“Ir a votar es afirmarnos como miembros de
un pacto colectivo,
de ese conjunto de anhelos y sueños, de
emociones y razones
que integran nuestra vida cotidiana y
nuestro futuro.”
Lorenzo Córdova Vianello
En algún lugar de la madrugada, mientras los contendientes
velaban sus armas, la luz de la Luna resaltaba la metáfora más bella de los
pueblos; al amanecer, emergió un derecho
primigenio y la soberanía de la nación se reflejó en 89 millones de fragmentos…
Escribo esta columna en la madrugada
del domingo 1 de Julio con la misma convicción que me ha impulsado desde el
primer día del proceso electoral: la participación ciudadana es el garante de
los comicios. Todas las actividades en la preparación de la jornada electoral
se someten al escrutinio de l@s consejer@s, l@s capacitador@s, l@s funcionari@s
de casilla, l@s representantes de partidos políticos y l@s observador@s
acrededitad@s.
En estas crónicas electorales
compartí lo que he constatado durante el proceso electoral y describí sus
etapas y actividades, la magnitud de los esfuerzos realizados, la convicción de
l@s participantes, los sistemas y los programas de información. Como estas
crónicas, hay miles de fuentes con información veraz y verificable porque ésta,
la elección más grande de nuestra historia será también la elección más explicada y más
vigilada.
Sin embargo, durante la veda que
precede al domingo electoral proliferó la desinformación en todas sus
modalidades: ilustres desconocidos revelaron datos escalofriantes para
fundamentar suposiciones espeluznantes y circularon testimonios apócrifos
denunciando las perversidades cometidas por los esbirros de los poderes
siniestros infiltrados en el INE.
Por ejemplo, los portadores de la
neta del planeta revelaron que durante el traslado del material electoral, los
camiones se detuvieron “en medio de la nada” para sustituir las boletas en
limpio por boletas previamente marcadas a favor de un partido político porque
la empresa que se encargó del traslado
es propiedad de Vicente Fox. En estos momentos abundan los videos de falsos
testimoniales sobre el marcador para votar, del voto de los mexicanos en el
extranjero, de los paquetes electorales, de la ubicación de las casillas, y de
todo lo relacionado con la elección.
Las redes sociales están
saturadas de memes, documentos, imágenes y videos desacreditando la
organización de la jornada electoral; en los portales informativos se destaca
el robo o la destrucción de boletas y paquetes electorales; los más audaces, ya
descubrieron el hilo negro y la ruta crítica del fraude por venir; y no faltan
las almas caritativas que alertan a la población de un levantamiento armado, de
un boicot o de una amenaza imprecisa pero inminente contra la seguridad nacional
por lo que aconsejan no salir de casa.
Lamento que estas falsedades sean
aceptadas como verdades absolutas pero lo que más me duele, es que desacreditan
al único organismo ciudadanizado de la administración pública. Si algo me
consta es el apego a la legalidad y la imparcialidad de l@s funcionari@s, consejer@s, capacitador@s y asistentes del INE.
Y aquí es necesaria una
precisión: cuando algunos “reveladores” descubren los artificios del “fraude
electoral” lo que describen es la compra de votos, las amenazas o la coacción,
delitos electorales que cometen las huestes partidistas antes de la emisión del
voto, manipulando la actitud y condicionando la decisión de los ciudadanos. El
fraude se comete fuera de las casillas y
lejos del ámbito de competencia del INE; si usted es testigo o víctima de la compra o
coacción de su voto, denúncielo a la Fiscalía Especializada en Delitos
Electorales FEPADE al 01 800 833 72 33 o en el portal www.fepadenet.gob.mx
En estos momentos el desenlace
del proceso electoral aún no se escribe; espero que impere la prudencia y todos,
los electores, los contendientes, los medios
y las encuestadoras, aguarden los resultados de la sesión del cómputo en el INE;
ojalá que los contendientes se comporten a la altura de las circunstancias y
que ninguno incida en la patética estrategia de auto proclamarse vencedor.
La madrugada está en calma. Y yo,
quiero creer que el valor cívico es mucho más que una probabilidad, que la apatía
de pocos ya no será suficiente para opacar el entusiasmo de muchos, que el
desencanto puede revertirse, que el porvenir es una construcción social que
exige la reconstrucción de los cimientos culturales. Quiero creer que la
ciudadanía acudirá a las urnas y emitirá
su voto libremente ejerciendo su derecho primigenio porque la soberanía de la
nación se reflejará en 89 millones de fragmentos…
Porque mi país me
importa: Voto libre!
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