domingo, septiembre 21, 2008

Clima vulnerable

En algún lugar de la plaza, cuando la fiesta culmina con un estallido de sangre, se esparcen el pánico y la confusión; y en ese preciso momento, se nubla el cielo de la justicia social y el clima se enturbia con la sensación de vulnerabilidad…

Uno de los efectos adversos de las explosiones en Morelia Michoacán fue la aparición del terrorismo como un adjetivo desmedido entre las líneas del discurso oficial. Poco después del atentado en Morelia, Felipe Calderón hizo un llamado a la unidad nacional e identificó a una minoría de cobardes como el enemigo público número uno. Simultáneamente, el terror se esparcía como la nueva amenaza sobre la paz social.

Pero la súbita inclusión de nuestro país en el ranking del terror es, letra por letra, una acción temeraria que puede desencadenar reacciones desproporcionadas. La resolución 1373 del Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas señala como una urgencia internacional que todos los estados adopten las medidas necesarias para prevenir y erradicar actividades terroristas.

El daño ya está hecho. En todos los estratos de la población se resiente el flagelo de la delincuencia en todas sus modalidades, y ahora, se pretende implantar una paranoia infundada en la conciencia colectiva para justificar la aplicación de medidas extremas.

El clima de inseguridad que aqueja a los mexicanos se agudiza con el ataque a civiles indefensos. Pero en este caso, el supuesto terrorismo como el móvil de las explosiones en Morelia es tan sólo un pretexto superlativo para convocar a la unión nacional y justificar la impericia del Estado para procurar justicia y mantener el orden público.

Y las secuelas del atentado han agravado la desconfianza en las autoridades: aunque ningún grupo subversivo se adjudicó el atentado, las primeras imputaciones cayeron sobre el cartel conocido como la Familia Michoacana, que burlando todos los perímetros de seguridad, colocó mensajes en la vía pública desmintiendo la versión oficial y deslindándose del atentado terrorista.

Los vuelcos en las investigaciones despertaron suspicacias y generan confusión. El horror público se desató por la divulgación de un video, que capta los momentos posteriores al estallido en la escena del crimen. En el video, en poder de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (Siedo), se aprecia la intervención de las corporaciones policiacas que alteraron y dañaron la escena del crimen; policías, paramédicos, civiles y hasta funcionarios estatales penetraron a la zona del estallido sin precaución alguna.

Pero las imágenes más alarmantes son las que muestran la disputa entre policías locales por la custodia de un detenido, y peor aún es la ausencia de un reporte oficial que constate la detención y liberación de un sospecho en el lugar de los hechos.

En este clima de inseguridad y desconfianza es preciso esclarecer el móvil de los estallidos en Morelia, porque el terrorismo, asociado al narcotráfico, es una justificación superlativa y temeraria que proyecta la paranoia oficial y se manifiesta en un despliegue colosal de ineptitudes y falsedades… y en ese preciso momento, se nubla el cielo de la justicia social y el clima se enturbia con la sensación de vulnerabilidad…

2 comentarios:

Lázaro Buría dijo...

En El arco del triunfo los Mensajes de luces y sombras, Desde los tiempos de Porfirio Díaz, son Un zócalo, tres gritos y el pilón, Clima vulnerable que nos sume en La Confusión.

No he dejado de frecuentar lo que escribes. Pero para ser sincero, ya no siento lo mismo que antes cuando te leo. No sé porqué, pues sigues expresando tus ideas con belleza y elegancia. Aunque echo de menos "el misterio" que notaba antes, impregnado en algún lugar de lo que decías.

Saludos

Buría.

Laura M. López-Murillo dijo...

Lázaro: Muchas, muchísimas veces mil gracias por la atención que me concede. Y, efectivamente, últimamente he abordado sucesos muy concretos y he guardado el misterio para temas que lo ameriten.
Un saludo y mi agradecimiento por su fina atención.