en todo el territorio para otorgar al electorado la facultad de elegir a sus representantes y gobernantes. Y el electorado, es mucho más que una palabreja dominguera porque identifica con nombre, apellidos y domicilio a los 89,123,355  mexicanos que cuentan con credencial para votar y que integran la Lista Nominal. Pero la pertenencia es un atributo que trasciende las fronteras y en esta elección también participarán los 181,256 mexicanos que conforman la Lista Nominal de Electores Residentes en el Extranjero.

El electorado podrá expresar su voluntad al emitir su voto en las 156,899 casillas que incluyen 1,054 casillas especiales donde podrán votar las personas que se encuentran lejos de su domicilio, y por primera vez se instalarán casillas en hospitales públicos para recibir los votos de los pacientes y sus familiares, del personal médico y administrativo. En la jornada dominical 1,400,022 ciudadanos, en calidad de autoridad y funcionarios electorales, recibirán y contarán los votos, para la que fueron capacitados por 38,766 asistentes electorales cuyo desempeño es vigilado por 6,277 supervisores. Para el funcionamiento de las casillas electorales se imprimieron 281,702,835 boletas electorales, 1,277,492 actas de casilla y 6,461,984 formatos.

Esta numeralia refleja la magnitud tangible de la elección del 1º de julio, pero estas cantidades adquieren una dimensión exorbitante cuando se aplica el factor del esfuerzo humano porque detrás de cada cifra existe una convicción que motiva a todos los involucrados  para aportar su tiempo y su atención, para abandonar el breve espacio en que se recluyen las prioridades personales y trabajar por el bien común. El significado de un voto excede su manifestación concreta; detrás de cada boleta electoral se concentran todas las horas del trabajo realizado, en cada folio se compendia la atención de miles de miradas que supervisaron el procedimiento que culminará en los comicios.  

Si en estos momentos yo estuviera escribiendo un cuento bien podría inventar una pequeña república habitada por todos los involucrados en la preparación de la jornada electoral:  personajes comprometidos y  plenamente convencidos de la importancia de su labor y dispuestos a trascender el estrecho  umbral del individualismo portando las convicciones que los humanizan en un relato que ennoblece todos sus afanes porque  todo lo cuantificable es asombrosamente pequeño y  todo lo tangible resulta ínfimo cuando se inicia la construcción del porvenir…

Porque mi país me importa: ¡Voto libre!

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