domingo, abril 06, 2008

Los mil y un cuentos en el exilio escolar

“En cierto sentido se podría decir que, letra a letra, palabra a palabra, página a página, libro a libro, he venido, sucesivamente, implantando en el hombre que fui los personajes que creé. Considero que sin ellos no sería la persona que hoy soy, sin ellos tal vez mi vida no hubiese logrado ser más que un esbozo impreciso, una promesa como otras tantas que de promesa no consiguieron pasar, la existencia de alguien que tal vez pudiese haber sido y no llego a ser…” José Saramago



En algún lugar del destino, cuando las brujas perversas extinguen las oportunidades, los mortales deben luchar para subsistir; entonces, gracias a un elixir maravilloso, el talento debe postergarse y se sumerge en el sueño de los justos, y ahí permanecerá en animación suspendida hasta que el llamado de la vocación sea incontenible…

Debido a la imperiosa necesidad de subsistir en una sociedad de mercado, el trabajo adquiere prioridad ante la educación; en la posmodernidad, el poder adquisitivo se asume como una necesidad vital. Es por eso que miles de alumnos deben abandonar las aulas para incorporarse al mercado de trabajo, lo que representa una sinuosa pérdida de talento potencial, porque es un éxodo de capacidades y virtudes insospechadas, y si los avatares de la vida así lo disponen, algún día en la vida de cada uno de ellos, el llamado de la vocación será tan claro y nítido que no podrán ignorarlo.

La deserción escolar es uno de los daños colaterales inherentes a la sociedad de consumo, y tal vez, sea el más pernicioso de sus efectos, porque lesiona paulatinamente la capacidad crítica y las habilidades del pensamiento de los individuos y los absorbe como insumos en el proceso productivo. El índice de la deserción escolar tiende a incrementarse por las deficiencias, carencias y vicios en el magisterio sindicalizado.

Sí!... Recientemente, el presidente Felipe Calderón aceptó otorgar privilegios fiscales para Elba Esther Gordillo y su Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, SNTE, con más de un millón 500 mil agremiados. Y… pues no!... Aunque se duplica el gasto público no se ha invertido mejor, porque los incrementos otorgados anteriormente no se han reflejado en el mejoramiento del nivel de desempeño escolar ni tampoco en infraestructura física de los planteles escolares del país.

Por eso, México ostenta el promedio del desempeño más bajo en Lectura, Ciencias y Matemáticas entre los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, OCDE. Y por si fuera poco, alumnos, maestros, padres de familia y la ciudadanía debemos tolerar estoicamente el impacto visual que provoca el rostro espeluznante de la modernidad educativa: Elba Esther Gordillo, la lideresa del SNTE y la bruja mala de este cuento.

Pero afortunadamente, existe un remedio contra el maleficio de la horripilante bruja de este cuento, que nos condena a perpetuar la ignorancia y el conformismo. Por la magia de la voluntad, por el influjo de la generosidad, se realizan actos de nobleza que nos dignifican como ciudadanos.
En las afueras del ámbito educativo, en el exilio escolar, se dispersa una multitud de posibilidades; y es ahí, en extramuros del magisterio sindicalizado, sin estímulos fiscales, sin presupuestos millonarios ni prestaciones generosas, el Instituto Nacional para la Educación de los Adultos, INEA, bajo la dirección de María Dolores del Río Sánchez, ha emprendido la meritoria tarea de atraer y captar a los jóvenes y adultos que no han concluido su educación secundaria, además de alfabetizar y dar continuidad a los estudios interrumpidos, compensando así, la crueldad de los daños colaterales del sistema educativo.

Y este esfuerzo se realiza gracias a la voluntad de todos aquellos que quieren aprender y de los voluntarios que participan en la enseñanza y la dignifican. Y así, sin aulas virtuales, sin instalaciones espectaculares, se lleva a cabo la labor más humanizante de todas.

Por increíble que parezca, los cuentos de brujas perversas y paladines en el exilio escolar también se convierten en realidad: Hace muchos años, en tierras de lusitanas, un niño de doce años abandonó los estudios para dedicarse a trabajar y contribuir al gasto familiar; por las noches acudía a la biblioteca de su barrio y leía todo lo que estaba a su alcance. Un buen día, el llamado de la vocación fue ineludible y se dedicó a escribir. El héroe de este cuento, desafió los maleficios de todas las brujas que pululan en la tiranía y en la pobreza, sin más guía que la luz de su vocación, descendió a las profundidades de la condición humana para defender los resquicios de humanidad que alberga cada individuo… y se llama José Saramago.

Estoy convencida de que como esta historia habrá miles que aún no se escriben; no sé cuantos talentos permanezcan en el anonimato ni cuántas virtudes aguarden ser descubiertas. Pero lo que sí sé, es que el aprendizaje es el único elixir que nos convertirá en seres humanos plenos, que la enseñanza es el polvo de estrellas capaz de despertar al talento postergado sumergido en el sueño de los justos, y que la voluntad es el eco magnánimo que intensifica el llamado de la vocación y lo hace incontenible…

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