En algún lugar
remoto, en la abrupta geografía de la pobreza, soportando las inclemencias de
un entorno hostil, florece la esperanza…
Dicen los que saben, que el atributo
de una excepción consiste en romper las reglas; que los momentos estelares de la humanidad se han
escrito por personajes que eludieron la fatalidad de las generalizaciones; y
que por eso, la osadía es el único antídoto contra los estigmas y los
convencionalismos.
Abusando de las generalizaciones, se
ha pretendido distinguir los rasgos de los habitantes de la aldea global
tomando como referencia el uso de las tecnologías de la información; así, se
han establecido las características de las generaciones X, Y, Z incluyendo a
los nativos del mundo digital. Pero ésta, como todas las generalizaciones,
depende de la perspectiva y sólo es válida para los usuarios frecuentes y
constantes de la información digitalizada, para los afortunados que deambulan
en el hiperespacio y que pueden zambullirse en la “nube” que condensa millones
de datos. Pero en las afueras del entorno digital sobrevive un sector
incuantificable en la aridez de un territorio lejano a la “nube informática”
donde rara vez se precipitan los datos. Y es ahí, donde han surgido dos
brillantes excepciones que destrozan el rigor de la regla:
En el estado de Tamaulipas, a un
costado del aeropuerto internacional de
Matamoros y en uno de los rangos de pobreza vive la niña Paloma Noyola
Bueno quien obtuvo el primer lugar nacional en matemáticas en la prueba Enlace
gracias a la disposición de su profesor Sergio Iván Juárez Correa quien se
convirtió en la conexión entre sus alumnos y el conocimiento digital.
Y en la región indígena triqui, en
la serranía oaxaqueña, un grupo de entrenadores dirigido por Sergio Zúñiga en
la Academia de Baloncesto Indígena de México (ABIM) fusionaron los beneficios
del deporte y la educación en una “nueva forma de vida” para
Melquíades, Tobias,
Anselmo, Bernabé, Dylan, Abimael, Fernando y Germán, integrantes del equipo
representativo de México que participaron en el cuarto Festival Internacional
de Minibasquetbol, organizado por la Federación Internacional de Basquetbol
Américas, en donde jugaron descalzos y alcanzaron el campeonato en seis partidos
con marcadores contundentes.
No! …Ni Paloma ni los pequeños
“Gigantes descalzos de la montaña” presentan los rasgos de la Generación
Mymedia; tampoco son nativos digitales porque su infancia transcurrió en la precariedad
de un entorno perdido en el olvido institucional, adversidad que felizmente fue
superada por la auténtica vocación de sus educadores, que son las brillantes
excepciones que rompen el oscurantismo que aqueja a los sectores indígenas; son
las bondades de la vocación, y no los beneficios de la tecnología, los que
eludieron los obstáculos en la abrupta
geografía de la pobreza para infundir confianza y valentía, para enfrentar las inclemencias de un entorno hostil donde jamás florecía
la esperanza…
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