domingo, diciembre 02, 2007

A toda máquina

En algún lugar del mercado, la desventura y la pobreza se erigen como un sector prioritario porque en la ética del lucro las carencias se transforman en oportunidades…

Los consorcios que se han fortalecido en México son aquellos que han lucrado, desorbitadamente, con la prestación de servicios financieros y el otorgamiento de créditos en el extenso sector de la población que no tiene acceso al sistema bancario.

Específicamente, el Grupo Salinas ha lucrado con el sector más desvalido de la población, funcionando como una alternativa fuera del sistema bancario. Las utilidades de este consorcio se generan por los despiadados intereses que cobra el Grupo Elektra en la venta a plazos de mobiliario y electrodomésticos, y por las exorbitantes comisiones en el envío de remesas de los connacionales desde Estados Unidos a la provincia mexicana.

La estrategia de mercado del Grupo Salinas ha confirmado que el sector de la población que labora en la informalidad aglomera a miles de consumidores que cumplen en tiempo y forma las inicuas condiciones del crédito que se les otorga. Así, quienes menos tienen, gastan más.

Ahora, la visión del Grupo Salinas se enfoca nuevamente en la inmensidad de la jodidez: estimaron que el 80% de los diez millones de clientes cautivos en el Grupo Elektra no tienen automóvil; por lo que ofrecerán vehículos compactos y sub-compactos de fabricación china a los consumidores que a la fecha no tienen acceso a un crédito automotriz y también vislumbran construir una planta para la fabricación de motocicletas.

Los felices propietarios de los automóviles chinos podrán recibir planes de financiamiento con "atractivas tasas de interés" y un seguro para el vehículo. Una multitud de peatones podrá realizar el sueño guajiro de adquirir un automóvil y un inmenso contingente de bicicleteros se incorporará a las huestes motorizadas.

Esta secuencia mercadológica se inicia con la creación de una falsa prioridad: la facilidad para adquirir un automóvil lo hace un bien necesario e indispensable. Y así, embelleciendo la oferta se fabrica la demanda. Poco importan los estragos que estos créditos produzcan en la escasa solvencia de los compradores, porque la inclemencia del mercado es un clima sin moral donde… la desventura y la pobreza se erigen como un sector prioritario y en la ética del lucro las carencias se transforman en oportunidades…

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