miércoles, junio 20, 2007

Contra reloj

En algún lugar de la estrategia, sobre la ruta crítica del poder, el tiempo es un factor inexorable que escapa a cualquier control, porque la memoria colectiva es frágil y la opinión pública es esquiva e imponderable…

Después de muchas expectativas, los magistrados del Tribunal de Justicia Electoral de Baja California inhabilitaron la candidatura a la gubernatura de Jorge Hank Rhon. El candidato puede seguir con su campaña hasta que sea notificado oficialmente y aún puede interponer un recurso de inconformidad o amparo ante el Tribunal Federal Electoral. Y mientras todo eso sucede, la contienda seguirá su curso y la repercusión inmediata será la ausencia obligatoria de Jorge Hank en las campañas.

En estas circunstancias, el tiempo constituye el factor decisivo. La Alianza para que Vivas Mejor deberá sopesar las alternativas posibles, ya sea el amparo, la inconformidad o la designación de un candidato sustituto, para lo cual será indispensable alcanzar el consenso en el PRI. He ahí la verdadera contrariedad porque el tiempo sigue corriendo.

Por lo pronto, mientras los priístas se deciden entre la figura de su candidato como víctima de una elección de estado o como el paladín de la confianza y unidad del partido, la logística y los contingentes de apoyo a Hank Rhon se encausarán a promover a los demás candidatos de la Alianza.

No obstante, la ausencia de Hank en la contienda puede provocar efectos inesperados. Las encuestas pre-electorales arrojan que aún existe un elevado porcentaje de indecisos, lo que puede interpretarse como apatía o rechazo.

Hoy por hoy, el tiempo y la sombra del voto de castigo son las contingencias incontrolables que agudizan al contienda electoral porque la reacción del electorado es más imprevisible que antes. Los contendientes no sólo se enfrentan a los adversarios, sino al vaivén cotidiano de la opinión pública.

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