domingo, septiembre 28, 2008

El bálsamo de la cultura

“Déjame que me pierda entre palabras,
déjame ser el aire en unos labios,
un soplo vagabundo sin contornos
que el aire desvanece.”
Octavio Paz



En algún lugar de la vida, desde los recovecos del infortunio hasta las cumbres de la plenitud, jugando entre la realidad y la conciencia, la percepción construye un refugio, un universo íntimo; y ahí, en ese mundo alterno, se abrevan las dosis de fantasía que toda mente requiere para mantener la cordura…

Dicen los que saben, que el sueño es la mitología privada de quien duerme; que sin esas dosis de surrealismo, el cerebro colapsaría en un infinito de filas y fobias; que la distancia entre la genialidad y la locura es casi imperceptible; y que por eso, para mantener la cordura en un mundo hostil es necesario aprender a soñar.

El arte es una forma de materializar los sueños, de expresar sensaciones recónditas que yacen en el fondo del pensamiento. La vida no es la misma para todos, el mundo se percibe de formas muy diversas, pero todas las realidades logran expresarse y compartirse a través de las manifestaciones culturales.

Entendiendo por cultura a todo, absolutamente todo, lo que surge por la imperiosa necesidad de exteriorizar los colores, los confines y los bemoles de la interioridad. Y así, por un instinto indeleble, los seres humanos proyectan su visión del mundo, su versión de la vida.

Sin embargo, por un intrincado proceso, tan rebuscado como el barroco, el arte y la cultura se alojaron en uno de los círculos más reducidos de la sociedad, en una elite que se apropió del derecho para definir el arte y construir el canon.

Pero nada es para siempre, y la posmodernidad se caracteriza por la ruptura de paradigmas, y uno de ellos, es la lejanía entre el arte y el pueblo. La distancia insalvable entre el vulgo y el gremio artístico se rompió, hace siglos, con el teatro ambulante. Hoy por hoy, el arte ha salido de su sobrio recinto para entrar a los reclusorios, para llegar a los ejidos y zonas populares; se rompieron los estigmas denigrantes para recibir con los brazos abiertos a quienes padecen la crueldad del entorno.

El Instituto de Cultura de Baja California (ICBC) ha emprendido la noble tarea de revertir el estigma elitista del arte, llevando el bálsamo de la cultura a lugares rezagados, obsequiando cucharadas de Luna a los grupos vulnerables y a sectores marginales para atenuar los estragos de la desventura, la fatalidad y el infortunio. El ICBC lleva talleres y cursos itinerantes a las zonas apartadas, allá en las entrañas del ejido; realiza un programa de vinculación con los albergues temporales del DIF para recibir a los pequeños en el Centro Estatal de las Artes; en el reclusorio de El Hongo lleva a cabo un taller de banderines; y lanzó una convocatoria para detectar el talento infantil en todo el estado.

De esta forma, se pretende que la cultura sea una opción accesible en todos los estratos sociales, especialmente en aquellos donde es más urgente construir un refugio emocional para sanar las heridas de la adversidad. Y así, entre la catarsis del autor y la compasión del espectador, se abrevará un elixir humanizante.

En ese ambiente ubicuo, despojado del lastre que impone la materialidad, será posible reinventar el argumento de la vida, iluminar el mundo con tonos inéditos, interpretar la existencia desde un cristal de mil colores, para refugiarse del dolor cotidiano o evadir la soledad, para aligerar el peso de una carga abrumadora o transfigurar los sueños.

Y en esta época del año, cuando la ilusión impregna el horizonte de Baja California y se percibe la extravagante certeza de poder tocar La Luna, todas las manifestaciones del arte serán motivo de celebración durante el Séptimo Festival de Octubre organizado por el Instituto de Cultura de Baja California.

El poderoso influjo selenita despertará al genio que duerme el sueño de los justos, alborotará al poeta que se oculta entre las bambalinas de la cotidianidad, y todas las tardes de Octubre… jugando entre la realidad y la conciencia, la percepción construirá un refugio, un universo íntimo; y ahí, en ese mundo alterno, se abrevarán las cucharadas de Luna y las dosis precisas de fantasía que toda mente requiere para mantener la cordura…

No hay comentarios.: