lunes, agosto 13, 2018

La noche de un día soleado. 50 años de silencio. Primera parte




“Tiempo al tiempo y cada huella irá encontrando su arena.”
Jorge Drexler

En algún lugar hermético y ferozmente custodiado languidecían las imágenes de un dolor recluido en el olvido; pero las leyes del tiempo son implacables y nada ni nadie se resiste a sus efectos…   

La contundencia de los años es ineludible. Parece que por fin languideció el poder que reprimía todos los esfuerzos por esclarecer el movimiento estudiantil de 1968; quiero creer que la férrea censura y las violentas represalias quedaron atrás. Hoy por hoy, la memoria se sublima acariciando las heridas latentes provocadas por un olvido forzado:

La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) publica una serie de suplementos de su Gaceta, desde julio y hasta noviembre, con la recuperación de “trozos” de la memoria de los acontecimientos del movimiento estudiantil; el programa de conmemoraciones de la UNAM incluye más de 110 actividades y la creación de un patronato. Y a principios de agosto, TV UNAM estrenó la serie “Verano del 68” dirigida por Carlos Bolado, quien después de 9 años de censura podrá compartir “la historia que siempre quiso contar”. 

El 22 de julio de este año, el micrositio digital “A 50 del 68. La historia que nos une” inició la recreación de los acontecimientos que desencadenaron el movimiento estudiantil y la efervescencia social en 1968 recuperando testimonios de los protagonistas en un muro virtual, adaptando los mensajes de aquel entonces a la inmediatez de las redes sociales.

Otro esfuerzo para esclarecer este episodio es el lanzamiento de la “Colección M68. Ciudadanías en movimiento” del Centro Cultural Universitario Tlatelolco (CCUT) que integrará el archivo histórico del periódico El Universal sobre el movimiento estudiantil en un cerebro digital.

Y así, las verdades saldrán a relucir, y la recuperación de las verdades es un motivo para celebrar porque el peso inclemente del silencio forzado fue atroz. En aquel entonces, todos los medios de comunicación transmitieron la versión oficial de los hechos. Un ícono de la censura de aquellos días es la frase con que Jacobo Zabludovski inició la emisión del 2 de octubre del noticiero 24 horas de Telesistema Mexicano. Después de la masacre en Tlatelolco y de una tarde con tormentas, la nota inicial fue: “En la ciudad de México hoy fue un día soleado”.

Y al día siguiente, el 3 de Octubre, las primeras planas de la prensa sometida (y vendida, como muchos la califican) describían un sangriento zafarrancho entre las fuerzas armadas y un grupo de francotiradores conformado por estudiantes, comunistas y terroristas cuya misión era vulnerar al estado mexicano en la víspera de los juegos olímpicos. No… no es casualidad: de ahí surgió el nombre del batallón Olimpia.  

La libertad de prensa, la objetividad y la imparcialidad periodística se refundieron en un cajón extraviado obedeciendo las exigencias de la “Corte del boletín”, como define José Carreño Carlón al mecanismo de control y censura ejercido en aquel entonces cuando las fuerzas del régimen custodiaban ferozmente las imágenes del dolor infringido y las recluyeron en las mazmorras del olvido forzado; pero las leyes del tiempo son implacables y nada ni nadie se resiste a sus efectos…
Continuará…          

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