En algún lugar obtuso, en lo más recóndito de la
crueldad donde se extinguen las
divergencias y se enardecen las obsesiones, yacen los motivos irracionales del
encono y la intolerancia…
Los
dogmas se caracterizan por la estricta observancia a postulados
incuestionables, por la severa aplicación de castigos a quienes se atreven a
reflexionar y a pensar en forma diferente. Por el apego incondicional a las
verdades absolutas surgen actitudes exacerbadas y fanatismos irracionales.
Luego entonces: la intolerancia es la secuela indeseada pero incontenible de
los dogmas. Tradicionalmente, los
episodios violentos desatados por la intolerancia se registraron en el ámbito religioso y el motivo de todas las guerras santas fue la
imposición de un dogma sobre otro. El terrorismo islámico es el ejemplo que se
ha condenado recientemente en el mundo libre y civilizado del hemisferio
occidental, pero hoy por hoy, la intolerancia trasciende el territorio de la
santidad para satanizar a las minorías, a quienes no coinciden con los
estereotipos socialmente aceptados y/o políticamente correctos.
La
contraparte del terrorismo islámico en el imperio occidental es el Tea party,
el sector más conservador de los republicanos norteamericanos que encarnan
todas las regresiones del ideario político. Pregonan el racismo como una virtud
y condenan a los migrantes, satanizan la homosexualidad con un encono medieval
y obtuso, condenan el libre albedrío
como un pecado de conciencia; este sector alberga a férreos defensores de la
venta y posesión de armas y apoya ferozmente a la guerra como la industria más
rentable de Norteamérica.
Los
fundamentalistas republicanos del gobierno estadounidense, erigidos como el
Santo Oficio Internacional, pretenden imponer su visión del mundo como el
mercado donde se diluyen los motivos primigenios del estado moderno porque
definen la administración pública como un rubro del mercado que genera riqueza
a un sector privilegiado. Para la elite republicana, las políticas públicas, el
derecho al empleo, a la salud y a la educación, son lastres de la Modernidad
que deben extirparse de una vez por todas.
Pero
todos los excesos provocan la debacle de los fundamentalismos: el cierre de
actividades en el gobierno estadounidense es la represalia del radicalismo
republicano por la reforma sanitaria en la gestión de Barak Obama al frente del
gobierno de Estados Unidos, con la
promulgación de la Ley de Protección al Paciente y Cuidado de Salud Asequible
(The Patient Protection and Affordable Care Act), conocida como ObamaCare.
El
forcejeo en el presupuesto y el cierre de labores en el gobierno estadounidense
actualizan la eterna confrontación de criterios excluyentes en la arena pública
donde el fundamentalismo anacrónico republicano
de una élite ultraconservadora predomina sobre una visión humanitaria de
la política y entorpece todos los intentos por construir una sociedad más
equitativa. El modelo político de la nación estadounidense es un paradigma en
la aldea global y el destino del Estado como garante de la vida y la dignidad
de los ciudadanos dependerá de la firmeza de los demócratas para erradicar los motivos irracionales del encono y la
intolerancia…
1 comentario:
Hoy he vuelto a leerte. Gracias a que Google+ me lo ha recordado: "Lázaro, esto es lo que te has perdido de Laura M López Murillo en Google+" Y como siempre, me he vuelto a preguntar lo mismo: "¿Quien gobierna los aconteceres de mi existencia? Anoche vi un filme (The Adjustment Bureau -Destino Oculto-), que pretende responder a esa pregunta. Y confieso que se aproxima en mucho a lo que pienso explica tal misterio. pero eche de menos en ella implicaciones como las que sueles señalar tú cuando describes "las tramas de los enigmas" -¡tu especialidad!-. No sé a quien debo agradecer este momento de placer "retro" que me devuelve los buenos momentos que pasé ley leyéndote: ¿A La Maquina, a Azar, a tí o a ese acontecimiento único que soy y jamás volverá a repetirse?
Mucha salud y continuidad a tu alegría y felicidad personal.
Lázaro Buría.
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