“así / diseminados pero juntos
cercanos pero
ajenos / solos codo con codo
cada uno en su
burbuja / insolidarios
envejecen
mezquinos como islotes”
Mario Benedetti
En
algún recóndito, en la inmensidad de un océano solitario emergen islas
diminutas habitadas por un individuo y así,
paulatinamente y sin remedio, la geografía humana abandona la corteza terrestre para gravitar
en el ciberespacio…
Si el
estudio de la historia evita la repetición de los errores, entonces, cuando las
generaciones futuras analicen los pormenores de la aldea global en el siglo XXI
deberán prestar especial atención al phubbing:
la pandemia de conectividad que hoy se dispersa en todo el planeta
distorsionando los matices humanos de la comunicación. Phubbing es un acrónimo
que fusiona las palabras phone (teléfono)
y snubbing (menosprecio) que intenta
describir:
a) la
descortesía de quienes ignoran a las personas por la exasperante obsesión de
atender los mensajes en las redes sociales.
b) el falso
fortalecimiento de la autoestima al ostentar el modelo más reciente en
dispositivos de conectividad móvil.
c) la vulnerabilidad e impotencia de los
acompañantes al sentirse ignorados.
d) la nomofobia,
o el pánico por desconexión que causa un miedo irracional cuando no se tiene a
la mano el teléfono móvil o la tableta.
e) la
trivialización del concepto de “inteligencia” aplicado a los artefactos de
comunicación que entorpecen funciones cognitivas.
f)
la paradoja del aislamiento galopante provocado por la
tecnología de la comunicación.
El phubbing es una obsesión que se
esparce con la velocidad de los virus alterando irremediablemente los niveles
de atención de quienes lo padecen y que, en un grado superlativo, reduce los niveles de empatía y compromiso. La fatal atracción que ejerce la pantalla del
teléfono móvil se arraiga en los usuarios por la sensación de importancia que
les confiere y por la vulnerabilidad que “provocan” en aquellos a quienes ignoran. Además, las alegrías y las decepciones, las disculpas y los errores se transmiten con
algún dígito o grafo cuya emisión no requiere la valentía de expresarlo cara a
cara y con el corazón en la mano.
No! … esto no significa la colonización
del Nirvana ni la comercialización de los “viajes astrales” de Kalimán… La
conexión permanente con el resto del mundo distorsiona la forma convencional de
la convivencia por el desdoblamiento de un ente humano y ahora es posible que un cuerpo ocupe dos
lugares en el espacio porque la presencia física de un individuo no impide que
su mente divague entre las frivolidades de otra conversación o circunstancia. Gracias a las tecnologías de la información y
la comunicación los habitantes de la aldea global viven deliberadamente
desinformados en una conexión permanente que los incomunica con el mundo
circundante, desplazan sus prioridades a
la virtualidad idiotizante y por el cúmulo de las ausencias mentales, la
geografía humana abandona paulatinamente
la corteza terrestre para gravitar en el ciberespacio…
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