miércoles, agosto 23, 2006

Líneas, fronteras y climas

En algún lugar de la cosmogonía, en el principio de los tiempos emergieron del caos las leyes de la naturaleza, y desde entonces, el color de la piel coincide con el clima, el ocaso se inicia en el oeste, en los polos existen los hielos perpetuos y la prosperidad obedece a la fuerza magnética del planeta.

En la geografía económica y social del planeta aún persisten los límites legendarios que dividen a la humanidad: la línea Este- Oeste separa las naciones civilizadas y las arcaicas; la línea Norte-Sur aleja a los pobres de los ricos. La influencia contundente e irreversible de las leyes universales de la física y la biología en la especie humana se agudiza con las tendencias sociales; de esta manera, la frialdad de los polos, la prosperidad y el racismo se concentran en el norte occidental, mientras en el sur y en el poniente prevalece la calidez, el desamparo y la humildad.

Hoy por hoy, este argumento, que algunas veces fue considerado como un enfoque innovador y otras como una ingenua explicación, se actualiza y se reedita con el resurgimiento de aquellas aberraciones que se creían exitosamente superadas cuando la modernidad proclamó el triunfo de la razón sobre las ideas absolutas y totalizantes.

Ahora, las líneas imaginarias que polarizan a la humanidad se agudizan y reubican: las diferencias existenciales Norte-Sur ahora son más profundas y se traducen en la contradicción Trabajo vs. Dignidad; y la estratificación de las naciones obedece ahora al Eje del Mal que establece la lucha entre el Terrorismo y la Democracia.

Por eso, quienes creían que los genocidios se extinguieron con la derrota del nazismo duermen el sueño de los justos, y todos aquellos que celebraron la caída del Muro del Berlín deberían condenar ahora la xenofobia en la frontera de Arizona.

El neo-nazismo con sus cabezas rapadas y el KKK actualizado construyen el nuevo muro de la ignominia en la frontera entre México y EUA. En el país donde el trabajo es un fetiche y el ocio es un placebo, las víctimas de la discriminación son ahora estigmatizadas por el desempleo, que ahora coincide con el color de su piel.

Porque ahora, hacia el norte se concentran los sueños, la riqueza y la prosperidad, la libertad y el porvenir, pero ese mundo feliz y fantástico se sustenta en la explotación de los trabajadores indocumentados.


Y en esta época, cuando los grandes relatos han fracasado, y en la geografía del empleo, los efectos actuales de la línea Norte-Sur conforman un flujo, tenue pero persistente, que se inicia con la migración ilegal, la que provee a los empresarios norteamericanos de mano obra barata de trabajadores que realizan todas las tareas que nadie en ese país quiere realizar; la explotación de los trabajadores ilegales genera excedentes de producción a bajo costo, lo que incrementa las ganancias en el mercado; del infra-sueldo que reciben los trabajadores ilegales se conforman las remesas de dinero que se envían a nuestro país y que ya constituyen la segunda fuente de ingresos en el PIB (sólo la superan las divisas generadas en PEMEX); esas remesas le permiten subsistir a cientos de familias en el agro mexicano, y parte de esas remesas se destina para pagar el traslado a la frontera de otros aspirantes a indocumentados; el cruce ilegal por la frontera cada vez es más costoso por el aumento en las medidas de seguridad y la paranoia en la frontera norteamericana; sin embargo, la desesperación y el ingenio seguirán siendo la única tecnología para burlar cualquier control aduanal.

Pero, a pesar de las líneas imaginarias, ni los límites de la geografía económica ni las justificaciones de la nueva versión de los vencidos logran convencerme de la superioridad de los unos sobre los otros… y creo que nunca la aceptaré… tal vez, si yo hubiera nacido en un clima más frío, mi piel hubiera sido más blanca, mi estupidez más grande y mi corazón más duro…

3 de Abril del 2005

Laura M López Murillo
enalgunlugarlaura@hotmail.com

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