domingo, abril 29, 2007

La infancia invisible

Protegedme de la sabiduría
que no llora,
de la filosofía que no ríe
y de la grandeza
que no se inclina ante los niños.
Gibrán Jalil Gibrán



En algún lugar esquivo, donde la percepción elude deliberadamente a la desventura, inmersos en una cruel indiferencia, transcurren los años y los días de una infancia vulnerable y sometida…

En el calendario oficial mexicano, el 30 de abril se ha consagrado a la celebración del Día del Niño: los gobiernos realizan desfiles y festivales con personajes caricaturescos, se agasaja con juegos y golosinas a los infantes en las escuelas, en los establecimientos comerciales.

Por un día se concede a la infancia su trascendencia en la conformación del carácter y en la configuración de las generaciones venideras, las fantasías descienden al suelo firme y el polvo de hadas se esparce a los cuatro vientos.

Sin embargo, muy lejos de ese entorno dulcificado y fantasioso, en la oscuridad de la indiferencia, transcurre la vida sin infancia de muchos niños que son sometidos y explotados.

El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) denunció en un dramático informe que la situación de la niñez ha empeorado en todo el mundo. El informe “Estado mundial de la infancia 2006: Excluidos e invisibles” divulgado recientemente en Londres, menciona que alrededor de 8.4 millones de menores de edad laboran en las peores formas de trabajo infantil: son explotados, prostituidos y carecen de educación y salud.

Unicef señala en su informe que además de sufrir maltratos y abandono se vuelven virtualmente invisibles tanto para la sociedad como para los gobiernos. Las decenas de millones de niños que viven en la calle están a la vista de todos pero no disponen de servicios básicos ni de la protección más elemental.

Es ahí, en el abandono oficial, donde se resienten los estragos de regímenes anteriores que se deslindaron de la responsabilidad de atender las necesidades elementales de los grupos vulnerables y las insuficiencias de un modelo de gobierno sin sensibilidad social, que actúa como promotor y facilitador de negocios internacionales.

En ese régimen, los niños y niñas "invisibles" no sólo están muy lejos del alcance de las campañas dedicadas al desarrollo, sino que también suelen pasar desapercibidos en los debates públicos y la legislación.

En el mundo, ésos infantes desaparecen de la vista del público cuando caen en las redes de traficantes de seres humanos o cuando se les obliga a trabajar como empleados domésticos en una situación de servidumbre. Ante esta situación, Unicef lanza un llamado urgente a los gobernantes del mundo a prestar atención a estos millones de "menores invisibles", excluidos de cualquier proceso de desarrollo.

Y allá, en la indiferencia social, se aprenden conductas perniciosas que habrán de repetirse cuando los niños de ahora sean los padres del mañana; en los corazones marginados germina el resentimiento contra un entorno hostil, y los círculos viciosos de violencia intrafamiliar se repiten incesantemente porque los niños aprenden lo que viven.

Debido a la insuficiencia de las políticas públicas, han surgido diversas organizaciones en la iniciativa privada que promueven la participación colectiva para atenuar los estragos de la miseria y la ignorancia. Vgrs: Lazos, Un kilo de ayuda, Teletón, Korima.

Porque la vida no retrocede ni se detiene con el ayer, y un porvenir de igualdad y de justicia sólo podrá construirse cuando los niños, sea cual fuere su color, su raza o su credo, liberados del hambre, del temor y de la necesidad, miren hacia lo alto, sonriendo a los cielos, con la fe en el hombre reflejado en sus ojos; cuando haya desaparecido ese entorno indiferente y esquivo que elude deliberadamente a la desventura…

Hoy y todos los días, brindemos el mejor ejemplo y el mayor esfuerzo a nuestros niños y amparemos en nuestra consideración a todos los niños!

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